Eres mi destino. Park Jimin

Cap. 16

 

 

Lily era su cliente. Los abogados que se acostaban con sus clientes cometían un grave error. No era ético. Todo el mundo lo sabía. Además, él ya tenía bastante y no quería meterse en problemas.

Podían llegar a quitarle la licencia de abogacía y no quería arriesgar su vida y la de Lily. ¿Quién iba a luchar por ella y por su hijo si él no podía hacerlo?.

Jimin le puso las manos sobre los hombros, y en vez de estrecharla entre sus brazos, la hizo retroceder y la mantuvo a raya, lejos de él.

- Sería un grave error Lily.

Ella asintió, respirando profundamente.

- Muy bien.

Por lo menos uno de los dos tenía sentido común. Pero el sentido común no podía sustituir a un buen abrazo.

Si dices en serio lo de quedarte aquí, iré a buscar sábanas y almohadas.

- Lo digo en serio.- afirmó Jimin.

Se había decidido en cuanto ella le había explicado su preocupación, pero no había reparado en el gran desafío que le supondría no acercarse a ella teniéndola cerca.

- Tienes que descansar - añadió mirándola.

Lily pensó que no podría dormir teniéndolo en el primer piso. Cada célula de su cuerpo vibraba de emoción y seguramente le llevaría mucho tiempo quedarse dormida. Pero por lo menos podría tumbarse un rato, sabiendo que Yahel estaba a salvo.

Respiró hondo y fue a buscar la ropa de cama.

 

 

 

Una extraña sensación de sentirse observado se coló en su inconsciente justo antes de despertar.

A medida que la bruma del sueño se disolvía y la mente se le despejaba, la sensación se había más fuerte. Jimin no era capaz de ahuyentar la inquietud. Parecía como si alguien lo observará, como si lo mirarán fijamente.

¿Acaso estaba bajo vigilancia?

¿Acaso había una cámara secreta oculta en algún lugar de la casa, puesta allí por la señora Dalton con la idea de conseguir alguna información útil para usarla en contra de Lily?

¿O acaso se trataba de un vestigio de un sueño ya olvidado?

Se sentía como si tuviera los ojos pegados. De repente pensó que no había dormido casi nada, que se había quedado dormido unos minutos antes.

Cuando por fin logro despegar los párpados, descubrió que no había ninguna cámara secreta espiándolo.

En realidad se trataba de un pequeño espía. Los ojos que lo miraban fijamente, como si quisieran memorizar cada rasgo de su rostro, y estos pertenecían a la persona que debía proteger.

Yahel.

En cuanto abrió los ojos, Yahel esbozo una enorme sonrisa.

- ¡Esta despierto! - exclamó - ¿Vas a vivir con nosotros? - le pregunto.

Jimin se incorporó y trato de explicar su presencia de alguna manera sin asustar al chico.

En ese momento, Lily entró en la sala.

- Va a quedarse unos días Yahel. Ya sabes... Será nuestro invitado.

Se detuvo junto al sofá y le dió a Jimin una taza de café recién echo.

- Pensé que te vendría bien - le dijo, esbozando una sonrisa 

- Me has salvado la vida - le dijo Jimin, agarrando la taza con avidez.

Su cerebro nunca se ponía en marcha hasta echarle algo de combustible.

- Una cosa por la otra - dijo ella con entusiasmo.

- ¿Qué cosa? - preguntó Yahel.

Lily le alboroto el cabello.

- Tienes que desayunar para ir al preescolar. Yo entro a trabajar muy pronto está mañana.

Yahel bajo la cabeza, desilucionado.

- ¿No puedo quedarme en casa hoy con el señor Park?

- Lo siento pequeño, pero yo también tengo que irme a trabajar - dijo Jimin.

- Oh... 

El chico pareció pensárselo un poco y entonces volvió a sonreír.

- Muy bien. Iré a desayunar - le dijo a su madre con entusiasmo, echando a correr hacia la cocina.

Lily suspiró, viéndolo correr.

- Cielos, como quisiera tener esa energía.

- A mi me parece que lo estás haciendo muy bien así - le dijo Jimin.

Después de terminarse el café, dejo la taza sobre la mesa de centro y se puso de pie.

- Tengo que irme a casa a cambiarme de ropa. Hasta parece que he dormido con esta ropa.

- Hay una razón para eso - dijo Lily - Has dormido con ella - añadió riendo.

- Cierto - admitió Jimin - Pero no quiero que Kate se de cuenta, si puedo evitarlo.

Lily pareció no entender.

- Si se da cuenta, no me dejara en paz.

- Oh. Yo apuesto por ti, seguro puedes mantenerlo a raya - le dijo Lily con seguridad - Si quieres puedes tomar algo para comer, acabo de preparar el desayuno. Hot cakes con arándanos y fresas, jugo de naranja y más café si gustas.

Jimin la miro sorprendido.

Ese era un desayuno muy tentador y le encantaban los hot cakes, pero ella no podía saberlo. Nunca habían pasado una noche juntos, así que nunca se habían levantado en la misma casa.

Hasta ese día.

El sueño y la luz de la mañana no habían logrado apagar la chispa del deseo que ella había encendido la noche anterior. Con solo pensar en ello, un relámpago de pasión corrió por sus venas.

- Me lo llevaré para el camino.

Haciendo un esfuerzo por ahorrar tiempo, la siguió hasta la cocina. Ella metió unos hot cakes en un recipiente y lo cerró. Comprobó que estuviera bien cerrado y lo metió a una bolsa de papel, junto con un tenedor.

Jimin sintió una satisfacción secreta. No llevaba comida en bolsa de papel desde el colegio.

- Volveré esta noche - le dijo tomando la bolsa.

Lily lo acompaño hasta la puerta.

- No quiero ser una molestia para ti.

- Entonces no pienses en ello - le dijo él deteniéndose junto a la puerta -¿Estarás bien hasta la noche?

Ella asintió.

- Si. Gracias. Solo me asustó por la noche - le dijo en un tono avergonzado - Supongo que es una estupidez. Pero por alguna razón, siento que si puedo defenderme de día.

Jimin pensó que también podía hacerlo de noche.

- Volveré antes del anochecer - le dijo, sabiendo que así la haría sentirse mejor.

Pero al mismo tiempo, ella se sentía culpable. Se estaba aprovechando de él, de su generosidad.




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