Draco llego a su torre, con total desgana pronuncio la contraseña para poder entrar.
Subió las escaleras a su dormitorio con la misma energía y entro en él. Tomo de su armario lo primero que encontró, se acerco a su cama y lanzo ahí la ropa.
Se quito el chaleco que traía, deshizo la corbata y la arrojo también a la cama, a esta le siguió la camisa y al final los pantalones. Se saco los zapatos y comenzó a vestirse de nuevo con lo que había sacado.
Opto por un simple pantalón de chándal, una playera blanca y unos tenis, se sentía algo de frio, así que antes de salir al cuarto de Hermione, tomo una sudadera y se la coloco.
Salió nuevamente y brincando la barandilla que dividía las escalera, entro al cuarto de la castaña.
Al entrar lo primero que llamo su atención fue el hermoso vestido que estaba extendido en la cama de la chica.
Aquel vestido lo había visto cuando acompaño las chicas a Hogsmade a hacer sus compras, en cuanto lo vio colgado en el aparador, sabía que le quedaría perfecto a Hermione y sin dudarlo lo compro. Lo demás accesorios, los compro con ayuda de las chicas. Se sintió tan feliz en aquel momento, comprando cosas para la mujer que ama y sus amigos apoyándolo en eso.
Tomo la prenda entre sus mano y aquellos recuerdos felices fueron remplazados por la ira.
Nuevamente por culpa de aquel pelirrojo, Draco no pudo disfrutar de la compañía de Hermione, no puso hacer realidad su deseo de verla con aquel hermoso vestido y bailar con ella toda la noche.
Inhaló profundo, centro su mente en la tarea que tenia que cumplir en aquel momento. Así que tomo con cuidado la prenda y de manera parsimoniosa la doblo, la regreso a la caja donde venia y coloco la tapa, los mismo hizo con las demás cajas y las coloco todas juntas sobre el escritorio de la castaña.
Se acerco después al armario de la chica y busco algo que llevarle.
Tomo para ella también un pantalón de chándal, una blusa de manga larga en tono lila y una sudadera.
Se iba a dirigir al lugar donde estaba todos los zapatos de la chica, pero un vergonzoso pensamiento vino a su mente.
-¿Necesitara ropa interior?- aquel pensamiento, provoco que sus mejillas se tornaran de un intenso color carmín, el gran casanova Malfoy, se sentía avergonzado por tener que ver y tocar la ropa interior de una chica, pero dado que no tenia la certeza de si la necesitaba o no, no tenía opción.
Abrió el cajón del armario, encontrándose con lo que buscaba. Quería tener el menor contacto posible con aquellas prendas y no porque le diera asco ni nada parecido, sino porque era la ropa interior de Hermione.
En otros tiempo aquello le hubiera dado igual, habría revisado prenda por prenda, imaginándose a la chica con ella puesta, pero ahora era diferente, aquel amor que sentía por ella lo hacía diferente.
Así que sin más, tomo lo primero que vio sin prestar demasiada atención, sostén y pantaleta, listo, los oculto entre la demás ropa que llevaba en las manos, se acerco a los zapatos, tomo un par de tenis y salió nuevamente en dirección a la enfermería.
En la enfermería, Hermione seguía sin moverse del lado de la pelirroja.
Ya no lloraba, el sentir que su amiga recuperaba un poco de su temperatura normal, la había tranquilizado. Así que solo se limitaba a sostener su mano y de vez en cuando a acariciar su cabello.
-¿Cómo sigue?- una conocida voz rompió el silencio, sobresaltando ligeramente a la chica.
-Parece que mejor, ya no esta tan fría y sus labios no se ven tan morados- respondió con expresión cansada.
-Deberías ir a descansar Hermy- indico el azabache -Yo me quedare con ella.
-Esta bien- acepto -Solo esperare a Draco.
Un profundo silencio los invadió.
-¿Lo amas Hermione?- pregunto Harry sin más, minutos después. Sorprendiendo a la castaña.
-No lo sé- respondió ella y así era, aun no estaba segura de sí lo que sentía era amor. Sabia que había algo, que en su corazón, aquello que la invadía no era un cariño de amigos, pero con su escasa experiencia, no lo sabia con certeza -Creo que sí, tú sabes que jamás he visto a nadie de una manera más allá de la amistad, así que esto es nuevo para mí.
Harry le dedico una sonrisa a la chica, él estaba feliz por ella, aunque el sentimiento no se reflejara en sus ojos, aunque le había costado trabajo, aceptaba que Draco era buen chico y que protegería a Hermione de todo, eso estaba más que demostrado.
Solo deseaba que las cosas salieran bien, porque así como iba la situación, no les deparaba un futuro muy alentador.
El silencio volvió y no fue hasta varios minutos mas tarde, que un chico rubio lo interrumpió.
Con cautela entro por las puertas de la enfermería, el rechinar de estas anuncio su llegada y fue recibido por una hermosa sonrisa por parte de la chica.
-Siento la tardanza- de inmediato le entrego la ropa y lo tenis a Hermione.
-No pasa nada- respondió ella al tiempo que tomaba las prendas.
Se alejo un poco, a dos camillas de donde Ginny estaba, coloco el biombo de manera que no la pudieran ver y dejo la ropa en la cama.
Se quito la bata, sintiendo de inmediato los estragos del frio, tomo el pantalón, pero antes de ponérselo, vio como algo cayo al suelo, de inmediato lo recogió y no pudo evitar que sus mejillas ardieran de vergüenza, eran sus pantaletas, sacudió sobre la cama el resto de la ropa y ahí estaba la otra parte de su ropa interior, el sostén.
Jamás en su vida había sentido tanta vergüenza. Pero aun así, agradeció al chico mentalmente por haberle llevado aqueas prendas, así no se sentiría tan incomoda.
Y sin perder mas tiempo, se vistió y calzo. Recoloco en su lugar el biombo y regreso junto a los chicos, con el rubor aun marcando sus mejillas, el cual se acrecentó, al cruzar su mirada con la del chico.