Eres mi vida

Capítulo 24

Ha pasado todo un día, Después de el Space Needle fuimos a caminar por una avenida que se veía el mar, estaba iluminada por los edificios y semáforos, y de inmediato y en la madrugada comenzamos nuestro viaje a San Francisco, hicimos las paradas para que Adrien hiciera sus necesidades y para que todos nos ducháramos y reanudamos el viaje, y justo en este momento estamos por entrar al Golden Gate.

—Pensé que era más alto— Adrien se asoma en los asientos.

— Pero si es alto— Emma comenta sacando su cabeza por la ventana dejando que el viento juegue con su cabello rubio.

— ¿Dónde nos tomaremos una foto? — James pregunta sin dejar de mirar la calle.

— ¿Qué tal si caminamos por San Francisco? estoy segura de que hay muchísimos paisajes hermosos — Diana habla entusiasmada.

Y los hay, en mi antigua casa tenía la vista perfecta. ¿Qué estará haciendo mi padre?, ¿Debería llamarlo? ¿Debería verlo? creo que lo más prudente sería conversar cara a cara teniéndolo tan cerca.

— ¿Beth?...—Diana interrumpe mi pensamiento agitando su mano delante de mis ojos.

— Lo siento ¿Qué pasó?— Pregunto confundida.

— Tú conoces San Francisco, Tú nos guiaras ¿no?— asiento rápidamente.

— Sí, yo los llevaré a los mejores lugares— confirmo y miro por la ventana, entramos a la ciudad.

— Comencemos por algo de comer— Adrien resopla.

— Conozco un lugar— sonrío al recordar el lugar que solía ir después de clases con mamá— Dobla a la izquierda.

le indico el camino a James hasta llegar al lugar.

Bajamos del Jeep y  un aire de nostalgia me invade, y mi corazón se acelera. Solo estamos a una calle de Colle Valley, una calle de mi casa antigua, la casa de mi padre.

— Huele delicioso— Rich dice al llegar a nuestro lado.

— Sí, me bañe hoy— Adrien sonríe y Diana ríe.

— El milagro de la semana— Dice entre risas y todos reímos.

Entramos y elegimos una mesa grande para todos.

— Hola, bienvenidos a...¿Elizabeth?— Al escuchar mi nombre miro a la persona que lo dijo.

No puede ser...

— Hola Kat...— Dios esto es incomodo, ¿Cómo es que ahora trabaja aquí? ¿Por qué?.

— Dios, estás gigante, ¿Cómo estás? ¿Qué haces aquí? ¡¿Tu padre lo sabe?!— dice aceleradamente.

— Estoy bien, estoy de vacaciones y no, mi padre no sabe que estoy aquí y no le digas...yo se lo diré, después— suspiro.

— Está bien, ¿Cuándo llegaron? ¿Dónde se hospedarán?— pregunta a los chicos.

— Llegamos hace poco, y no sabemos donde hospedarnos pero de seguro dormiremos en el coche como todos estos días— James responde.

— Bien, no puedo permitirme eso, si están aquí en San Francisco se quedarán en nuestra casa...Si Beth quiere por supuesto, aún es tu casa cariño...siempre lo será— Kat me regala una sonrisa.

Ella siempre ha sido una buena persona, no lo negaré, de hecho siempre estuvo apoyándome en todo y convenciendo a mamá con mis permisos.

— Primero debo hablar con papá, gracias de todos modos Kat— le dedico una sonrisa y ella sonríe aún más.

— Bien, ¿Qué van a pedir?— saca una pequeña agenda y un lápiz— Hoy tenemos un menú especial por si les interesa...— dejo de poner atención.

saco mi celular del bolso a mi lado y reviso mis contactos. Papá... no aún no, Mamá.

— Hola cariño— Mamá habla al instante, me levanto de la mesa y salgo a la calle.

— Hola mamá, ¿Cómo estás?— pregunto mirando los vehículos que pasan frente a mi.

— Bien, Will tenía trabajo que hacer hoy así que estoy sola en casa...¿y tú que tal cariño?— termina en un suspiro.

— Yo estoy bien, Will debe tener mucho trabajo ¿no?— pregunto a mamá.

— Sí con esto del nuevo restaurant...— abro mis ojos sorprendida, con que eso era lo que estaban construyendo.

— ¿Nuevo restaurant? pero si Will es el alcalde que tiene que ver con el restaurant— mi curiosidad es grande.

— Sí pero él es el dueño, así que tiene que ver que todo esté en orden y en la oficina tenía más papeleo— mamá resopla.— ¿Y que tal Seattle?.

— De hecho llegamos hace poco a San Francisco y los chicos tenían hambre así que los traje a almorzar a donde solíamos ir tú y yo a veces— sonrío para mi.

— ¿Ya están en San Francisco? si ayer estaban en Seattle a esta hora — comenta con tono sorprendido.

— Sí, no es tanto solo 13 horas que fue lo que nos demoramos en la madrugada y esta mañana, no dormimos casi nada en toda la noche— cierro mis ojos un momento, muero de sueño.

— Me imagino a que sí, Beth...¿sabes que tienes una gran probabilidad de cruzarte a George si estás ahí?— asiento aunque no pueda verme.

— Lo sé, estoy pensando si debería de hablar con él o visitarlo, aunque no sé...no sé que hacer— miro a la esquina, estoy tan cerca pero a la vez tan lejos.

—No te presionaré, yo te dije ayer lo que debía decirte...tú decides cariño, y si ves a Kat...no seas tan dura con ella, tú no tienes que odiarla no es tu trabajo— doy media vuelta y la observo llevar los platos a la mesa con una sonrisa.

— De hecho, la estoy viendo en este momento, está trabajando en el restaurant y nos atendió—.

— ¿Y que te ha dicho? ¿Qué le dijiste?— pregunta aceleradamente con curiosidad.

—Nada, es decir, solo parecía sorprendida que estuviera aquí y me preguntó si papá sabía de que yo estuviera aquí. Mamá, hasta nos ofreció quedarnos en casa esta noche—.

— Bueno...Ni siquiera deberías preguntar si debes entrar a esa casa, te pertenece es tu herencia— mamá ríe y yo sonrío.

— Pero ahí vive papá...que aún vive por cierto— río.

— Lo sé...Ya no te quito más tiempo, disfruta y envíame fotos— dice y cuelgo después de despedirnos.

Entro a paso apresurado y me siento donde antes estaba.

— Lo siento, estaba hablando con mamá— me excuso y los chicos asienten.

y almorzamos tranquilamente, al terminar pagamos y Kat nos dio un descuento de clientes frecuentes, aunque no era cierto.




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