Eres mi vida

Capítulo 19

Estos últimos dos días han sido mejor de lo que pensé, papá sigue siendo el mismo padre divertido que bromea con todo. Extrañaba demasiado su humor, casi olvido lo que se sentía pasar tiempo juntos. Él se ha estado quedando en un hotel ya que mamá no lo quiere en casa por debida razones. Y se supone que hoy domingo iríamos de viaje pero nos hemos dedicado a preguntarles a nuestros padres por lo que nos ha tomado algo de tiempo, pero todos están de acuerdo excepto mamá, que no le he preguntado aún y espero hacerlo hoy o pronto.

El sonido de unos golpes en la puerta me despeja de mis pensamientos, me levanto del sofá y miro como mamá me dedica una mirada sospechosa, es obvio que es papá.

— Buenos días— dice papá, lo hago pasar.

— Buenos días, ¿a qué se debe que estés tan temprano por aquí?— pregunto confundida, se supone que nos veríamos para almorzar juntos, y pasar la tarde ya que él se va hoy.

— No te veré en mucho tiempo, así que quiero dedicar tiempo a nosotros...¿Vamos a desayunar y te parece si me muestras algo del pueblo?— papá sonríe y yo asiento.

— Sí, genial...iré a vestirme, toma asiento en la sala de estar— le indico.

— ¿Está tu madre?— me susurra pero fue inútil.

— Sí, estoy aquí ¿por qué?— mamá aparece en el pasillo cruzada de brazos.

— No por nada, solo preguntaba— papá le resta importancia.

Ruedo mis ojos y me voy a mi habitación, opto por ponerme lo primero que veo, unos jeans y una camiseta acompañada de un chaleco de lana.

— Y espero que sigas con este contacto, porque si te vas y vuelves a dejar de hablar con ella la vas a destruir, otra vez George...¿Y quién va a estar ahí otra vez? Yo, porque es mi trabajo de madre estar ahí para ella cuando esté mal, y no es la idea... en estos momentos de su vida, su felicidad depende de ti, y lo sabes muy bien— mamá dice poniendo su dedo índice sobre el pecho de papá.

— Lo sé, Anna...estoy intentando remediar todo lo malo que hice, ¿tanto desconfías de mi? — papá dice en un suspiro.

— ¿Acabas de preguntarme eso? George, me estás pidiendo confianza, la cual se perdió totalmente el día en que me engañaste con mi mejor amiga tras 16 años de matrimonio— mamá eleva sus manos sorprendida.

Decido intervenir, huele a que se viene una fea pelea entre los dos.

— Ya estoy, ¿Vamos? — miro a los dos y papá asiente.

Él saca las llaves de su coche y sale de casa sin decir nada. Mamá niega con la cabeza y entra de nuevo a la sala de estar.

Y así, quedo yo...en medio, sin saber a dónde ir.

Doy un paso a donde mi madre, llego hasta ella y le doy un abrazo.

— Tranquila ¿sí?, Todo está bien, te amo— beso su frente y salgo no sin antes escuchar un "yo también hija".

Subo al coche y papá conduce en silencio hasta la plaza.

— ¿Qué sucede?— pregunto mirando como cortan unos árboles dejando un espacio donde hay máquinas de construcción y unos hombres de casco viendo un gran papel.

— De seguro van a construir algo, una tienda o algo por el estilo— papá estaciona el coche a las afuera de un restaurante.

Entramos y pedimos un desayuno.

— Elizabeth, yo quería hablar algo contigo— miro a papá, quién se nota algo nervioso.

— ¿Qué pasa? ¿Estás bien?— él asiente.

— Quería hablar contigo sobre mi boda, eres mi única hija y ya estás bastante grande como para comprender algunas cosas— asiento.

— Papá, puedes contarme lo que sea, quizás aún no me acostumbro a Kat y dudo que me acostumbre dentro de los 10 años que vienen pero voy a trabajar en entender lo que sea— me sincero. La tía Kat era genial, siempre estaba en casa incluso cuando mamá no estaba pero ya sabemos el porqué.

— Yo, me caso dentro de un mes y medio como dije, todo ha sido muy loco, tuvimos que decidir los anillos y son hermosos, los cuales...quiero que tú hagas entrega de ellos en la ceremonia—  alzo mis cejas sorprendida.

— ¿Qué?— digo sin entender mucho aún.

— Quiero que entregues los anillos en mi boda— pestañeo procesando.

¿Qué se supone que debería de decirle? ¿Que no? Tengo las razones; no estoy muy entusiasmada con esto de que se vuelva a casar y que Kat no me cae bien ahora. ¿Que sí? También tengo las razones, es mi padre, se supone que debo apoyarlo y acompañarlo en su día.

Doy un soplido.

— Papá, es algo muy bonito lo que me acabas de pedir y sería un honor...sin embargo es difícil, espero que no te lo tomes para nada a mal pero, ponte en mi posición...¿déjame pensarlo sí?— papá sonríe y asiente.

— Sí, claro...tómate tu tiempo...pero no tanto — reímos.

Doy un suspiro, el desayuno fue normal.

— ¿En qué lugar será la boda?— pregunto esquivando unas ramas, estamos camino a la cascada.

— ¿Recuerdas esa iglesia que está cerca de casa de Bratt?— asiento, esa iglesia es hermosa siempre soñé con algún día casarme ahí.

— ¿Es en serio?— digo algo emocionada, es lo más emocionante de esta boda.

— ¡Sí! Tuvimos que hacer muchísimo papeleo por unos meses— papá ríe.

¿Meses? ¿Cómo que meses?

Lo miro seriamente— ¿meses? ¿Hace cuánto le pediste que fuera tu esposa?— papá para de inmediato ante mi pregunta repentina.

— Elizabeth...— él se gira hacia mi con un suspiro.

— ¿Cuándo?— digo mirando sus ojos marrones.

— Elizabeth...hay cosas que son difíciles de expli...— lo interrumpo.

— ¿Cuándo? ¿Papá? Dime— digo algo frustrada.

Aquel hombre deja caer sus hombros, se sienta en un tronco gigantesco caído y suelta un suspiro— Hace 10 meses...

— ¿10 meses?— mi corazón vuelve a dar un vuelco, es como si las sensaciones que sentí el día que lo atrape en su infidelidad volvieran como si nada.

Hace 10 meses le pidió matrimonio, pero hace 6 meses fue el divorcio, y hace 7 meses estaban juntos, HACE 7 MESES ÉRAMOS FELICES...se suponía.

— Elizabeth...— papá se levanta y me abraza.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.