Deben ser al rededor de las 7 de la mañana, pero no puedo dormir más, el sol me llega directo en la tela de la "habitación" lo que hace que haga mucha calor, salgo y veo que están todos dormidos al parecer, y la arena está hirviendo, no tardo en ponerme las sandalias.
Las pequeñas olas transmiten tranquilidad, decido acercarme y hundo mis pies.
Una sombra alta aparece, lo veo por el rabillo de mi ojo derecho.
— ¿Tan temprano y estás despierta?— dice el peli negro.
— Sí, no estoy acostumbrada a dormir en tiendas de campaña ¿Qué haces despierto a esta hora?— recojo mi cabello en una coleta baja.
— Te vas a acostumbrar,y aquella casa no se construirá sola— dice Adrien mostrándome su intento de casa a medias a unos metros entrando al bosque.
— ¿Hace cuánto que llevas construyendo?— pregunto curiosa.
— No veníamos desde el año pasado, así que contando ese año...como un año y 3 meses— suspira.
— Oh...¿y tú solo?— bajo para tocar el agua salada del mar con mis manos.
— Sí, los chicos no me tienen mucha fe, pero de verdad quiero hacerlo, es como una meta que me propuse...ven— dice haciéndome una seña para que lo siga, a lo que hago caso y vamos camino al bosque.
— Es lindo, que te propongas algo— sonrío.
— Sí, bueno este lugar, la playa, se ha vuelto un lugar especial para nosotros y ya es algo incomodo tener que dormir en una tienda de campaña que no refugia del frío, tienes suerte de venir cuando hace calor, hemos estado aquí con lluvia y tormentas y no es muy agradable, ni siquiera podemos hacer la fogata, así que con esta mini casa por lo menos nos podríamos refugiar de eso.— dice parando frente a su construcción.
Ahora que la observo bien, tiene palos de madera, que están afirmados con clavos. Tiene techo y suelo, y faltan 3 paredes y media, al ser pequeña la hace acogedora, pero alcanzan a estar hasta 12 personas creo.
— Ven, pasa— dice entrando.
la altura da perfectamente con los 1,80 de Adrien, me siento pequeña con mis 1,65 a su lado.
— Es muy linda, si quieres te puedo ayudar— me ofrezco, con los conocimientos que tuve al reconstruir mi casa con mamá puedo ofrecerle una ayuda.
— ¿En serio? Sí, sería genial Beth, así terminamos antes— dice sonriendo.
Nos vamos en busca de su caja de herramientas y buscamos algunos palos de madera que puedan servir para hacer las paredes.
Adrien comienza a unir los palos de madera de roble con una cuerda de cáñamo, imito su acción con otros palos, después de una hora y 30 minutos logramos hacer la primera pared.
— Si no me hubieras ayudado aún estaría por la mitad— ríe.
— Unas manos extras siempre faltan, además es entretenido, si no estaría aquí probablemente estaría aburrida fingiendo estar dormida, ¿cómo es que no despiertan aún?— miro hacia la tienda, y nos reímos.
— No despiertan hasta las 9 más o menos, y la primera en levantarse es Emma para hacer el desayuno, luego va a buscar a Diana, pero como está accidentada probablemente la deje dormir un poco más y buscará a los chicos para despertarlos y que la ayuden a preparar todo para hoy— Dice levantando la pared, que está algo pesada y la movemos hasta unirla con las vigas.
— Las conoces muy bien— me sorprendo.
— Sí, son como mis hermanos, todos, los conozco al revés y al derecho, hasta puedo percibir lo que sienten. No hay algún día en el que no he estado con ellos.— se encoje de hombros.
— ¿Por ejemplo?...— espero que me diga cómo son, así yo podré conocerlos más.
— James, es el mayor, el chico que pretende "cuidarnos" cuando nosotros tenemos que cuidar de él, es como un niño de ocho años, el cual bebe y desahoga sus penas hasta terminar llorando, Emma, es nuestra mamá...siempre está preocupada de nosotros, si ya comimos, si ya dormimos lo suficiente o si estamos bien de salud, como viste anoche, siempre trae consigo las cosas necesarias como botiquín de emergencias y si revisas su bolso encontrarás ¡Un mini extintor!, Emma es muy protectora con nosotros es muy preocupada, Rich, él es...era el payaso del grupo, podría decir los chistes más aburridos pero si el los decía causaba gracia a todos, tenía las historias más geniales de todos, ahora solo es Rich, el más calmado, yo se que sigue ese Rich de antes presente dentro de él, pero lo conozco lo suficiente para decirte que tiene miedo, de volver a sonreír y ser feliz cuando su hermana ya no está, y lo entendemos así que le damos su espacio, y está Diana, ella es la consentida del grupo— empieza a martillar.— siempre le damos sus caprichos, quizás y es porque es la menor y es como una hermana pequeña para nosotros, al menos para mí, no dejaría que nada le pasara, y estoy seguro que ninguno de los chicos, Diana siempre está preocupada de nuestra salud mental, piensa que es lo más importante, le gusta el rol de ser la psicóloga y ama dar consejos y son muy buenos, así que si necesitas un buen consejo ya sabes a quién hablarle— termina de martillar.
— ¿y qué hay de ti?— pregunto mirando sus ojos celestes.
— ¿de mí? No hay mucho, bueno, solo que soy una persona muy extrovertida, me gusta decir lo que pienso, no suelo guardarme las cosas y espero que no te sientas mal si digo algo sobre tí, siempre digo las cosas directamente, pero hasta el momento no hay nada malo que decir sobre ti— sonríe— creo que uno de mis defectos es aferrarme mucho a las personas...he tenido algunas veces en las que he salido lastimado con respecto a eso, pero lamentablemente no puedo cambiarlo—se pone de cuclillas y vuelve a martillar.
—¿por qué dices que es un defecto?— imito su acción.
— Hace algunos meses estaba en una relación con un chica, Tania...yo la amaba, llevábamos 4 meses juntos, y a mi me gusta ser detallista ¿sabes? Hacer cosas para que la otra persona se sienta querida e importante, le escribía cartas, y sí, sé que quizás es anticuado— sonrío y niego, lo encuentro muy tierno— le daba flores algunas veces y la consentía en lo que podía, pero no me daba cuenta de que sus acciones solo me decían "aléjate un poco", no me interesaba que ella no me hiciera lo mismo, y tampoco me di cuenta pero Diana, hizo que abriera mis ojos y comencé a ver su rechazo, las veces que me decía que se sentía mal como para salir, o que tenía tarea que hacer eran solo excusas para no salir conmigo, hasta que me cansé de ser el único que sacaba adelante la relación y corté con ella, me dolió, Sí y mucho, también lloré por un tiempo pero creo que fue lo mejor.— suspira y termina de martillar.
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Editado: 26.04.2024