-Gracias y dile a…- su frase se quedo en el aire, porque ni bien tomo la caja de manos de la chica, esta se dio media vuelta en dirección a la puerta.
-Hola Pansy- exclamo una pelirroja que iba entrando. La susodicha volteo a ver quien la nombraba, pero como si su mirada estuviera perdida y no viera a nadie delate de ella, siguió su camino a la salida, dirigiéndose de nuevo a la torre de las serpientes -Y a esta ¿Qué le pasa?- cuestiono Ginny, la castaña solo respondió con un movimiento de hombros.
-Subamos a mi habitación- indico Hermione.
Ambas chicas subieron por las respectivas escaleras y entraron. Pero al hacerlo ambas se llevaron una gran sorpresa.
Sobre la cama de Hermione, descansaban varias cajas de diferentes tamaños y encima de estas, una carta.
Hermione se quedo petrificada.
-¡Anda niña!- exclamo Ginny momentos después de ver que Hermione no se movía.
Esta, a paso temeroso, se acerco, lanzo la caja de chocolates al alguna parte de la cama y tomo la carta, la abrió y la leyó en voz alta.
Mi pequeña leona:
Verte triste me rompe el corazón y se que dije que aceptaba tu decisión de no ir al baile, pero espero que este pequeño detalle, te persuada y aceptes ser mi acompañante, no sabes la felicidad que eso me causaría.
Te quiero mas que a nada en el mundo y recuerda que te protegeré siempre.
Tu hurón.
Al terminar de leer la carta, gruesas lagrimas se resbalaban por las mejillas de Hermione, demasiados sentimientos se arremolinaban en su interior.
-¡Abre las cajas Hermy!- le indico la pelirroja, sintiendo un nudo en su pecho al escuchar las lindas palabras que el rubio le había dedicado a Hermione.
La chica con mano temblorosa, tomo la primea caja, esta era pequeña, negra y algo plana. La chica la abrió y se llevo la mano libre a la boca de la impresión.
Dentro de esta pequeña caja, había una garantilla repleta de brillantes, intercalando líneas entre el verde y el blanco y unos lindos pendientes a juego.
-No lo puedo creer- exclamo Ginny al ver las preciosas joyas -Esto le debió costar una fortuna.
Hermione seguía muda de la impresión.
Con parsimonia cerro aquella caja y la volvió a poner sobre la cama. La siguiente era mas grande. La chica, con los nervios aun de punta, la abrió.
Eran unos zapatos de tacón, sencillos, pero hermosos.
La ultima caja, era mucho mas grande, algo plana, la chica después de ver los primeros dos regalos del chico, se atrevió a deducir en su mente que había en aquella caja, que al abrirla, le dio la razón a lo que se imaginaba.
-Es un vestido- indico la pelirroja, pero Hermione, sin saber porque, le dio algo de pánico sacarlo.
-Sácalo tu Ginny- le pidió.
Y así lo hizo, colocándolo después totalmente extendido en la cama.
Era un vestido bellísimo, digno de una princesa. Era verde, sin duda al gusto de Draco, la falda era larga hasta el piso, de gasa, con un forro al mismo tono debajo, la parte de arriba era sin mangas, igual de gasa, con el mismo forro, pero escotada, en forma de corazón, dejaría a la vista la tersa piel de la chica, se ceñía al cuerpo con unas delgadas cintas en la parte de la espalda. Y como decoración, cientos de piedritas plateadas en la parte del frente y algunas salpicadas en la falda.
Ambas chicas no salían del asombro provocado por aquella prenda.
-Tienes que ir a ese baile Hermione- dijo la pelirroja, a lo que su amiga solo asintió.
Se miraron un momento y de repente, ambas comenzaron a gritar emocionadas.
-No lo puedo creer Ginny, todo esto es hermoso- una que otra lagrima de felicidad escapo de sus ojos.
-Lo se- le respondió -Ese hombre de verdad te ama- dijo sin mas.
-¿Qué dijiste?- pregunto ella dudosa.
-Por Merlín Hermione- exclamo -Me vas a decir que no te has dado cuenta.
-Yo…- pero no se le ocurrió nada que decir.
-No tienes remedio- dijo rendida -Pero bueno, luego hablaremos de eso- dijo comenzándola a empujar al baño, donde Hermione ya había preparado bata y toallas para la pelirroja -Báñate tu primero, porque con esa melena, siempre te tardas- ante aquel comentario la chica se sonrojo.
Ginny cerro la puerta del baño, se sentó en el sofá que tenia su amiga en la habitación y comenzó a meditar la situación.
-“¿Cómo es posible que no se de cuenta?”- pensó –“Tan despistada mi Hermy”- continuo con sus cavilaciones por un rato mas.
Habían pasado alrededor de diez minutos desde que Hermione entro al baño, la pelirroja se encontraba ahora en el balcón, mirando como el sol se terminaba de ocultar.
La noche callo completamente, ya era hora de la cena, pero por los preparativos del baile, no habría banquete, sino solo algunos aperitivos durante el baile.
Pero el estómago de la pelirroja no entendió muy bien eso y comenzó a exigirle comida, haciendo ruidos bastante sonoros.
La chica regreso a la habitación, aparte de que ya sentía algo de frio también. Y ni bien entro, sus ojos captaron la caja de chocolates.
-No creo que se moleste si tomo un par- rio maliciosamente, cual niño que hace una travesura.
Abrió la caja y vio que sobre los chocolates había una nota, pero la ignoro totalmente, haciéndola aun lado y tomando dos de los bombones.
Sin pensarlo dos veces se los metió en la boca y comenzó a masticar con prisa. En ese instante, Hermione salió el baño y vio que la chica se ponía roja. Miro hacia la cama y vio la caja de chocolates mal cerrada.
Hermione solo rio ante el acto de su amiga. La había atrapado en plena travesura.
Pero cambio su gesto al ver las muecas que hacia su amiga.
-Esos chocolates deben de estar caducados- dijo al tiempo que escupía en el pequeño bote de basura que tenia la chica -Saben horribles.
-Eso te pasa por comer lo que no debes- comento su amiga entre risas, las cuales se detuvieron abruptamente al ver como Ginny se desplomaba directo hacia el piso.
-¡¡Ginny!!- grito alarmada Hermione, al ver como la pelirroja comenzaba a convulsionar en el suelo.
Hermione, así como estaba en bata, se tiro al piso tratando de ayudar a su amiga.
Pero nada podía hacer ella, ni siquiera cargarla a la enfermería. Se encontraba sola, llorando con desesperación. Hasta que algo vino a su mente.
-“Draco”- pensó, se concentro un momento -Expecto Patronum- pronuncio fuerte y claro y su patronus apareció frente a ella. Le indico que trajera a Draco y este desapareció -Resiste Ginny, te lo suplico.
Esa noche, Draco se había ido a las mazmorras, ahí se estaba arreglando para salir al baile con sus amigos.
Estaban dentro de la habitación que Blaise compartía con Theo, los chicos estaban terminando de alistarse, el desde hace un buen rato ya había terminado de cambiarse, estaba sentado en uno de los sofás, su cabeza no dejaba de darle vueltas al tema de lo aquejaba, deseaba con toda su alma que la castaña aceptara sus obsequios y mas aun, que accediera a ir al baile con el.
-¡Hey Draco! ¿Estas ahí?- la voz de Blaise lo saco de su trance.
-¿Qué pasa Zabbini?- pregunto un poco molesto.
-Vamos hombre, te estoy hable y hable y ni me volteas a ver.
-Perdón- exclamó el chico -Estoy algo nervioso.
-Tranquilo hermano- hablo Theo -Ya veras que si ira.
-Eso espero amigo- contesto el rubio -¿Ya nos vamos?- cuestiono, pero no hubo tiempo de una respuesta, una luz brillante apareció frente a ellos.
-“Necesito que vengas a la torre, es una emergencia, algo le paso a Ginny, ayúdame por favor”- Draco al principio no entendió nada, el no conocía el patronus de Hermione, pero después de escuchar el mensaje que este le dio, salió corriendo hacia la torre que compartía con la chica.
Sus amigos se quedaron en shock, jamás habían visto algo así, se dice que por falta de momentos felices en su vida, los Slytherins no pueden conjurar el patronus.
Pero después de reaccionar, salieron corriendo también.
Draco corría por pasillos y escaleras, pero sentía que le faltaba velocidad para llegar, a pesar de que iba a toda prisa, en su desesperación, sentía que avanzaba a paso de tortuga.
Hasta que al fin llego, pronuncio la contraseña y apenas cupo por el espacio abierto de la puerta, reanudo su carrera hasta la habitación de Hermione.
-¡Hermione!- abrió de golpe la puerta de la habitación, encontrándose con una castaña desesperada y una pelirroja inconsciente y con los labios amoratados.
-Ayúdame por favor- exclamo la chica entre sollozos.
Draco si pensarlo dos veces, se acerco a ellas y levanto a la pelirroja como si fuera una princesa y reanudando una vez mas su marcha, salió a toda prisa de la habitación, encontrándose en la sala común, a los chicos que lo venia siguiendo.
-¿Qué paso?- preguntaron casi al unísono.
-No tengo idea- respondió el, pero sin detener el paso -Vamos a la enfermería, busquen a Potter- le indico y salió de ahí.
Los otros dos chicos, salieron de la torre y se encaminaron a toda prisa hacia la de los leones.
Draco seguía avanzando, en ningún momento se quejo o aminoro el paso.
De golpe, Hermione abrió la puerta de la enfermería en cuanto llegaron a ella.
-¡Ayuda!- grito -¡Madame Pomfrey!
La mujer en seguida apareció, al escuchar lo gritos desaforados de la chica.
-Por Merlín ¿Qué le paso?- pregunto la mujer.
-No lo se- contesto Hermione que seguía con las lagrimas saliendo de sus ojos -Comió esto- dijo tendiéndole el chocolate que había agarrado antes de que Draco llegara y que había guardado en el bolsillo de la bata que traía puesta -Dijo algo de que sabia como caducado o una cosa así.
La mujer tomo aquel dulce en sus manos, lo inspecciono, lo partió después a la mitad y se atrevió a olerlo.
-Por Merlín- exclamo alarmada -Esto huele a belladona pura.
Los chicos la miraron con gesto contrariado y preocupados de que algo grave o mortal pueda pasar, debido a su tardanza en llevar a la chica a la enfermería.
Sin mas que decir, la señora Pomfrey, corrió a su estante, donde tenia todo tipo de plantas y materiales para curación, de inmediato comenzó a mezclar cosas y regreso a la camilla donde recostaron a la pelirroja al llegar.
Como pudo, vertió el contenido de un pequeño vasito que llevaba en sus manos, dentro de la boca de la chica.
-¿Estará bien?- pregunto Hermione temerosa.
-No lo se- respondió la enfermera -El veneno ha pasado mucho tiempo en su cuerpo, será un milagro que despierte.
Al escuchar aquello, la chica sintió como sus piernas fallaron y hubiera impactado contra el suelo, si Draco no la hubiera atrapado, pero gracias a que el chico tenia unos excelentes reflejos, logro sostenerla por la espalda.
Se puso de pie nuevamente, pero Draco no la soltó, ella se giro para mirar el rostro del chico, quien al ver el semblante que la castaña tenia, maldijo a medio mundo por haberse ido de la torre aquella noche.
-No quiero perderla Draco- comenzó a llorar de nuevo y oculto su rostro en el pecho del chico -No puedo soportar perder a otra persona importante para mi.
-No lo harás Hermy- trato de consolarla -Ella es fuerte y testaruda- hablo recordando lo poco que sabia de la forma de ser de la chica.
La estaba abrazando con fuerza y quería decirle algo mas, pero la abrupta y repentina apertura de la puerta de la enfermería, los asusto, provocando que se separaran.
-¡¡¡Ginny!!!- se escucho el grito desaforado de Harry y este corrió después a la camilla, volteo a ver a los chicos y con el semblante desencajado cuestiono -¿Qué fue lo que paso?