La vida es una serie de emociones

El grito ensordecedor del público aún vibraba en mis oídos. Sentía mi pecho subir y bajar rápidamente, tratando de procesar lo que acababa de suceder. Hobi me había mencionado, de una forma tan sutil y a la vez tan significativa, que aunque los demás no supieran de quién hablaba, él y yo sí, y eso hacía que me sintiera conmovida.

Pero no tuve tiempo de seguir pensando en ello porque en ese instante la siguiente canción comenzó. El estadio volvió a rugir con fuerza. Las luces estallaron en colores vibrantes y la energía de la música nos envolvió nuevamente. Los chicos bailaban con precisión impecable, sus voces llenaban el aire y la emoción del público era casi palpable.

Pero mis ojos no podían apartarse de él. Moviéndose con una intensidad arrolladora, su presencia en el escenario era magnética. Su sonrisa, su mirada, el brillo en sus ojos al conectar con el público… era un espectáculo en sí mismo.

Y en ciertos momentos, cuando la cámara lo enfocaba o cuando su mirada recorría el público, sentía que su atención se detenía justo en mi dirección. No podía estar segura. Tal vez era solo mi imaginación. Pero cada vez que ocurría, mi corazón se estremecía.

Después de algunas canciones, llegó un momento más pausado del concierto.

Los chicos tomaron asiento en el escenario, respirando entre risas mientras el público los animaba.

—¡Esto es increíble! —exclamó Taehyung, secándose el sudor con una toalla—. Se siente bien estar con ustedes otra vez.

—Cada vez que estamos en un concierto, me doy cuenta de cuánto extrañamos esto —agregó Jimin.

El público respondió con un grito de afirmación, y yo no pude evitar sonreír.

—Sí… y cada vez, encontramos razones nuevas para seguir dando lo mejor de nosotros —dijo Hobi, tomando el micrófono.

Un silencio expectante se creó entre los fans, esperando sus siguientes palabras.

—Esta gira ha sido especial de muchas maneras. Y para mí, este concierto es aún más especial.

El público gritó de emoción, pero yo solo podía mirarlo, sintiendo que su voz iba más allá del micrófono, que sus palabras estaban llegando directamente a mí.

—A veces, cuando la vida se mueve demasiado rápido, olvidamos lo que realmente nos hace felices —continuó, con una sonrisa sincera—. Y estar aquí, con ustedes… es muy importante para mí… me recuerda lo que realmente importa.

El público gritó aún más fuerte, mientras mi corazón latía con fuerza y emoción. Hobi se llevó la mano al pecho y cerró los ojos por un momento, como si él mismo estuviera procesando lo que acababa de decir.

Y entonces, como si su mirada pudiera encontrarme entre miles de personas, levantó la cabeza y buscó en mi dirección. No lo pensé. Simplemente, sonreí, sintiendo cómo mis ojos brillaban por la emoción. Él sonrió también. Y aunque fue solo un segundo, ese instante quedó grabado en mi alma.

El resto del concierto pasó en un abrir y cerrar de ojos. Canté, grité, me dejé llevar por la magia del concierto, por presenciarlo a él y a los chicos en un momento así. Sentí la energía de la música vibrando a través de mí, como si cada nota estuviera entrelazada con mis propios sentimientos.

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Cuando el concierto terminó y las luces se encendieron, sentí cómo mi corazón latía desbocado. Las personas comenzaron a salir, mientras yo me quedé ahí, esperando el momento para ir con los chicos.

Estaba feliz, con las emociones a flor de piel por presenciar el concierto de tal magnitud, y las palabras de Hoseok… todo era una serie de emociones inexplicables.

Mi teléfono vibró en mi bolsillo. Lo saqué y mi corazón se detuvo por un instante al ver su nombre en la pantalla.

Hobi: “Ven al backstage. Quiero verte.”

—¡Eso fue increíble! —dije, con una sonrisa entrando al backstage.

—No habrá necesidad de repetir el show entonces —dijo Tae con alivio mientras tomaba agua.

—Se han salvado, esta ocasión.

Las risas llenaron la sala mientras los chicos se relajaban después del concierto. El ambiente era cálido, íntimo, con la energía vibrante del espectáculo aún flotando en el aire.

Namjoon se acomodó en el sofá, estirando los brazos con un suspiro satisfecho.

—Bueno, creo que hemos superado nuestras propias expectativas hoy.

—Eso es porque somos increíbles —bromeó Jin, sacando una toalla para secarse el sudor.

—Más bien, porque tenemos la mejor audiencia —intervino Jimin, sonriendo con orgullo.

Me reí al verlos en su estado más natural. Lejos de las luces, de los gritos del público, seguían siendo simplemente ellos, los mismos chicos con los que me sentía en casa.

Hobi aún no había soltado mi mano desde que entramos. Sentía su pulgar trazando pequeños círculos en mi piel, un gesto casi inconsciente que me hacía sonreír.

—¿Entonces? ¿Cómo se sintió vernos desde esa perspectiva? —preguntó Yoongi, mirándome con interés.

Mi corazón se aceleró al recordar cada momento.

—Fue… más de lo que imaginaba —dije, con sinceridad—. Siempre pensé que los conciertos debían sentirse mágicos, pero verlos en el escenario, sentir la energía del público, la conexión… realmente no hay palabras suficientes para describirlo.