Eres mi destino. Park Jimin

Cap. 6

 

Sin embargo Jimin pensó que también tenía que darle algo de esperanza. No podía apagar esa pequeña llama que la hacía seguir adelante.

Por mucho daño que ella le hubiera hecho en el pasado, no podía ser cruel con ella 

- Si - le dijo esbozando su mejor sonrisa - Vamos a ganar, no va ser fácil, ni rápido, pero vamos a ganar.

Abrumada, Lily se dió cuenta de lo cerca que estaba de sucumbir por completo, estaba a un milímetro de la rendición total. El sentimiento de alivio y esperanza era enorme.

Esa vez si dejo correr las lágrimas, sonriendo al mismo tiempo.

- Gracias - le dijo entre sollozos - Muchas gracias.

- No me las des todavía - dijo él - Ya me las darás cuando haya terminado todo y salgamos victoriosos de los tribunales.

Ella sabía que tenía razón. Era demasiado pronto para dejarse llevar por las emociones. Tenían una larga y dura guerra por delante.

Pero no podía evitarlo, llevaba tanto tiempo sola y aislada del mundo... Y lo había echado tanto de menos.

En un momento de descuido, Lily sintió que los sentimientos se apoderaban de ella. Se echo hacía delante y le rodeo el cuello con ambos brazos.

- Gracias - volvió a decirle, escondiendo el rostro contra el hombro de Jimin 

Él sintió la caricia de su aliento sobre la piel.

Un extraño cosquilleo lo recorrió por dentro.

 

 

Los viejos sentimientos arrollaron a Jimin como una ola en mitad de una tormenta. El impulso de estrecharla entre sus brazos y besarla era demasiado fuerte.

Hubiera sido muy fácil sucumbir a la tentación, bajar la guardia por un instante y dejar que el deseo se apoderará de él.

Pero también sabía que no podía hacerlo.

Ya había pasado por aquella experiencia y era perfectamente consiente del final de la historia. No podía dejar que le hiciera el corazón añicos, otra vez.

Una vez era más que suficiente, no quería tropezar dos veces con la misma piedra, además, era mejor dejar las cosas como estaban.

Y aunque su corazón latiera sin control, empujándole a hacer una locura una y otra vez, Jimin permaneció quieto.

Avergonzada e incómoda, Lily retiro los brazos y dió un paso atrás. Jimin estaba frío, muy frío, la joven logró mantener una sonrisa en los labios muy a duras penas, a pesar de sentir la frialdad por parte de él.

- Lo siento - murmuró - Supongo que me he dejado llevar por la emoción un momento. No volverá a ocurrir.

- No tienes nada de que disculparte - le dijo él, haciendo todo lo posible por sonar tranquilo y neutral.

Estaba haciendo un gran esfuerzo para no preguntarle por qué se había marchado como lo había echo, para correr a los brazos de otro, alguien que no podía haberla amado tanto como él.

- Ve a ver a Gisell...- le dijo, respirando hondo - Y pídele que te dé una lista de documentos que voy a necesitar para el caso. Es una lista estándar - añadió antes de que ella le preguntará cómo iba a saber Gisell lo que necesitaba pedirle - Dile que se trata de un caso de custodia.

- Gisell es la mujer que estaba en el escritorio de la entrada ¿no?

Jimin solo asintió.

- Es imposible no verla. Parece sacada de una versión de El Mago de Oz.

Lily solo sobrio, en realidad era una descripción muy acertada de aquella mujer, la secretaria si se parecía mucho a un munchkin. Giro a verlo antes de abrir la puerta.

- ¿Cuándo quieres volver a verme?

<<Nunca he dejado de querer verte>>, pensó él.

Volvió su vista había la agenda que tenía sobre la mesa y miro varias páginas, según podía ver lo tenía todo lleno, pero no importaba, encontraría la firma de hacerle un hueco.

- Cuando te venga mejor. - le dijo finalmente.

- La señora Dalton consiguió que el tribunal adelantará la fecha, así que te agradecería que fuera lo antes posible - lo miro con esperanza - Puedo volver con los papeles hoy mismo, por la tarde, si quieres.

Jimin hubiera querido aceptar, pero no podía.

- Tengo que estar en los tribunales dentro de media hora 

Y probablemente pasaría allí el resto del día.

Pero Lily ya no se dejaba amedrentar por los obstáculos, ya no, esa era una lección que había aprendido muy bien, los cobardes no iban a ninguna parte.

- Muy bien. Entonces puedo dejarte los documentos en tu casa está noche - le dijo - No quiero parecer pesada, pero me sentiré mucho mejor cuanto antes tengas todos los documentos que te hacen falta.

De repente se dió cuenta de que había pasado por alto un pequeño, pero importante detalle.

- Bueno, si a tu esposa no le molesta que te lleven trabajo a casa por la noche.

- No tengo esposa.

Jimin habló antes de pensar, y cuando se dió cuenta ya era demasiado tarde. Acababa de arruinar la única posibilidad que tenía de mantenerla a raya. Si ella pensaba que estaba casado, entonces mantendría las distancias. Ella no era una mujer fatal, a ella no le gustaban los flirteos. De haberle dicho que estaba casado, no lo hubieran rodeado con sus delicados brazos ni nada parecido. Lily era una mujer decente.

¿Pero, como iba a saber cómo era ella realmente después de tanto tiempo?

Jimin empezó a sentir que la rabia le subía por el pecho. La primera vez ya se había equivocado con ella. Años atrás hubiera puesto las natal fuego por ella, y se hubiera quemado. Jamás la había creído capaz de desvanecerse de la noche a la mañana y, sin embargo, lo había echo.

<<No te conocía en absoluto>>, pensó mirándola.

- ¿No estás casado? - le pregunto ella, sorprendida.

Alguien como Jimin no se quedaba soltero durante mucho tiempo, él era uno de los pocos hombres verdaderamente buenos que quedaban el el mundo 

Ya no hacían hombres como él.

De no haber descubierto que estaba embarazada la misma noche que él de le declaró, hubiera aceptado casarse con él y pasado el resto de su vida a si lado.

<<Cuidado Lily>>, se dijo a si misma. <<El pasado, pasado está>>




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