La mañana llegó más rápido de lo que imaginé. Desperté en el departamento de Hobi, envuelta en una calidez reconfortante, con la sensación de que el día traería consigo algo inolvidable.
Cuando abrí los ojos, él ya estaba despierto, apoyado en la cabecera de la cama mientras revisaba su teléfono. Al notar que me movía, giró su rostro hacia mí con una sonrisa.
—Buenos días, dormilona —dijo con su voz suave y algo ronca por el sueño.
Me estiré y suspiré con satisfacción.
—Buenos días… —respondí, aún con los ojos medio cerrados por la pereza.
Hobi se inclinó para dejar un beso en mi frente antes de levantarse.
—Vamos, los chicos ya están esperándonos.
La emoción se encendió en mi pecho al recordar que hoy era el concierto, pero además, hoy volvería a ver a todos.
La vibra del lugar era inigualable. Miles de fans ya comenzaban a reunirse en los alrededores, y aunque el concierto aún no empezaba, el ambiente estaba rodeado de emociones. Nos dirigimos a un acceso más privado, donde el staff ya estaba organizando los últimos detalles. Al cruzar una puerta, mi corazón se aceleró al ver al resto de los chicos.
—¡Rory! —exclamó Jimin, acercándose con una sonrisa amplia antes de atraparme en un abrazo.
—¡Hola! —respondí, riendo, mientras me abrazaba también a Jin y Namjoon, que esperaban su turno para saludarme.
—¡Mira quién está aquí! —bromeó Taehyung, revolviéndome el cabello con diversión—. ¿Lista para vernos brillar en el escenario?
—¡Por supuesto! —reí, sintiéndome parte de esa hermandad única que siempre había sentido con ellos.
Yoongi se acercó con una sonrisa más discreta, pero sincera.
—¿Lista para ver el mejor concierto de tu vida?
—Si no lo es, les haré repetirlo solo para mí —respondí con picardía, provocando las risas de todos.
Mientras compartíamos el momento, mi mirada se encontró con la de Hobi, quien me observaba con ternura desde un lado del vestidor. El simple hecho de estar ahí, rodeada de personas que apreciaba, viendo lo felices y emocionados que estaban, me llenaba el alma.
—Bueno, nosotros tenemos que prepararnos ya para el ensayo—anunció Namjoon, palmeando la espalda de Hobi—. Pero asegúrate de disfrutar cada segundo del show, Rory.
—Eso haré —sonreí.
Hobi se quedó a mi lado unos segundos más, como si no quisiera despedirse todavía.
—Nos vemos en un ratito —murmuró, deslizando su mano suavemente sobre la mía antes de marcharse con los demás hacia el ensayo en el escenario. Lo observé irse, sintiendo cómo mi corazón latía con más fuerza.
Me quedé a un lado observándolos, y me sentí feliz, de verlos en el escenario divirtiéndose, disfrutando de lo que hacían.
Cuando el soundcheck estaba por comenzar, poco a poco la gente comenzaba a ingresar al lugar llenando de voz el recinto. El ambiente en el estadio era electrizante. Desde mi asiento en una zona más privada, podía ver cómo el lugar se llenaba de luces y emoción. El staff se movía con precisión, asegurándose de que todo estuviera en orden.
Conforme el estadio comenzaba a llenarse y el cielo a oscurecer, las luces del estadio comenzaron a atenuarse y el sonido de los gritos de los fans aumentó con fuerza. Mi corazón latía con rapidez mientras la pantalla central se iluminaba, dando inicio a la introducción del concierto. Los fans sostenían sus lightsticks, creando un mar de colores vibrantes que se extendía como un cielo estrellado en la oscuridad.
Los visuales aparecieron en la pantalla, mostrando fragmentos de su gira, imágenes en blanco y negro que daban paso a luces brillantes. Y entonces, la primera nota de la música resonó en todo el estadio.
El suelo vibró con los primeros acordes, y en medio del humo y las luces cegadoras, siete siluetas emergieron en el escenario.
El grito de la multitud fue ensordecedor. Ahí estaban y ahí estaba él.
Vestido con un atuendo impecable, con esa energía que lo hacía brillar incluso más que las luces del escenario, Hobi se movía con la precisión de alguien que nació para esto. Su sonrisa iluminó la pantalla gigante cuando la cámara se enfocó en él, y sentí que el aire me faltaba por un instante.
Nunca lo había visto así. Tan radiante, en su elemento.
Mis ojos se quedaron fijos en él mientras el concierto avanzaba. Cada movimiento, cada palabra, cada expresión, todo transmitía una pasión que solo se podía entender viéndolo en persona.
Durante uno de los descansos entre canciones, los chicos comenzaron a hablar con el público.
—¡Gracias por estar aquí esta noche! —dijo Namjoon, su voz firme resonando en el estadio.
El resto de los chicos compartió algunas palabras, y cuando llegó el turno de Hobi, sentí un nudo en la garganta.
—No tienen idea de cuánto hemos esperado este momento —dijo con su energía contagiosa—. Y lo mejor es que hoy, entre todas las personas increíbles que están aquí… hay alguien muy especial para mí.
Mi respiración se detuvo por un segundo, los chicos rieron suavemente, dándole miradas cómplices. Hobi sonrió, como si supiera exactamente lo que estaba haciendo.