Eres Inolvidable

Capitulo 1: Glenda

              

Camino por el pasillo decidida a buscar a Megan, no la logro encontrar, he buscado en todo el hospital y no se ven señales de vida de ella, hasta que al fin la encuentro en la recepción hablando con Odilia, sonrió y me acerco.

 

-Buenos días – digo sonriendo al verla.

 

-Buenos días Glenda – dice mi amiga acercándose para abrazarme, con gusto la recibo con cuidado de que no me lastime mi barriguita abultadita – está creciendo demasiado.

 

-Si – digo suspirando para luego acariciar mi vientre – pesa mucho.

 

-No exageres Glenda – dice riéndose – solo tiene tres meses.

 

-Lo sé pero… sea quien sea el que este adentro – digo mirando mi barriguita – se está haciendo el pesado.

 

-Dímelo a mí – dice Megan enarcando una ceja – dos bebes en mi vientre, pareciera que cuando tenía dos meses se sentía como de cuatro.

 

-¡Ya no hablemos del tema! – Exclamo rápido ya que Megan siempre cuando hablamos de su embarazo no termina de contar – mejor dime… ¿Cómo estás?

 

-Bien, Liam me llevara a cenar ahora en la noche – responde con una sonrisa maliciosa, es inevitable que se ponga rojiza al hablar de su esposo.

 

-¡Vaya! – Exclamo feliz - ¿y a donde dejaras a Susy, Ethan y Noah? – pregunto cruzándome de brazos.

-Con mi madre y Retana – responde sonriendo - ¿y tú como estas con el doctor Hugo?

 

-De maravilla – respondo con una sonrisa fingida, ella me mira rara pero la verdad que cuesta ocultarle a mi amiga las cosas – bien, me está costando un poco.

 

-¿Todavía bebe? – Pregunta cruzándose de brazos, no debo porque ocultárselo pero el miedo me invade – Glenda déjame decirte que si las cosas no están bien, puedes ir a vivirte con nosotros…

 

-No, Hugo aunque beba siempre se comporta bien, solo son unos tragos – digo excusándome deliberadamente, aunque es verdad Hugo nunca me ha ofendido y siempre actúa cariñoso – deja de preocuparte.

 

-Está bien – dice volviendo a sonreír, hay algo en ella que no me deja satisfecha, muevo sus dedos con rapidez, está nerviosa y sin duda es por algo que me quiere contar.

 

-¿Hay algo que me quieres contar? – pregunto frunciendo el ceño, ella me voltea a ver algo asustada.

 

-Es algo que no se si te afectara – dice mirando el suelo, le insisto con la mirada de que lo diga – es que es difícil.

 

-Dímelo Megan – digo riéndome por sus palabras.            

                

-Bien  - dice para luego continuar – hoy en la mañana… Cristian se fue a Canadá con… Alex

 

Esas palabras parecieron un eco en mi mente, pues seguían repitiéndose como algo lejano, sin duda Cristian aun me afecta porque lo he querido bastante pero ahora esta con alguien que el ama de verdad, yo solo fui una prueba más o parte de sus conquistas, que como estúpida caí en ello.

 

-Ohh que bien – digo apenas, fingiendo estar bien - ¿Por qué debía de afectarme?

-No me engañes Glenda – dice posando su mano en mi hombro – se lo que aun sientes…

-Eso es del pasado Megan – digo con rapidez – ahora tengo un hombre que me ama y juntos formaremos una familia – respondo un poco enojada, me canso de hablar de un tema que no lleva al caso, aunque aún pienso en Cristian, las cosas no son como uno piensa, sin embargo nadie tiene un mundo color rosa pero yo pronto lo tendré con mi bebe que viene en camino.

-Es verdad – responde mi amiga sonriendo – ya pronto, dentro de seis meses.

-Asi es – digo feliz, jamás me espere salir embarazada antes del matrimonio pero no debo quejarme, Hugo es feliz con la noticia de que será padre.

Nos vamos a trabajar, atendí a muchos pacientes, mi trabajo como enfermera no es como lo esperaba, las otras enfermeras intentan ayudarme a no hacer fuerza.

Me parece muy sobreprotectoras pero sé que lo hacen por mí bien; me decidí que ya era hora de ir a ver a Hugo, sin duda debe estar en su oficina, así que me encamino con mi mano en la espalda, al llegar a la oficina, toco dos veces.

-Pase – dice Hugo a través de la puerta, abro con lentitud viéndolo como esta fijo mirando unos papeles, en seguida su vista la dirige a mí – Oh Glenda ven preciosa.

En seguida le hago caso y camino para estar a su lado, su mano la dirige a mi barriga donde la acaricia con ternura.

-¿Solo para eso me llamaste? – pregunto con una sonrisa, este me dirige la mirada desde su asiento y sonríe maliciosamente.

-No – dice levantándose para darme un casto beso – también fue para esto – sonrió feliz y luego Hugo me abraza.

 




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