El sonido de la risa de Yahel llenaba el ambiente acariciando el corazón de Lily.
Habían pasado tres días o más bien tres noches.
Y ella ya se había acostumbrado a la rutina... Cada día contaba las horas que faltaban para volver a casa, sabiendo que allí la esperaba Jimin y Yahel.
Mientras los veía jugar a un juego de coches con el Xbox se daba cuenta de que había ocurrido algo especial.
<<Así hubieran sido las cosas si...>> pensaba.
Pero al final las cosas habían resultado de otra manera. Ella ya era una mujer adulta y las mujeres adultas no creían en cuentos de hadas ni en finales felices. La vida siempre se interponía en el camino acechante, lista para tender una emboscada. Ella lo sabía muy bien.
Y sin embargo...
- Mamá tienes una cara muy rara - dijo Yahel de repente, dándose la vuelta hacia ella.
Lili se sonrojó y volvió a la realidad.
- Lo siento cariño - le dijo sonriendo - Estaba pensando.
- ¿En que? - preguntó el niño.
Estaban sentados alrededor de la mesa de la sala. Habían decidido tomar la cena ahí mismo mientras jugaban con el nuevo videojuego que Jimin le había regalado a Yahel.
Lily se aferró a lo primero que se le ocurrió.
- Que bien que el señor Park te ha traído ese juego, ¿eh?
Yahel se volvió hacia Jimin y sonrío con alegría.
- Si es genial. Gracias de nuevo Señor Jimin.
- De nada pequeño.
Los ojos de Jimin se encontraron con los de Lily un instante.
Ella sentía que él podía haber en su interior de su corazón.
De repente su sonrisa se volvió tensa, forzada y Jimin se pregunto qué estaba pensando en ese momento.
Se había dicho en muchas ocasiones que no podía dejarse arrastrar a esa situación, que no podía permitirse disfrutar de aquellos pequeños placeres, porque sólo eran pasajeros.
En cuanto tuviera algo que usar en contra de Elizabeth Dalton podría convencerla para que aceptar a un acuerdo fuera de los tribunales.
Y en cuanto eso ocurriera todo habría terminado.
Lily seguiría con su vida y él con la suya. Y era precisamente por eso que no podía involucrarse de esa manera.
<<Es fácil decirlo pero hacerlo es otra cosa>> pensó, mientras oía reír a Yahel.
El chico había ganado de nuevo.
Y perder pensó Jimin nunca había sido un trago tan dulce.
- Lo has dejado agotado - dijo Lilly al entrar en la sala más tarde.
Acababa de preparar a Yahel para irse a la cama y el chico había quedado dormido nada más entrar en contacto con la almohada.
Jimin se rió, levantando la vista del ordenador.
- Y él a mí también.
- Pues no pareces tan cansado - le dijo Lilly sentándose en el borde del sofá.
- Es la práctica le dijo él, volviendo la mirada hacia lo que estaba leyendo en la pantalla.
Ella sabía que debía dejarlo trabajar tranquilo, pero no era capaz de levantarse del sofá. Era muy agradable verlo trabajar, igual que cuando estudiaban juntos para los exámenes. Siempre se concentraba tanto que no había nada que lo perturbará.
- ¿Has encontrado algo útil? - le preguntó tratando de no sonar impaciente.
- Todavía no estoy seguro - le dijo él con un gesto pensativo - Hasta ahora sólo son las piezas de un rompecabezas que Nicole me está enviando.
-¿Nicole?
Una emoción extraña vibró en su interior. ¿Celos? Su hermana no se llamaba así. ¿Una novia quizá?
Jimin asintió y continúo leyendo.
- La investigadora a la que tengo trabajando en el caso, indagando en el pasado de Erick y de su madre - miro a Lily - Nicole averiguó que no fuiste en la primera a la que Erick agredió sexualmente ni tampoco la última - añadió - Dalton no tenía escrúpulos de ningún tipo parece que el abogado de confianza de su madre un tal Howard, estuvo muy ocupado extendiendo cheques a cambio del silencio de todas esas mujeres - Jimin hizo una pausa - ¿Alguna vez aceptaste algún dinero?
- Ni un centavo - dijo Lilly, molesta con sólo oírlo.
- ¿Estás segura? - le preguntó Jimin, insistiendo mirándola fijamente.
- Claro que estoy segura - le dijo ella - ¿No crees que me acordaría de algo así? Nadie me ha ofrecido dinero jamás a cambio de mi silencio yo les hubiera hecho tragárselo billete a billete. ¿Porque te iba a mentir sobre algo así?
- Porque tienes miedo. Porque quieres quedarte con tu hijo y crees que esto lo pondría en peligro. Porque crees que te dejaría en mal lugar, como alguien a quien puede sobornar fácilmente.
- Te lo voy a decir sólo una vez Jimin, así que escúchame bien. Yo nunca pedí dinero, y ningún abogado llamado Howard o cualquier otra persona me ofreció un fajo de billetes - Lili lo atravesó con una mirada incandescente - ¿Qué parte es la que no entiendes?
- La parte en la que a todas las otras víctimas se les ofreció dinero, pero no a ti, ¿Porque no? - le preguntó. Nunca le habían gustado las adivinanzas a menos que tuviera la respuesta, y en ese caso no la tenía. Sabía que los abogados de Dalton tratarían de pillarlo desprevenido con aquel asunto y no estaba dispuesto a caer en la trampa. Si Lily le estaba ocultando algo tenía que saberlo de inmediato - ¿Por qué pagaron a todas las otras, pero a ti no?
- ¡No lo sé! - exclamó ella apretando los puños y caminando de un lado a otro - A lo mejor es porque nunca acudí a él, mientras que todas las otras sí lo hicieron - dijo intentando buscar una explicación - Yo no le escribí la nota hasta después del nacimiento de Yahel y eso me costó un gran esfuerzo. No le dije donde estaba ni tampoco le pedí nada. No quería volver a verlo nunca más. Tenía una amiga que era auxiliar de vuelo y ella fue quien le mandó la nota desde otro estado. Lo hice por Yahel para poder decirle que su padre sabía de su existencia, si alguna vez me lo preguntaba.
- ¿Y nunca le diste a Erick una dirección? ¿Nunca le dijiste cómo podía ponerse en contacto contigo?
Editado: 28.08.2021