¿ Eres Mi Regalo De Navidad?

5. ¿REALIDAD O NO?

 

 La mujer detenida en la puerta de entrada, dio un paso adelante, cerrando la distancia entre ellas. Y otra vez fue repelida por algo. Parecía que una magia antigua fluía  alrededor de Elysia, algo poderoso emanaba de la librería y la protegía de ella.

—Sí, una elección muy simple —casi rugió la extraña mujer—. Olvida al príncipe Elfo y todo volverá a la normalidad. Persiste en este... sueño tuyo, y las consecuencias podrían ser... desafortunadas.

 La advertencia de la misteriosa señora resonó en el aire con un peso ominoso. Elysia, sin embargo, no podía comprender la referencia al príncipe Elfo; esos personajes pertenecían al reino de lo fantástico, a las historias que se deslizaban entre las páginas de los libros que tanto amaba. ¿Cómo podía ella, una simple librera, estar involucrada en tales fábulas?

 La confusión se apoderó de su expresión mientras procesaba las palabras de la mujer. ¿Era posible que la realidad y la ficción se estuvieran entrelazando de alguna manera inexplicable? Eso no podía definitivamente ser real, lo cual la convenció de que seguía soñando o quizás alucinando. Con un gesto habitual en busca de asegurarse de su vigilia, se pellizcó con fuerza, cerrando los ojos con la esperanza de despertar de lo que debía ser un sueño vívido.

 Al abrirlos, no estaba en su cama, permanecía de pie ante la puerta abierta de su librería, la figura amenazante de la extraña señora había desaparecido, reemplazada por otra mujer vestida de un blanco deslumbrante, tan blanco que la hizo entrecerrar los ojos, y que la miraba con una sonrisa amable y una actitud entusiasta por las compras.

 —¿Ya está abierto, cariño? Hoy quiero comprar muchos libros —dijo la nueva visitante, avanzando en el espacio de la librería como si fuera su propio hogar.

 Elysia se apartó, todavía medio aturdida, y echó un vistazo fuera de la puerta, buscando alguna señal de la enigmática señora que le había hablado del príncipe Elfo. No había rastro de ella; era como si la tierra se la hubiera tragado.

 —Definitivamente debo dejar de leer esas historias de fantasía—, se reprendió mentalmente, aunque en el fondo algo le decía que no era el material de lectura lo que había causado esta extraña serie de eventos. Algo más estaba en juego, algo que no podía simplemente ignorar o explicar como un exceso de imaginación.

 Mientras atendía a la cliente entusiasta, su mente no dejaba de volver a la advertencia de la extraña. ¿Y si no era una invención de su mente delirante? ¿Y si realmente estaba enredada en una trama tan antigua y compleja como las páginas desgastadas del libro verde desaparecido?

 Elysia sabía que no sería capaz de dejar el tema en paz hasta encontrar respuestas. Y algo le decía que esta era solo la primera de muchas visitas extrañas que recibiría en su librería. En lo que veía revolotear a su cliente, parecía más una mariposa danzando entre los estantes que una humana. Sacudió la cabeza, al ver que tenía dos enormes alas transparentes en su espalda. Sí, algo estaba mal con su mente, pensó ante la visión.

 La señora, con su aire de ensueño, parecía mágica mientras apilaba su selección de libros de fantasía en el mostrador. Elysia observaba cada volumen, sintiendo una mezcla de gratitud por la venta y un toque de melancolía al ver partir tantas historias queridas. La librería se había quedado un poco más vacía, pero al mismo tiempo, más rica en misterio.
Aunque ahora que lo pensaba, no se había percatado de una cosa. Ayer casi había vendido todos los libros en existencia de los estantes. ¿Por qué estaban de nuevo llenos hoy si ella no lo hizo? No recuerda cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que solicitó libros porque se acababan los existentes. Algo no está bien Elysia, ¿será esto también un sueño? ¿O es que acaso no me he despertado?

—Querida, a veces si deseamos algo mucho puede que alguien te escuche y te conceda el deseo —dijo la señora con una voz que parecía contener un secreto, sus ojos brillando con una luz inexplicable haciendo que Elysia saliera de su ensoñación y monólogo mental. Recogió las bolsas llenas de libros y añadió con una sonrisa aún más luminosa—. Feliz Navidad Elysia, y no desesperes, quizás tu regalo de Navidad esté más cerca de lo que crees.

 Y así como había llegado, la señora desapareció por la puerta de la librería, dejando tras de sí un silencio lleno de posibilidades. Elysia permaneció inmóvil por un momento, procesando las palabras de la mujer. ¿Qué habrá querido decir con eso? se preguntó. 

 Cada vez todo se volvía más extraño y al mismo tiempo fascinante. ¿Y qué si aún dormía y le estaban sucediendo todas estás cosas maravillosas y al mismo tiempo atemorizantes?, era algo que la había sacado de su monotonía. De sus días en que no pasaba nada, y en los que repetía las mismas cosas una y otra vez.

 Fue entonces cuando su mirada cayó sobre un libro solitario en el mostrador. Un ejemplar que no recordaba haber puesto allí, con tapas blancas y letras doradas que anunciaban su título: "Leyenda del príncipe elfo". 

 Un escalofrío recorrió su espalda. Elysia extendió la mano con cautela y tomó el libro, sintiendo una conexión instantánea, como si ese objeto contuviera respuestas a las preguntas que ni siquiera sabía que tenía.
—Parece que se le quedó al hada. ¿Por qué dije eso? —se preguntó sin dejar de mirar el resplandeciente libro blanco como la señora. —No se va a molestar si le echo un vistazo. Pensé que me había leído todas las historias de fantasía de la librería, pero tanto el otro libro verde como éste, jamás los había visto. Veamos de qué se trata.




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