Lily era consiente de que nada había sido culpa suya, pero, de alguna manera, no podía evitar sentirse como si lo fuera.
Sin embargo, en cuanto estrechaba a Yahel en sus brazos, todo cambiaba.
En cuanto miraba aquella carita pequeña y perfecta, el amor que crecía en si interior anulaba cualquier otro sentimiento... rabia, vergüenza, culpa... Lo único que sentía era amor.
Y ese amor era tremendamente protector, de ninguna manera iba a permitirle a Elizabeth que pusiera sus garras sobre Yahel.
- Si - admitió como respuesta a su madre - Lo dije, salí con él.
No estaba de humor para jugar al juego casamentero al que su madre quería guiarla.
- Mamá - le dijo con energía - Ya tengo bastante con la pelea por la custodia. No es momento para jugar este juego.
Anne, que nunca había sido de las que insistían, se limito a asentir con la cabeza.
- Lo siento, cariño, tienes razón. Solo buscaba una forma para que te distraigas un poco y alivies la tensión.
Habiéndo sacado la partida de nacimiento de su hijo, Lily saco otros documentos más y comenzó a ponerlos en el escáner. No estaba dispuesta a perder nada por algún documento que faltará.
- Lo que realmente.e aliviaría la tensión sería que esa mujer desapareciera de la faz de la tierra.
- Bueno - dijo Anne - Ya sabes que mi primo Sam conoce a unas personas que...
Lily perdió la paciencia. Su madre no estaba tomando nada en serio en un momento como ese.
- ¡Mamá!
- Solo era una broma - dijo Anne - por desgracia la única gente a la que conoce mi primo Sam son ludópatas. No serían de ninguna ayuda en una situación como está - le dijo observándola mientras escaneaba otro documento.
En menos de un minuto la impresora saco las copias perfectas.
- ¿Qué estás haciendo?
- Le dije a Jimin que le llevaría estos documentos esta noche.
- ¿Vas a su oficina por la noche? - le pregunto su madre en un tono de preocupación
Aunque Farnham era una de las ciudades más seguras de todo el país, a Anne nunca le había gustado tentar a la suerte.
Lily pensó que lo mejor era asentir con la cabeza y dejar pasar el tema, pero tampoco quería mentirle. A ella nunca le había gustado mentir, aunque solo fuera por omisión. Cómo mucho, contaba las cosas sin especificar mucho, para no tener que entrar en detalles.
Ni siquiera su madre sabía la historia completa acerca del nacimiento de su hijo, pero ella siempre había respetado su privacidad, así que no podía dejarla pensar algo que no fuera cierto.
- Se los voy a llevar a su casa.
- Oh.
Lily levantó la mirada, aquella simple exclamación quería decir más cosas que muchas palabras.
- No, mamá. Nos viene mejor a los dos así. Eso es todo.
Anne asintió y esbozo una sonrisa.
- Si lo imagino.
<<No no lo imagines>> pensó Lily.
- Jimin tiene que darse mucha prisa.
Anne trato de reprimir una sonrisa.
- ¿Y puede hacerlo? ¿Puede hacerlo todo rápidamente?
Lily apretó los labios. Lo único que faltaba era un comentario picante y un guiño de ojos.
- Mamá, si me estás preguntando si alguna vez me acosté con Park Jimin, la respuesta es NO. Nunca me acosté con él.
Anne levantó las manos en un gesto defensivo.
- Yo no he preguntado eso.
- No, claro - dijo Lily - Tu has preguntado otra cosa - le dijo ironizando sus palabras.
Anne suspiro y movió la cabeza en negación, era evidente que sufría al ver así a su hija.
- Es una pena que las cosas no salieran bien entre Erik y tú. De haber sido así, aunque él hubiera muerto en ese accidente, quizá las cosas hubieran sido de otra manera.
Lily nunca le había contado a su madre las circunstancias en las que se había quedado embarazada. En ese momento, las palabras afloraron, arañandole la garganta, intentando escapar.
Pero si su madre llegaba a conocer la verdad, no le causaría más que dolor. Y aunque ella se hubiera sentido mejor contándoselo a alguien por fin, no quería hacerle daño.
- Si, es una pena - le dijo - Pero eso es agua pasada, como solía decir la abuela ¿Y quién sabe? A lo mejor la señora Dalton hubiera seguido empeñada en arrebatarme la custodia. Perdió a su único hijo y por lo visto cree que puede reemplazar a una persona con otra así como así, siempre que los genes sean los mismos.
Anne acarició la cabeza de su hija.
- ¿Seguro que no quieres que vaya a verla e intenté hablar con ella? Estoy dispuesta a hacerlo.
Lily echo a reír y nego con la cabeza.
- No, gracias, mamá. Ya tengo bastante con esta batalla en los tribunales, y no quiero tener otra. Solo Dios sabe que serías capaz de hacer. Ya te he visto enfadada en una ocasión y no quiero verte de nuevo.
- La oferta sigue en pie cariño.
Al terminar de hacer las copias, Lily metió todos los documentos en una carpeta azul, la puso sobre su escritorio y fue hacia su madre para darle un abrazo
- Gracias, mamá. Lo tendré en cuenta. Eres la mejor mamá.
- Por fin te has dado cuenta - dijo Anne en un tono bromista - Y no tengas prisa, estaba pensando en pasar la noche aquí de todas maneras - le dijo al tiempo que se volvía al escritorio - Le he traído a Yahel algunos de los cuentos que solía leerte cuando eras niña.
El rostro de su madre se iluminó al tiempo que Lily sonreía
- Pues entonces se la va a pasar de miedo.
- Y yo también. - sonrió Anne. - ¿Lo llevas todo? - pregunto cuando su hija cerró el bolso.
- Todo.
- Entonces, buena suerte. - dijo acompañándola a la puerta.
Lily se detuvo un momento al pasar por el salón.
- Tengo que salir de nuevo pequeño, pero volveré pronto, no te olvides de los deberes.
- No lo olvidaré mamá.
- Y tú tampoco se los hagas - dijo volviéndose a su madre.
La cara de Anne era la viva estampa de la inocencia.
- Jamás se me ocurriría.
Lily soltó una carcajada. - No te creo mamá.
Editado: 28.08.2021