Eres mi vida

Capítulo 35

— ¿Y a que se debe tanta sonrisa y miraditas entre ustedes? — Kat nos sorprende y come un mordisco de su carne.

Después de una emotiva tarde de novios con Rich vinimos a cenar con mi papá.

Dios se siente tan raro estar de novios.

— Beth y yo... Le pedí a Beth que fuera mi novia, espero no se moleste en verdad la quiero y la respeto mucho y quizá debía de preguntarle a usted antes...

— Hijo, tranquilo... No te he dicho nada malo y me alegra que estén juntos hacen una hermosa pareja y realmente no debías el porque preguntarme, Beth ya es grande y madura para tomar sus decisiones, además eres un excelente muchacho y yo feliz de que mi hija esté contigo.

Observo a papá y le sonrío.

— ¡Estoy muy feliz por ustedes!, se ven muy bien juntos y se nota que se quieren.

Kat me toca la mano y sonríe.

— Gracias Kat, igualmente estoy muy feliz por ustedes, sinceramente...se que ha sido una situación muy difícil la que hemos vivido, pero la vida sigue y no hay que guardar rencores con nadie, me alegra que sean felices y que estén formando una familia.

— De la que tu también eres parte cariño, sabes que a pesar de todo aquí eres bienvenida siempre.

me abraza y se limpia una lagrima que se escapo y resbalaba por su mejilla.

La cena continuo llena de recuerdos, conmemorando lo que vivimos en el pasado contándole a Rich todas las payasadas que hemos vivido.

.

— No se como podrás con esas cosas.

Rich toma mis tacones negros del closet, y los observa detenidamente,y sí, debo admitir que son un poco altos.

— Para ser bella hay que ver estrellas cariño.

— Tú eres bella hasta con los zapatos más desgastados del mundo.

Sonrío tímida y noto como Rich se sonroja.

— Y...— Se acerca a paso lento hacia mi— Eres hermosa también cuando te sonrojas.

— Tú eres el sonrojado aquí.

Me besa la mejilla.

— Quizás es porque hace calor...pero eso no quita que te sonrojas por todo— me besa en la comisura de los labios.

— Eres mentiroso— sonrío y miro a sus perfectos ojos azules que brillan más que el sol, y me encanta la sensación que siento cada vez que lo observo.

— Te amo, Elizabeth Roux.

— Te amo, Friederich Moore.

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Abro mis ojos al oir gritos desde la planta de abajo, me levanto como puedo y bajo las escaleras corriendo al llegar veo como Kat llora mientras lanza una almohada hacía papá, quien no logra esquivarlo y golpea su estomago haciendo que se tambalee.

— Prometiste no volver a hacerlo George, lo prometiste por tus hijos...¿Qué significan entonces?

— ¿Qué está sucediendo?.

Digo preocupada, Kat me mira como si se hubiera aparecido algún fantasma, pero la expresión de mi padre es inefable, su mirada me expresa muchos sentimientos pero uno en especial; miedo.

— Beth...

— Elizabeth...

ambos pronuncian mi nombre, Kat sujeta su vientre con una mano y con la otra se cubre la boca sentándose en el sofá con la mirada perdida, las lagrimas en sus mejillas caen lentamente.

— ¿Kat? ¿Estás bien?.

Ella asiente y mira hacia mi padre quién me aparta la mirada de inmediato.

— ¿Papá?

Me acerco a él, mi corazón se acelera por el miedo, miedo de que sea cierto lo que estoy creyendo.

papá retrocede a cada paso que avanzo hasta que el choca con la pared, al llegar a su lado huelo el desagradable aroma a alcohol, suspiro y cierro mis ojos para no llorar.

— Lo siento ¿sí? solo quería una última vez, después de este día ya no volveré a hacer.

— Y eso es lo que dijiste la última vez, ¿ a caso ya no se puede confiar en ti?

Kat se levanta y llega a mi lado.

las imágenes de todas las veces que estaba agresivo debido al alcohol, todas las veces que mostraba su indiferencia...el alcohol lo cambia, y no quiero eso para Kat ni mucho menos para el bebé.

— Claro que puedes confiar en mi, ambas deben confiar en mi.

— Te amo George, pero no puedo permitir esta vida para nosotros, si rompiste la promesa por tus hijos ya no se que hacer...se supone que tus hijos son lo que más importa para ti.

— Y así es... no lo entiendes...

—¡Claro que no lo entiendo! Dios, hoy se supone que es un día perfecto...

— Claro que lo es, amor...es nuestra boda.

— Papá, ¿te das cuenta? Estás destruyendo algo tan hermoso...

No terminé de decir las palabras porque se que lo destruirían pero aún así  él me interrumpió y terminó por mi.

— Otra vez..., no puedo hacerlo otra vez, porque amo esta nueva vida y es una oportunidad que no puedo desperdiciar ¿cierto?, lo tengo claro...es solo que.

—Es dificil, lo sabemos, te hemos acompañado en esto por mucho tiempo y siempre lo superas, está vez lo superarás nuevamente...pero no lo hagas, ya no más...

Suplico con la mirada con un leve dolor en el pecho.

— Superaremos esto, como familia...lo vamos a superar, todos...

Kat se limpia las lagrimas para después sonreír y nos abrazamos y papá rompe en llanto.

— Las amo, no me las merezco...

— Te mereces mucho, porque eres un buen hombre que solo ha tomado malas decisiones.

le digo y me besa la frente, al separarnos nos sonreímos.

— No lo volveré a hacer, lo prometo por nosotros, por esta familia.

— Confiamos en ti, papá.

Después del emotivo momento de reconciliación, Kat se marchó a casa de su madre para prepararse.

— ¿Cuando deben volver a Hills Street?.

— No tenemos fecha de retorno, pero supongo que en unos dos días más.

— Me parece bien, necesito que cuiden muy bien de esta casa por estos dos días.

— ¿Nosotros?...

— Claro, ¿Quién más se quedará mientras nos vamos de luna de miel?, cuando se marchen le dejan la llave a la vecina de al lado, confío mi vida en ella además ya conversamos con ella.




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