Eres mi vida

Capítulo 11

— Beth, debemos irnos— la voz de Emma me despierta.

— ¿Que pasó?— pregunto confundida, se supone que nos debemos ir en la tarde.

— Diana se siente mal, al parecer su herida se infectó, tiene fiebre y quiere vomitar— me responde aceleradamente y comienza a ayudarme para empacar mis cosas.

Restriego mis ojos y comienzo a levantarme, me visto rápidamente, y salgo con mi bolso de mano.

Los chicos no tardan en desarmar la tienda y comenzamos a caminar hacia el bosque.

— Pronto vendré y me asegurare de terminarla— dice Adrien mirando la casita.

El tiempo se ha puesto feo, corre un viento fuerte y cae una que otra gota.

Diana va cabizbaja con los ojos pesados, se ve muy mal...y ayer se veía tan bien.

— Sí, ya es hora de que la termines, te ayudaré la próxima vez— habla James sobre la casita.

— Sí, yo también ayudaré— la voz de Rich proviene detrás de mi.

— Gracias, así la terminaremos más rapido— comenta Adrien.

Diana para de repente y comienza a vomitar, James no duda en dejar las cosas que lleva a su carga en el suelo y la ayuda, amarra su cabello en una coleta improvisada y sostiene su espalda.

Emma saca unos pañuelos desechables y se los tiende a James, quien al segundo ya está limpiando su boca.

— ¿Pasó?— Diana asiente— ¿Estarás bien? ¿Quieres un poco de agua?— pregunta el italiano.

— Sí, estoy bien...dame agua— Emma le entrega una botella de agua, Diana la usa para enjuagar su boca y escupir el agua, después toma.

Después de eso la caminata pasó rápidamente, el Coche de James estaba cerca así que guardamos las cosas y viajamos hacia casa.

Diana empeoró y vomitó en el coche de James, así que Él nos dejó a los chicos y a mi en mi casa que era la más cercana y se fueron al hospital juntos.

— ¡Hola! ¿Cómo la pasaron? Pensé que vendrían más tarde— pregunta mamá abriéndonos la puerta.

— Hola señora Roux, Bien...solo que Tuvimos que venir antes por Diana, se cortó y se infectó la herida, ahora va en camino al hospital con James— Habla Emma.

— Sí, y no podemos acompañarla todos, las reglas del hospital es "no más de 2 acompañantes por persona"— dice Adrien con cierto tono de burla.

— Oh...bueno, habrá que esperar que mejore para ir a verla, o tendrán que turnarse...una infección es muy dolorosa— mamá hace una mueca.

Los chicos pasan a mi casa y se sientan en el sillón, mamá trae un jarrón con jugo de frambuesa y sirve a los chicos.

— Freddy, ¿cómo has estado?— mamá le pregunta a Rich.

Los chicos le dan una mirada confundida y/o preocupada a Rich. es raro que le diga así, ¿verdad?.

— Bien, he estado bien— toma un vaso con aquel jugo que preparó mi mamá, miente, sé que esta mintiendo.— y usted, ¿cómo ha estado?— le devuelve la pregunta.

— Bien, muy bien...extrañando a mi niña, nunca habíamos estado lejos tanto tiempo— ella me abraza y hago un gesto para que me suelte, no me dejaba respirar.— ¿Y la pasaron bien?— mamá se levanta del sillón.

— Sí, fuera de lo de Diana...— responde Emma.

— ¿Qué hora es?— pregunta Adrien.

— Son las 13 : 24, voy a preparar un gran almuerzo para todos ¿sí?— mamá dice con una sonrisa.

— Oh muchas gracias Señora Roux, tenemos hambre, no tomamos desayuno — agradece Emma.

— Diganme Anna, el que me digan Señora me está hacer sintiendo vieja, y aún no lo soy— los chicos ríen.

Mamá se va a la cocina.

Emma sale al patio acompañada de Adrien.

— Le escribí a mamá, le avisé que llegué temprano y me dijo que no estaban en casa y llegarán tarde...en fin, ¿me soportarías si me quedo aquí? O no, de hecho la pregunta es ¿Puedo quedarme aquí? Si no, no importa puedo ir a hacer tiempo a la plaza o algo— Rich pregunta con algo de vergüenza.

— ¿Que dices? Claro que puedes quedarte aquí, esta es tu casa— le sonrío.

Mi teléfono comienza a sonar y a vibrar, me alerta en que estoy recibiendo una llamada, muy inesperadamente leo el nombre de quién está haciendo la llamada; Papá.

— Discúlpame un segundo— me levanto y voy a mi habitación. — ¿Sí?.

— Hola Beth, Hija, ¿cómo estás?— su voz está algo nerviosa.

— Hola papá, bien gracias...¿y tú cómo estás?— me siento en los pies de mi cama.

— Bien, ¿Qué estás haciendo?—.

— Estoy en casa con mamá y algunos de mis amigos, ¿qué pasa?— pregunto para ir al grano.

No me llama en semanas y de repente suena mi teléfono solo para preguntarme como estoy.

— Yo...debo verte, hay algo que necesito contarte, ¿qué tal si me mandas tu dirección y voy a verte?— él...¿habla en serio? ¿Venir a verme? ¿Qué le picó?.

— Oh..., claro, te enviaré la dirección...¿qué tienes que contarme?— pregunto curiosa y confundida.

— Debe de ser en persona, espera unos días y quizás estoy allí— contesta.

— Está bien...— me interrumpe.

— ¿Te gusta allí?— dice cambiando el tema.

— ¿A qué te refieres?—.

— ¿Te gusta vivir ahí? , no estás obligada hija, si no te gusta puedes venir aquí...esta es tu casa y siempre estarán las puertas abiertas para ti— dice en tono melancólico.

— Gracias papá, pero estoy muy bien aquí...me enamoré de este lugar, y tengo amigos...— suspira.

— está bien, te veré pronto...te amo— termina y corta la llamada.

Dejo mi teléfono sobre la mesita de noche y vuelvo a la sala de estar, Emma está al teléfono en voz alta y los chicos escuchan atentamente.

—Así que fuera de eso está todo bien, la dejarán 2 días aquí para prevenir cualquier otra cosa fuera de lo común— Habla James.

— Me alegro, Entonces las visitas son a las 5...iremos entonces— suspira Emma y corta la llamada.

Me perdí su diagnóstico.

— ¿Que pasó?¿Está bien?— me siento al lado de Adrien.

— Sí, es solo que su herida estaba muy infectada,  alcanzó 40 grados con fiebre y vomitaba mucho, le inyectaron algo y ya está mejor, pero aún así la dejarán dos días para observarla— Responde Emma.




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