Eres Mi Sol -J-Hope

No es un cuento de Hadas…

La semana estaba pasando más rápido de lo que habría imaginado, era como si el tiempo se diera cuenta de que yo ya no quería detenerlo, y que no quería detenerme a pensar mucho en eso.

Ya no quería mirar atrás, no quería traer el pasado al momento de calma que tanto anhelaba. Mis redes sociales estaban cerradas y mi teléfono personal había estado apagado desde hacía días, como si fuera una forma de protegerme, de mantenerme en silencio.

Había tenido que conseguir otro número, uno que solo compartí con mis padres, el estudio y los chicos, de esa manera me sentía que controlaba al menos una parte del caos. También había decidido no regresar al estudio, me sentía culpable de dejar a Haneul con todo el caos, de tener que dar las explicaciones que a mí me correspondían.

Al principio me sentí culpable, como si estuviera fallándole a los demás, pero Haneul me detuvo en seco con una mirada seria y esas palabras firmes que siempre usaba para hacerme entender.

—No tienes que demostrarle nada a nadie, Rory. Nadie. Tómate el tiempo, esto no es un descanso, es una defensa legítima.

Así que eso fue lo que hice, me quedé en la seguridad que me brindaban las cuatro paredes de mi departamento, las cortinas mantenían lejos las cámaras curiosas, lejos de la gente que había comenzado con las amenazas, y por primera vez entendí la preocupación de Hoseok al principio.

Ellos siempre habían sido honestos y cuidaban de mí. Dejé escapar un suspiro sonoro esa mañana cuando leí la nota que había dejado Haneul sobre la encimera de la cocina junto a un vaso de café de mi cafetería favorita y un pan dulce, sin darle vueltas al asunto, sin cubrir la realidad:

«Hay reporteros afuera. Bastantes. Algunos se han hecho pasar por repartidores, otros están sentados en los coches fingiendo esperar a alguien más.»

Y yo, que siempre había pensado que mi vida era irrelevante, que pasaba siempre desapercibida entre las grandes multitudes, entre el ruido y gente importante, ahora descubría lo que era convertirse en una versión distorsionada de mí misma para los demás.

Me sentía al margen de mí misma. Como si me hubieran empujado fuera de escena en la historia de mi propia vida, con el peso de una exposición que nunca pedí.

Salí de mis pensamientos mientras observaba por un hueco de la ventana cuando el timbre y unos leves golpes en la puerta resonaron en medio del silencio de esa mañana. Camine en silencio cruzando mi departamento hasta la puerta, al abrir me encontré de nuevo con Se Ryeon.

Lo último que esperaba ver esa mañana era su rostro, pero ahí estaba, de pie frente a mí una vez más como si no se diera cuenta de lo mal que me hacía su presencia cada vez que aparecía frente a mí.

Se quedó de pie afuera de mi departamento, estaba vestido de negro, llevaba una gorra y una mascarilla, pero para mí era inconfundible, fácil de reconocer.

Su mirada era la misma de siempre: intensa, contenida, pero esta vez con un matiz distinto… ¿Culpa? ¿Remordimiento? ¿Confusión?, no sabía que quería ahí en ese momento, aunque no sabía cómo definirlo.

Mi cuerpo se tensó al tenerlo cerca de nuevo, después de todos esos intentos por alejarme de él, ahí estaba de nuevo. Como si supiera que cuando algo estaba mejorando para llegar a arruinarlo.

—Rory… —dijo, apenas.

Me aferré al borde de la puerta, sin moverme.

—¿Qué haces aquí? —No lo dije con rabia, sino con agotamiento, con ese cansancio que llega cuando no te quedan ganas de revivir escenas pasadas.

Él tragó saliva, bajando la mirada por un segundo.
—Necesitaba verte. Escucharte. Saber que estás bien, vi todas esas notas que salieron estos días, sobre ti y sobre…

—No es tu lugar preocuparte por eso —respondí, manteniendo mi voz en calma, aunque mi corazón golpeaba fuerte contra el pecho.

Se hizo un silencio tenso, roto apenas por el arranque de un coche. Tal vez un reportero. Tal vez alguien más. Ya daba igual.

—Sé que no tengo derecho a venir —dijo finalmente—. Pero desde que todo esto salió… desde que te vi en las noticias, no he podido dejar de pensar que, tal vez, en algún momento… yo fui el inicio de esta cadena.

Me alejé de la puerta apenas entrando a la sala, escuché sus palabras, eran suaves, medidas, como si hubiera ensayado cada frase. Pero eso no borraba los hechos.

—No te equivoques, Se Ryeon —respondí con firmeza—. Lo que estoy viviendo no tiene nada que ver contigo. Tú no iniciaste esto. Lo que hiciste fue otra herida. De otro tipo.

Él asintió, como si ya lo supiera, pero necesitara escucharlo de mi boca.

—No vine a pedir perdón —dijo—. Ni a que todo vuelva. Solo… necesitaba verte con mis propios ojos, saber que estás bien, que… no te rompieron… —dijo parándose frente a mí.

Mi pecho se apretó, pero me mantuve firme, el silencio volvió a colarse entre nosotros.

—¿Por qué te preocupa tanto ahora, cuando fuiste tú el primero en derrumbarme por completo?

Se Ryeon bajó la mirada al suelo, vi como su postura cambió, lo vi de una manera diferente como no lo había visto antes.

—Porque no supe lo que tenía… hasta que lo arruiné. Hasta que ya no estabas —murmuró, apenas audible—. Porque creí que el silencio era más fácil que enfrentarme a todo lo que fallé contigo.



#7004 en Fanfic
#39513 en Novela romántica

En el texto hay: btsjhope, bts fanfic, jhope bts

Editado: 23.07.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.