No vale la pena

Las despedidas son las más tristes, los tres nos despedimos de los chicos con la promesa de que nos veríamos pronto, mis padres se habían encariñado más de lo que pude imaginar, y no se digan mis amigos y yo. Teníamos a siete chicos inquietos a los que por muchos años habíamos visto a través de una pantalla.

—Los vamos a extrañar chicos, como no se imaginan, ahora que se van la casa quedara sola —dijo mi madre con una sonrisa algo triste, mientras mi padre trataba de consolarla con un abrazo.

—Gracias, chicos, por venir y quedarse un tiempo aquí, no duden en volver cuando quieran.

—Muchas gracias a ustedes, por aceptarnos a los siete aquí en su casa, fue una buena estadía —dijo Nam Joon con una sonrisa y despidiéndose con un corto abrazo de mis padres.

Tras órdenes del Manager, salieron de la casa después de despedirse de nosotros para entrar a las camionetas que los llevarían al aeropuerto, me hubiese gustado acompañarlos, pero era mejor quedarme para evitar escándalos.

Regrese a mi habitación, tenía algunas cosas que hacer desde aquí, mi agenda se estaba cargando de cosas debido a todo lo que iba posponiendo, era temprano, pero no quería volver a dormir, así que lo mejor que podía hacer era avanzar en mis pendientes.

Mientras escuchaba música y respondía a algunos correos importantes del estudio, el tiempo se me paso, con todo lo que tenía que hacer no había tenido tiempo de ver mi teléfono que estaba sonando, así que conteste la llamada sin ver de quién se trataba.

—Hola Rory, veo que has pasado muy bien el tiempo donde quiera que estés —la voz de Se Ryeon me hizo perder la concentración en lo que estaba haciendo.

—Se Ryeon por favor, deja de llamarme te lo dije ese día, pensé que lo habías entendido las veces que te lo repetí.

—¿Estás con ese chico?

—¿Quién, de qué hablas? Estoy ocupada, si no tienes algo importante que decir por favor deja de llamar o mandar mensajes, no está bien.

—Estoy preocupado por ti como no te lo imaginas, no quiero que alguien te lastime, ni siquiera sé dónde estás, te fuiste hace ya mucho, llegue a pensar muchas veces que algo te había pasado.

—Sí alguien más me lastima no tiene nada que ver contigo, a fin de cuentas, es algo que tú ya hiciste, no hace falta que sepas donde estoy, no hay razón para que tú lo sepas, ahora por favor te lo pido, aléjate de mí, deja de lastimarme más, deja de ver que hago y que dejo de hacer —después de decir esas palabras termine la llamada. Estaba enojada y dolida por su repentina aparición, estoy en medio de algo que está dando inicio y no vale la pena, trato de convencerme de que alguien como él no vale mis lágrimas.

—Hija, saldré con unas amigas, ¿te pasa algo? —mi madre se paró a mi lado viéndome con preocupación —¿quieres hablar con alguien?

—Mamá, no solo quiero estar un rato a solas, ve con tus amigas no te preocupes por mí — traté de sonreír un poco para disminuir su preocupación la cual cambio al ver quién volvía a llamar.

—Debes decirle que deje de llamarte si te pones así —puso una mano sobre mi hombro para reconfortarme —¿te ha dicho algo?

—Mamá, en serio estoy bien, lo voy a solucionar, así que ve con tus amigas que deben estar esperándote.

—Bien, promete que me contaras si te pasa algo, regreso en un par de horas.

Me despedí de mi madre, la cual no estaba muy convencida de dejarme a solas en este momento, tenía esa preocupación de dejarme por lo sucedido en el pasado, pero estaba segura de que tal vez ahora podía manejar las cosas de la mejor manera, aunque a veces podía dejarme llevar por los impulsos trataba de no caer de nuevo.

Solía actuar de manera alocada, cuando me sentía al borde del abismo solía actuar de una manera poco raciona, se me nublaba la razón llegando a lastimarme casi terminando con mi vida en diversas situaciones.

Al quedarme a solas en la casa pude dejar las lágrimas salir, no era porque lo quisiese todavía, era por su forma de aparecer cuando estaba todo mejor, cuando mi vida estaba tomando un giro agradable esa persona que menos quería saber o ver tan siquiera.

Tan malo era esto de tener un pasado y tratar de vivir en el presente, solo quería desconectarme un poco de todo eso, había pasado unos días tan lindos que no me di cuenta de que la felicidad es eterna, lo único que me brinda un poco de consuelo es que no hay mal eterno tampoco.