Eres mi salvación.

Capitulo IX: ¿Me recuerdas?

Todo iba perfecto entre Hache y yo. Cada día confiaba más en el sin importar nada. Yo era feliz a su lado, aunque tengamos que seguir huyendo, escapando de las personas que nos querían encerrar para poder experimentar con él. No había noticias de las personas del laboratorio. Creemos que perdieron el rastro al momento en que nos separamos.

Ya van dos meses que nos encontramos en la mansión, todo parece color de rosas estando al lado de mi lobito. Es hermoso ver como es aceptado, a pesar de ser solo mitad lobo. Las cosas van bien para él en la manada. A mí todavía no me aceptan piensan que no soy digna de su altura. Solo tengo a Hache y a Declan, él se porta bien conmigo, lo considero un amigo. Aunque el lobito se ponga celoso.

Hache va a visitar muy seguido la tumba de sus padres. Según lo que recuerda, sus padres eran buenas personas siempre pensando en el bien de su manada anteponiéndola por, sobre todo.

Me encuentro arreglándome para la fiesta de esta noche, es muy importante ya que los Alfas y Lunas de las manadas vecinas, vienen a dar la bienvenida a Hache como nuevo Alfa de la manada de los Calajan. Estoy muy nerviosa, ya que tengo que ser muy cordial y delicada, toda una dama. Esto es muy importante para él, y quiero complacerlo.

Me miro en el espejo de la habitación, Marta me ayudo a arreglar mi cabello, haciendo un bonito peinado. El vestido que llevo se pega a mi cuerpo, marcando mis curvas, es de un color rosa pastel, tiene un escote bastante pronunciado, que no es de mi agrado. Es largo hasta el suelo, con un corte en una de mis piernas, que llega hasta mi muslo. El vestido es un regalo especial para esta ocasión, de parte de Declan, no quiero decepcionarlo, me pidió con mucho entusiasmo que usara solo el vestido. Dice, “que el rosa es mi color” yo no lo creo.

-Estas preciosa. – murmura hache muy cerca de mi oído. Me abraza por detrás colocando sus manos en mi cintura. –Creo que tendré que vigilarte toda la noche. – sonrió ante su elogio. Giro para darle un beso en sus hermosos labios que tanto adoro.

-Tu no estas nada mal. – lleva un traje, que se pega a esos enormes y musculosos brazos y abdomen. – Creo que también tendré que vigilarte esta noche. – digo con una sonrisa más grande. Deleitándome con la vista que tengo delante de mí.

Sus ojos cafés viajan por todo mi cuerpo, observando cada parte de él. Me muerdo el labio inferior por inercia, solo con esa mirada hace que un escalofrió recorra mi cuerpo. Su mirada se posa en el escote de mi vestido por más segundos de los que desearía. Hace una mueca de que me hace arrugar el entrecejo.

-Vamos, nos están esperando. – dice dejando un beso justo al final de mi escote subiendo por él, pasando por mi cuello hasta terminar en mi oído. – No te separes de mí, esta cena es para firmar un tratado de paz, no para empezar una guerra, mi luna. – sonreí mostrando todos mis dientes, me acerqué más, dejando un beso en la comisura de su boca.

-Tu tampoco te alejes, no quisiera dejar a un alfa sin su luna. – conteste coqueta. Él se rio bajito, y me estrecho en sus brazos.

(…)

La fiesta transcurrió de la mejor forma, Hache estuvo todo el tiempo a mi lado, sin separase un segundo. Los Alfas de las otras manadas, estaban de los más complacidos con tener a Hache de nuevo en sus vidas, alagaban a sus padres como los mejores gobernantes y amigos, que había. Me sentía orgullosa de la forma en que Hache manejaba todo con tanta tranquilidad, como si recordara todo lo que paso en su momento. Nadie menciono lo sucedido en el laboratorio, y agradecía que siguiera de esa forma.

-Señores y señoras. – anuncio el dueño de la mansión y Alfa de la manada. – Quiero presentarles a mi nuevo vecino, el sobreviviente de una terrible desgracia. – hizo un ademan con la mano donde nos encontrábamos Hache y yo. – Hache Calajan. – termino, las personas presentes aplaudieron a nuestro alrededor.

Hache se tensó mucho cuando algunas personas que no vimos en la cena se acercaron para saludar al aludido. Me apreso con su mano en mi cintura atrayéndome al calor de su cuerpo, de una manera protectora. Lo miro por unos segundos cuando esa mano intensificaba el agarre, no tanto para causar daño. Pero si una ligera molestia.

- ¿Hache? Eh. - pronuncio una persona alta con media sonrisa en sus labios. Sus ojos cayeron sobre mí, observando mi cuerpo de arriba hacia abajo con descaro. – Yo siempre pensé que tu nombre era, Samuel Calajan, tus padres estarían decepcionados de que te cambiaste tu nombre.

Hache cambio la cara endureciendo todos sus rasgos, este hombre lo está provocando para generar una pelea entre ellos, y que descubran lo que en realidad es. Decidimos ocultar la mitad vampírica de mi lobito, para no generar caos entre los lobos Alfas. Con el simple hecho de que Hache vuelva a sus tierras a reclamarlas, es un reto para el resto de las manadas. Según nos contó Declan, esas tierras estaban por ser subastadas, cuando cumplieran los 100 años de desparecido de sus legítimos dueños. Con nuestra aparición esos planes se acabaron, logrando gran incomodad entre el resto de los Alfas.

-Ese nombre ya no me pertenece. – gruño Hache entre dientes, provocando una sonrisa en el nuevo integrante de la reunión.

-Tu no estas invitado a esta reunión. – dice con vos dura el padre de Declan. Que pronto se posiciona al lado nuestro. - ¿Qué estás haciendo aquí?




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