Y a causa de las decisiones de mis padres aquí estoy, cambiando mi vida junto con mi madre lo que ya sabía es que algún día se iban a divorciar, no se podían ver a la cara después de que mi madre supo que mi padre la engañaba con su amiga de infancia, no odio a mi padre por hacerlo pero me dolió mucho o igual que a ella.
Ahora que ya se divorciaron, mi madre tiene mi custodia ya que aún soy menor de edad pero no puedo quejarme, aún así si me hubieran dado la posibilidad de escoger no dudaría en irme con ella. Mi madre es la mejor, sabe entenderme, sabe como protegerme y cuidarme. Tenemos una muy buena relación de madre e hija al contrario que mi padre no nos llevamos muy bien después de lo que hizo, las conversaciones que solían ser graciosas y muy agradables se tornaron bastante tensas e incómodas.
En estos momentos estamos llegando a lo que será nuestro nuevo hogar en un pequeño pueblo escondido en grandes bosques y montañas llamado Hill Street. Hay lo necesario para vivir aquí, escuela; hospital; biblioteca y un centro comercial. Nuestra casa queda cerca del bosque pero hay que hacerle demasiados cambios, ya que es imposible vivir en una casa en este estado de abandono pero a mi madre le agradó el sitio en donde está..
— Te dije que no hay que hacer muchos cambios Beth.
Mi madre abre la puerta principal, entramos al salón y mi mirada se dirige hacia el llamativo techo.
— ¡Hay un agujero en el techo! ¿Qué haremos con ello? Mamá, es imposible vivir aquí...y menos con este clima.
Sí, puede que esté algo molesta con el clima de aquí, pero no creo que me tome mucho tiempo acostumbrarme a la lluvia, estaba acostumbrada a vivir con calurosas temperaturas, este clima es totalmente lo contrario...Pareciera que va a llover, y que una tormenta se acerca.
Miro los charcos en el suelo de la oscura madera casi podrida.
— Tienes razón, pero hija...— se acerca a mí y me da la mano para caminar hacia lo que sería nuestra sala de estar — ¡Mira el potencial que hay aquí!, tendremos un televisor enorme para que veamos películas juntas en un gran sofá allí
Me indica los lugares e inmediatamente me imagino como se vería todo, y una emoción se apodera de mi.
— Sí lo sé, mamá, esta casa tiene un enorme potencial pero está oscureciendo y está comenzando a llover, mañana este lugar estará inundado.
Miro el agujero que está arriba de mí, siento caer las gotas de agua en mi gorro de lana.
— Sí, tienes razón, me emociono mucho al pensar lo que haremos aquí ¿Te parece si comemos algo y luego vamos al hotel que vimos en la carretera? No queda muy lejos y se ve bastante bueno.
— Me parece bien.
Tenemos muchas cosas que hacer en esta casa.
Camino a una habitación es espaciosa, muchísimo más de lo que era mi antigua habitación. La madera casi podrida y las telas de araña en las esquinas le da un aire de suspenso lo que me da escalofríos, el suelo rechina al caminar y observo por la ventana mal puesta y rota, el patio trasero, las cercas están completamente destruidas y disparejas a un lado del bosque lo que da un espectáculo aterrador, es bastante grande. El olor a pino y a flores silvestres inunda mis fosas nasales, pero la piscina con agua podrida llama mi completa atención.
— Parece que nunca se molestaron en limpiar aquel patio, está muy descuidado. La piscina es asquerosa, ¿Hace cuanto que alguien no vive en esta casa?.
Nos quedamos viendo el paisaje aterrador unos segundos, y es verdad. Al parecer aquella piscina no tiene pinta de haberse limpiado por un buen tiempo, me pregunto cuantas especies de seres vivos estarán viviendo ahí.
— La verdad pensaba en ¿A quién se le ocurrió hacer una piscina en un lugar que tiene este clima casi todo el año?.
Mamá suspira ante mi comentario.
— ¿Qué tienes en contra de este clima? Además me contaron que hay temporadas de calor que derriten hasta tu alma, Así que la piscina se quedará.
Luego de verme al girar mis ojos me arrastra hasta la sala de estar nuevamente, para así llegar hasta la puerta principal. Ella cierra la puerta con llave, lo que encuentro algo estúpido, la puerta del patio trasero está en mal estado, es cosa de empujar la puerta y cualquier persona puede entrar, pero ¿Quién entraría a una casa abandonada? Ah sí, mi madre y yo.
El camión de mudanza llega mañana, así que sí o sí tenemos que dormir en un hotel hoy porque no pienso dormir en el incómodo asiento del coche de mamá.
Cuando entramos a nuestra habitación con dos camas pequeñas, me lancé a la mía sin pensar.
— ¡Por Dios! Me acabo de enterrar algo.
Me quejo al sentir un pinchazo en mi abdomen, dejando un fuerte ardor. El resorte del colchón acaba de pincharme.
— Beth...por dios, ¿Estás bien?.
Me levanto y veo que solo tengo enrojecido.
— Sí no es nada, no debí hacer eso.
Siempre lo mismo, nunca me fijo en nada.
Un relámpago hace presencia afuera, lo que me hace dar un pequeño salto en mi lugar por el susto. Después de eso nos acostamos en nuestras respectivas (e incómodas) camas. Lo único que suena en la habitación, son nuestras respiraciones y la fuerte lluvia.
Solo puedo pensar en el futuro, en lo que nos pasará, no mentiré que estoy ansiosa, nerviosa y también siento muchas cosas que no sé como expresarlas no es que en mi otra ciudad tuviera muchos amigos pero no eran muy cercanos a mí, todo esto es nuevo para mí y obviamente para mi madre también.
Suena un resorte al moverme para cambiar mi posición.
—¿Quieres dormir conmigo?.
En mi cara se forma una pequeña sonrisa. Me levanto y me cambio de cama, la abrazo y me acurruco entre sus brazos.
— Te amo hija.
Es lo último que escucho antes de que cierre mis ojos para dormir.
■
{Dos semanas después}
Los pájaros cantar cerca de la ventana me despiertan, me levanto y tropiezo con una de las cientos de cajas que quedan por desempacar.
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Editado: 26.04.2024