Eres Inolvidable

Epilogo

 

10 MESES

 

Mantengo a Harrison en mis brazos mientras toma leche de mi pecho, sonrío mirando como sus ojos se van cerrando, me mantengo cerca de la ventana donde veo el cielo cubierto de estrellas, suspiro aliviada de que pude tener a Harrison salvo y sano.

Cristian y yo decidimos ese nombre por honor a una persona que fue muy buena, aunque solo una vez lo conocí sabía que era un buen amigo, ahora queremos que nuestro hijo lleve ese nombre que es muy apreciado.

Lo coloco en la cuna para que duerma, ha cerrado sus ojos por completo, cuando ya lo tengo acostadito, toco sus manitas y su cabecita que son muy suevas, sonrío enamorada de este pequeñito, cuando de repente siento unos brazos en mi cintura, Cristian me da un beso en mi cuello.

-Se parece a ti – susurra cerca de mi oído, asiento sonriendo cuando me volteo para entrelazar mis brazos en su cuello – vámonos a dormir.

-Si – respondo cuando lo beso con intensidad, me agarra de la cintura para luego levantarme y hacerme que entrelace mis piernas en su cintura, me detiene en una pared donde me topa, nuestras lenguas hacen una danza que me excitan, ahora somos dos después de que mi angelito se durmió.

-Hazme tuya amor – le susurro cuando me dejo ser llevada hacia nuestra cama.

-Como ordenes amor – dice cuando me sonríe, me baja colocándome en la cama donde empezamos a vivar el momento de pasión donde dos almas se unen al amor, sus besos se hacen más potente dándome a conocer lo que siente por mí, es así como nos dejamos llevar cuando podemos.

Ya no trabajo en el hospital pues he decidido dedicarme solo a mi hijo, mientras espero que mi novio llegue, solo espero llegar el momento de casarme con Cristian y entregarme por completa pero no lo hemos hecho, no sé si yo ser la que diga las palabras o espero que el los haga, aunque por mí no hay problema, hombre o mujer puede declararse.

 

Después de estar en una noche de pasión, nos pusimos de nuevo la ropa y ahora estamos sentados en la cama mirando las noticias, es algo normal en nosotros.

-Parece que estará cerrada la calle 31 – digo cuando veo que dice eso en las noticias - ¿A dónde te iras para ir a trabajar?

-No iré – responde en seguida dejándome sorprendida.

-¿Qué? – le pregunto cuando enarco una ceja, me voltea a ver sonriente cuando se acerca y me empieza acariciar una pierna.

-Vamos a ver las estrellas – responde y no entiendo lo que me dice, frunzo el ceño – vamos a verlos pero en donde fuimos aquella vez.

-¿Ahorita? – Pregunto, asiente mirándome con atención como si esperase una respuesta - ¿y Harrison?

-Lo llevaremos – responde encogiéndose de hombros – por favor cariño – insiste cuando se acerca y me besa en el puente de mi nariz.

-¿Qué no dijiste que es propiedad privada? – le pregunto en un susurro al sentir sus caricias.

-¿Lo dije? –pregunta sin dejar de darme besos y acariciar mi espalda, asiento cuando me cuesta pronunciar palabra – pues olvida lo que de te dije.

-Ok vamos – le respondo cuando hago que se aleje ya que perderé el control de mis emociones, le sonrío con malicia – iré por Harrison.

Me levanto de la cama dejando la mano de Cristian, me dirijo al cuarto de mi hermoso bebé, con cuidado lo levanto de la cama, junto una mantita para cubrirlo ya que está dormido, se lo pongo encima para que la luz no lo moleste, cuando estoy lista salgo de ahí y me encamino a la sala donde se encuentra Cristian, al verme con su hijo en brazos se acerca sonriendo, levanta un poco la mantita para darle un besito en la cabecita.

-Vámonos – dice cuando nos encaminamos afuera de la casa, llegamos al auto en seguida para dirigirnos al lugar donde recuerdo que fue donde decidí aceptar mi amor por Cristian.

Cuando llegamos nos estacionamos en el mismo lugar, donde Cristian mantiene la luces del auto encendida, salimos del auto teniendo a mi bebe en brazos, él se acerca a mi lado y me abraza cuando empezamos a ver las estrellas que alumbran.

-Es tan hermoso – digo admirando la belleza de la noche - ¿Por qué allá no se ven tan hermosas como aquí?

-Porque este lugar es muy despejado – responde mirando arriba – te enseñare algo – dice cuando se aleja y se dirige al auto, mientras que yo sigo viendo el paisaje, escucho como Harrison se queja pero está soñando y es por eso que lo hace.

-Glenda – me llama Cristian, en seguida volteo y mi corazón empieza a palpitar muy rápido al ver que esta de rodillas con una caja de terciopelo, que adentro tiene un anillo, se me sale un chillido de la emoción – sé que a pesar de todo, lo tonto que fui al dejarte cuando más necesitaba fue un error, el peor error que cometí pero me di cuenta que eres el amor de mi vida y todo lo que vivimos fue una prueba para darnos cuentas que estamos hechos el uno al otro, me has dado un hijo hermoso que amo con toda mi alma, por eso ahora amor, ¿te quieres casar conmigo?

-¡Si! – exclamo cuando me acerco a su lado, se levanta y cómo podemos nos abrazamos ya que Harrison está en medio – te amo.

-Yo te amo más amor – dice cuando me besa, escuchar esas palabras me llenan de infinita emoción, es verdad a lo que nos enfrentamos era para saber que eras uno, nos amamos y eso nadie impide que nos alejemos, ahora juntos formaremos una relación que nos unirá eternamente.

 

 

FIN




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