Los aurores llevaron de inmediato a ambas chicas directo a San Mungo para que fueran revisadas.
Por desgracia, pocos minutos después de la llegada Ginny fue declarada muerta.
Ante aquella noticia los presentes se estremecieron, la señora Weasley aún no llegaba, pero Harry más que nadie, estaba consciente de que sería sumamente difícil darle la noticia y peor aún, ver como lo tomaría.
Después de aquel devastador anuncio, los chicos, en compañía aun de varios aurores, esperaban saber algo de la castaña, pero nadie llegaba a decirles nada.
Pasada la primera hora, apareció al fin la señora Weasley.
-¡¡¡Ginny!!!- entro gritando a todo pulmón en la sala de espera -¿Dónde está mi hija?- al entrar, de inmediato identifico al azabache que estaba sentado con el rostro entre sus manos, al levantar la vista hacia la histérica mujer, esta quedo helada por el semblante del muchacho -H-Harry ¿Dónde e-esta Ginny?
-Lo siento mucho señora Weasley, Ginny murió a manos de Ron- soltó el chico sin más, recordando la solicitud que la mujer le había hecho la última vez que había visitado la madriguera y sintiéndose enojado y frustrado a partes iguales.
-Eso no es posible- dijo la mujer en un susurro apenas audible.
-Yo se lo advertí, pero usted no quiso creerme, ahora ella ya no estará con nosotros.
-¡Te pedí que cuidaras de ella!- exclamó furiosa la mujer, empujando levemente a Harry, el cual no hizo más que recibir el golpe.
-Y yo claramente le advertí que Ginny estaba en peligro, pero usted no quiso creer y no quiso escuchar, así que quien no cuido de ella realmente, fue usted- la mujer quedo petrificada ante aquellas palabras, jamás pensó que el chico llegaría a actuar de aquella manera tan cruel.
-Por tu causa perdí otro hijo más- insistió la mujer.
-¡Mujer necia!- grito esta vez Draco furioso, se había mantenido al margen, pero el hecho de que no tuviera noticias de su prometida y la necedad de aquella mujer, terminaron por sacarlo de sus casillas -¡Fue culpa de su maldito hijo!- la mujer lo miraba atónita, apenas había sido consciente de la presencia del chico ahí -Por culpa de su hijo Ginny murió y ¿Quiere saber cómo lo hizo? Protegiendo a Hermione de ese mal nacido, ahora mi prometida y mi futuro hijo están al borde de la muerte.
Molly Weasley estaba más allá del estado de shock, su mente no podía procesar tanta información en ese momento.
-Tranquilo hijo- intentó calmarlo la voz de su recién llegada madre. El chico sólo bufo, se alejó un poco de la escena y con frustración enredo sus dedos entre sus platinados cabellos.
-Señor y señora Weasley- interrumpo ahora un Medimago, la pareja volteo a verlo -Necesito que reconozcan el cuerpo de su hija y tomen la decisión de que hará con el- aquellas palabras provocarlo que la mujer casi desfalleciera ahí.
Sin esperar reacción alguna, Arthur tomó a su esposa por el brazo y siguieron al Medimago.
La sala de espera volvió a quedar en silencio, lo único que lo rompía momentáneamente eran los resoplidos y bufidos que exhalaba Draco por la frustración que sentía de no tener noticias de su prometida.
Una hora más paso.
Zabbini y los demás chicos habían optado por regresar a la mansión, llegaron a la conclusión de que su presencia no era necesaria y las chicas estaban cansadas y tristes, así que acordaron con Draco que si algo pasaba los llamara de inmediato. El rubio sólo asintió a la petición y agradeció que estuvieran ahí.
Narcisa por su parte, se mantuvo al margen, no dijo ni preguntó nada, siendo solo un silencioso apoyo para su hijo.
Media hora más transcurrió y Draco ya no fue capaz de soportar el silencio.
-Potter- dijo en tono cansino, llamando la atención del chico sentado a su diestra -¿Tu nunca sospechaste que la pelirroja estaba en peligro?- le cuestionó sin más, desconcertado al azabache que lo miraba con los ojos muy abiertos.
Flash Back
Cierto azabache, buscaba con desespero a su novia, pero no la encontró por ningún lado. Desesperado, pregunto a cada persona perteneciente a la casa de los leones si sabían algo de ella, pero nadie le daba razón de su paradero.
Así paso una semana, sin noticia alguna, hasta que una mañana en el gran comedor, la torpe lechuza de los Wesley hizo aparición, dejándose caer, prácticamente con todo y carta sobre el chico, quien de puro milagro se salvó de que aquel animal lo matara de un golpe.
De manera presurosa, abrió la carta que el animal le entrego y a los pocos minutos, esta termino hecha girones frente a él.
Querido Harry:
Esta carta es solo para decirte que dados los recientes acontecimientos, yo Ginevra Weasley, ya no deseo ser tu novia, en especial porque me parece injusto lo que tú y Hermione le hacen a mi hermano.
Esas malditas serpientes casi me matan y no puedo creer que tu y ella solo se hayan puesto de su parte, así que también te informo que jamás volveré a Hogwarts.
Ron tiene razón tú y Hermione son unos traidores.
Ginny.
-Harry- le llamo Hermione preocupada -¿Qué paso? ¿Qué decía?- cuestiono con insistencia.
-Ella no volverá- le respondió entre dientes, la furia invadía todo su ser, aquella carta, era una estupidez total.
-¿Cómo dices?- volvió a cuestionar la chica -Eso no tiene sentido.
-Hum- exclamo el chico -Si eso te parece sin sentido, su explicación te matara de risa- dijo con el tono más acido que podía, desconcertando a la chica con su actitud -Dice que no volverá, porque fuimos unos pésimos amigos y traicionamos a su hermano- el chico dejo salir una carcajada algo siniestra y llena de ironía -Y que por mi amistad con las serpientes, ella ya no desea seguir siendo mi novia.