Ahora todo está normal, sino fuera por Cristian hubiera muerto y todo esto sería historia, sin embargo él nunca me abandono, ahora estamos aquí, en el hospital esperando nuestro turno, tenemos nuestras manos entrelazadas, siento cuando Cristian me aprieta la mano, lo volteo a ver y está nervioso, sonrío al verlo así.
-Amor tranquilo – le digo cuando suelto su mano para acariciar su mejilla y el cabello, me mira a los ojos – ni yo estoy tan nerviosa que tú.
-No lo puedo evitar – responde cuando me da un beso en la frente para luego mirarme de nuevo – solo de imaginar que ahora sabremos el sexo de nuestro bebé, me tiene emocionado.
-A mi también – le admito cuando me acerco un poco, ha pasado dos meses desde aquel incidente en el cual mis hormonas ha estado alteradas – pero debes mantener la calma.
-Amor, cuando lleguemos a la casa festéjemelo – dice mirándome con malicia, en seguida agarro la corbata para poder acercándolo más a mí.
-Muy buena idea – le susurro cuando me muerdo el labio inferior – pero debemos ir a informarles a todos así que nos esperemos.
-No Glenda – dice haciendo un puchero que me deja cautivada, pasa su mano en mi cintura para tenerme cerca – la noticia se la podemos dar por teléfono.
-No Walker – digo un poco enojada cuando sujeto su corbata – yo también quiero pero debemos ir a ver a mi amiga.
-Ok cielo tu mandas – dice cuando hace una cara asustado, me rio al verlo así, se acerca a mis labios y me besa tiernamente – me encanta verte sonriendo.
-Glenda es tu tuno – dice una enfermera, asiento y me levanto con ayuda de Cristian quien me mantiene abrazado sin soltarme cuando nos encaminamos hacia la habitación, cuando estamos allá la doctora Graciela, gran amiga que siempre es la que atiende a las mujeres embarazadas e incluso lo hizo conmigo cuando Huguito estaba en mi vientre,
-Hola Glenda, que alegría saber que de nuevo estas en mi despacho – dice cuando entramos, los dos las saludamos – y parece que el responsable está aquí.
-Asi es – responde Cristian sonriendo – pero este responsable no se arrepiente de nada – agrega y en seguida Graciela se pone a reír, pero yo me ruborice por completa, voltee a ver a Cristian quien me guiño el ojo.
-Me parece muy bien – dice cuándo para de reírse – bien Glenda, ven a ponerte la bata.
-Bueno – responde cuando me encamino a donde me voy a cambiar, estoy completamente enamorada de Cristian, suspiro lentamente mientras me quito la ropa, cuando ya estoy lista me salgo de ahí con la mirada de mi novio en mí, en seguida me acerco a su lado - ¿me ayudas?
-Claro amor – dice cuando se levanta y me ayuda para colocarme en la cama, cuando ya estoy arriba sentada me acomodo para quedarme recta – listo.
-Gracias – le respondo sonriéndole.
-Ok vamos a ver cómo está el bebé – dice Graciela cuando se acerca a mi lado y enciende el monitor, junto a la pantalla para ver el bebé, veo cuando me coloca e gel encima de mi barriguita – tienen dos meses de embarazo, espero que se logre ver.
Cuando pone el aparato en mi vientre, agarro la mano de Cristian quien me ve con ternura, cuando en la ultra, mis ojos se llena de lágrimas de felicidad al ver que se ve, como enfermera no logro captar de qué sexo es, pero se mueve inquieto, volteo a ver a Cristian quien esta asombrado viendo la pantalla.
-Wao realmente es muy inquieto – dice Graciela mirando cuando de repente estira su mano para señalar algo donde se ve a mi bebé. No este tan formado pero logro distinguir – felicidades Glenda y Cristian…
-¿Qué es doctora? – pregunta Cristian emocionado, es ahí cuando me alegro al escuchar las palabras de Graciela, aunque fuese de los sexos me alegraría.
-Es un niño – responde y me emociono gritando de la felicidad.
-Amor – dice Cristian me abraza cuando se levanta del asiento y me empieza a dar besos castos en toda mi cara de lo feliz que esta.
-Bueno será mejor que me retire – dice Graciela dejándonos solo, abrazo al amor de mi vida sintiendo todo el amor que me da, los dos sonreímos.
-¡Me has hecho muy feliz, si hubiese sido niña me hubiese emocionado igual porque se hubiera parecido a ti! – Cuando agarra ente sus manos mis mejillas para besarme, enrollo mis brazos en su cuello para profundizar el beso, hago que se siente a mi lado, siento su mano en mi vientre acariciando esa parte, aleja sus labios cuando no aguantamos no estar respirando nos sonreímos aunque jadeamos – te amo demasiado que juro que me moría por ti.
-Eso me lo comprobaste – digo cuando lo vuelvo a besar sin importar en donde estamos, creo de lo que dice porque me lo comprobó.
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Estamos en camino a la casa de Megan, mientras conduce me comenta sobre Harrison que descanse en paz, como era bueno con todos en especial con él.
-Era muy graciosos contaba los mejores chistes que se hubieran ocurrido – explica con una sonrisa en sus labios, de repente veo que sus ojos se iluminan por las lágrimas que quieren soltarse – siempre llegaba a mi empresa para conversar y comentaba sobre su vida, era… único…
Se detiene cuando toco su mano, me voltea a ver con los ojos llorosos, hago que nuestras manos se entrelacen y me acerco más para estar cerca de su oído donde beso esa parte.
-Lo recordaremos siempre – le susurro para luego besar su cuello, dándole todo el apoyo, aun no superamos su muerte porque todo esto que pasó fue una pesadilla y Harrison podemos decir que fue nuestro héroe.
Cuando me alejo de su cuello, me mire de forma tierna, seco sus lágrimas, mientras que el no deja de mirar al frente mientras conduce. Ese momento fue triste por la pérdida de una persona inocente y todo por mi culpa pero sé que las cosas estarán bien y él está en un mejor lugar.
Al llegar a la casa de Megan nos estacionamos para luego salir del auto e ir al interior de la casa donde estaba Megan y Liam, me asombro al verlo a él ya que debería de estar trabajando.
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Editado: 26.04.2020