Eres mi salvación.

Capítulo V: Nos encontraron.

Voy mirando la carretera. Tengo mi cuerpo entumecido, llevo manejando varias horas. Estoy muy cansada. Siento que mis ojos se cierran. Miro a Hache, va mirando por la ventanilla, metidos en sus pensamientos. Ya no aguanto más tiempo manejando.

-Necesitamos frenar en algún lugar. Ya no puedo seguir manejando sin dormir. – él me observa y asiente. Creo que es de muy pocas palabras. Miro hacia adelante, un cartel dice: “A cuarenta kilómetros, motel las estrellas.” Creo que está bien para mí. – ¿Hache? – pronuncio un poco apagada. Él gira y me observa unos segundos. Le puse ese nombre ya que es experimento H.A.1. No sé lo que significa, pero me parece demasiado largo para llamarlo así. – Voy a frenar en un motel, dormiré un poco y seguiremos el viaje.

Cuando llego estaciono cerca de lo que parece una oficina. Bajo y camino hacia ella. Hay una chica con los pies sobre el escritorio. Me mira y rueda los ojos.

-Hola. – pronuncio, ella no me mira y sigue revisando su celular. – quisiera dos habitaciones continuas. – ella gira y mira una planilla.

-No se encuentran dos habitaciones libres continuas. Solo hay una con cama de dos plazas, con balcón y baño incluido, señora. – dice casi escupiendo la última parte. Mi cara se pone roja de la ira.

-No soy señora, no estoy casada, soy señorita. – grito en forma exasperada con mi respiración acelerada. Ella me mira como si no le importara y apunta con su dedo detrás de mí. Giro y choco con el pecho de hache. Me mira con el ceño fruncido.

-Solo toma la habitación. – dice tajante. Yo asiento y tomo la llave que me entrega la muchachita mal educada. Tiene un llavero con el número 4. Le entrego el dinero por una noche. Y camino hacia el auto. Él me sigue de cerca. Lo prendo y voy hacia la habitación. Estaciono cerca de las habitaciones, bajo tomando mi mochila.

Abro la habitación y voy hacia el baño. Saco las cosas de la mochila y me encuentro con un sobre. Tiene escrito Génova en letras grandes. Es la letra de Meridid, tiene una bonita letra cursiva. Lo rompo y saco el contenido, son muchos billetes de 100. Dios. Esto es mucho dinero. Hay una hoja escrita en su interior. La abro y comienzo a leerla.

 

Génova:

Mi querida amiga. A estas alturas debes estar muy lejos. Eso espero. Quiero que uses el dinero. Cómprate un pasaje y vete lejos. No vuelvas aquí solo hay dolor y decepción. Intenta encontrar a alguien y ser feliz. La vida es corta, te lo digo yo que paso mucho tiempo aquí adentro. Cuida a ese lobo guapote que tienes. Leí muchos papeles de los laboratorios. ¿Puedes creer que lleva encerrado 80 años? Es una locura. Lo separaron de su familia y experimentaron con él. No sabe mucho del mundo exterior. Según lo que leí es un hibrido, un hombre lobo mitad vampiro. Cada vez me sorprendo más. Espero puedas ayudarlo a encontrar su lugar en el mundo. Creo que te necesita más de lo que piensas. Investiga sobre licántropos. Te ayudara a entenderlo.

Mucha suerte. Espero que se encuentren bien. No trates de contactarnos. Pueden rastrearte. No mires atrás. Sigan su camino sin pensar en el pasado. Tú mereces ser feliz. Y él también. Voy a cuidar a tu familia en tu ausencia. Nadie va a saber que existen, cambie tu expediente con el mío. Yo no tengo familia. No te preocupes, voy a ir a visitarlos seguido. Y voy a hablarles de lo que paso. No la parte del lobo, claro, pero sí que tuviste que salir del país. Se feliz.

Tu mejor amiga en el infierno del laboratorio.

Con cariño, Meredid.

Mis lágrimas caen sobre el papel escrito. Es mi única amiga. La única en todo el mundo. Es un hermoso regalo. Me encantaría agradecerle, pero tiene razón no puedo llamarla, pondría en riesgo todo lo que hemos hecho hasta ahora. Escucho unos golpes en la puerta.

-Génova, ¿estás bien? – me sorprendo al escuchar mi nombre saliendo de sus labios. Es la primera vez que me llama por mi nombre.

-Si. – digo secándome las lágrimas de mis mejillas. Abro la puerta y me encuentro con un lobito un poco inquieto. – Voy a dormir un poco. – digo recostándome en la cama. Él me mira tratando de descifrar mis pensamientos, quiere decir algo, pero se detiene. Gira su cabeza y asiente. Yo cierro los ojos y me dejo guiar por el sueño.

-Despierta. – murmura un lobo algo desesperado. Está todo oscuro. No logro ver nada. Su mano esta sobre mi boca. No me deja respirar bien. – Nos encontraron. – dice en un tono muy bajo. Mi cara refleja sorpresa. Saco su mano de mi boca para poner respirar mejor. Y miro por la ventana ya es de noche.

- ¿Dónde están? – digo en el mismo tono bajo. Él me mira y apunta hacia la ventana.

-Demasiado cerca. – pronuncia tajante. Me levanto de un brinco de la cama. Me pongo mis zapatillas y me dirijo al baño. Tomo mi mochila y guardo todo en el interior. Salgo y el lobo abre la puerta principal. – Hay dos hombres en la otra habitación. – dice apartándose de la puerta.

Toma mi mano y me guía al baño. Hay una ventanita muy alta que da para el fondo del motel. La miro. No llego a subir por ahí, está demasiado alto. Hache cerró la puerta y le coloco algo muy pesado para que no logren entrar rápido. Lo miro con preocupación. Él se acerca y mira la ventana. Me hace señas que le entregue la mochila. Lo hago y la tira sobre la ventana. Es bastante larga. Pero de ancho es muy estrecha. Dios, esto no me gusta. Hache se coloca atrás mío, me toma de la cintura y yo ahogo un grito en mi boca. Me levanta y me acerca a la ventana. Yo me agarro fuerte e intento subir. Paso la mitad de mi cuerpo y me sostengo de su mano. Caigo golpeando mi cuerpo contra la pared. Me siento adolorida, pero no digo nada. Suelto la mano del lobo que todavía tenía agarrada. Escucho a Hache pegar un salto y subir a la ventana. Toma la mochila y baja. Es muy feo ser baja. Me toma de la mano, nos dirige al bosque que está detrás del motel.




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