Ha pasado mucho, mucho tiempo desde que volvimos de San Francisco y han pasado muchas cosas.
Will le pidió matrimonio a mamá en una hermosa ceremonia frente a la ciudad y ella aceptó feliz, se quieren mucho y se ven muy emocionados.
Papá hizo una aparición sorpresa en casa hace dos semanas y fue muy extraño ya que estaba Will, ambos extrañamente se llevaron muy bien y esa noche se quedó en la habitación de invitados.
Nuestra relación con Rich se fortalece cada día más, he aprendido que mi novio es muy detallista ya que me ha hecho un montón de cartas las cuales guardo (obviamente) y las releo cuando lo extraño, Su padre ha comenzado a enseñarle su labor en la empresa que tienen por lo que debe viajar muy seguido a distintas sucursales, pero siempre se escapa para darme un beso. Cada día que pasa me enamoro más de él y de la nueva persona en la que se está transformando, es todo un hombre, mi hombre
Los chicos han estado muy unidos, ya que se supone que nos queda este año para aprovecharlo juntos antes de marcharnos a la universidad. Cada fin de semana nos organizamos para hacer algo, este viernes pasado hicimos una pijamada en casa de Diana, y esperamos repetirlo en mi casa hoy.
Fuí a San francisco la semana pasada unos días y noté que mi hermanito está creciendo notablemente, está muy saludable y hermoso, ya tiene 6 meses.
en este medio año , ya he tenido muchos exámenes y me ha ido bien al menos, o eso espero.
— Señorita Roux, ¿Está en clases? ¿O está en otro mundo?
Todos los de la clase de historia se vuelven hacía mí, observo a James quién sonríe, luego a Emma quién niega con la cabeza, sigo a Diana asintiendo...
— Definitivamente está en otro planeta, Señor Smith creo que se merece una sanción.
Adrien dice y yo lo miro sacudiendo mi cabeza, para despejar todos pensamientos que no se relacionan a la clase.
— Creo que el castigado será otro, no has parado de hablar en toda la clase con tu compañero.
Observo a Rich, y le sonrío, me devuelve una hermosa sonrisa con aquellos ojos azules que se achinan cada vez que lo hace.
Al terminar la clase preparo mis cosas para ir a casa, y siento unos brazos rodearme y al darme media vuelta sonrío al ver lo que más esperaba.
— Te amo.
— Yo igual te amo.
— Hoy me toca viajar, no podré ir a tu casa esta noche— Hago un puchero, anhelaba tanto dormir en sus brazos como la primera vez.— Pero te traje lo de siempre, con más amor.
Sonriendo recibo la carta y le doy un beso.
— No es justo, viajaste este domingo.
— Lo sé, pero es así... Mi padre no avisa con anticipación, jamás lo hace.
— Lo sé, ¿A dónde irás esta vez?
— Iré a Seattle, estaré cerca de lindos recuerdos.
Cierro mi casillero y camino de la mano con Rich yendo al camino del bosque. Sonrío al recordar el viaje que hicimos, donde estaba desarrollando tales sentimientos por el sujeto frente a mi.
— ¿Qué tal si este verano nos escapamos una semana juntos a Seattle?
Mi corazón se acelera por tal propuesta.
— ¡Sí! Hay que hacerlo, me encantaría.
— Hecho, lo haremos.
— Aún falta demasiado, muchos meses.
— Esperaría una vida por ti, un par de meses para que estemos juntos una semana no será nada para mí.
— Para mí sí, sabes que me emociono muy rápido.
— Lo sé, es que no me aguanté el preguntarte, lo he estado pensando por algunos días.
— Me encanta que pienses en nosotros.
— Siempre estoy pensando en nosotros, tengo muchos planes.
— Yo igual, me gustaría que vivamos juntos después de terminar la universidad— Observo como sonríe con dulzura —¿Qué?
— Nada, es solo que me emociona el pensar que podemos estar toda la vida juntos, vivir juntos pero eso ya es muy precipitado.
— Pensándolo bien, no me gustaría dormir contigo cada noche, roncas excesivamente fuerte y babeas al dormir.
Río por el comentario, sé que es mentira, espero.
— ¡Eres un mentiroso!
Ambos reímos y salimos del sendero del bosque.
— ¡Chicos!, ¿van a casa?
Will Frena su coche con mamá a su lado.
— De hecho solo la iba a dejar a casa, hoy debo viajar.
— ¿No irás a casa con los chicos?
— No podré, pero me pasaré unos minutos.
El teléfono de Rich comienza a sonar y veo por la pantalla que es su padre.
— Debo ir a casa, te amo Elizabeth.
— Te amo más, Frederich.
Nos damos un corto beso y él se va no sin antes despedirse de mamá y de Will.
Subo al coche y en pocos minutos estamos en casa.
Ordeno un poco mi habitación, que extrañamente está desordenada.
— Mi padre dijo que nos iremos en la mañana, por problemas técnicos de la sucursal en Seattle.
Me doy media vuelta y veo al amor de mi vida apoyado en el marco de la puerta, corro hacia él para abrazarlo.
— ¿Es en serio? — Rich asiente. — ¡Genial!
— Así que esta noche soy todo tuyo.
— No del todo, los chicos están por llegar.
— Cierto, que lástima.
— ¡Hey! te escuchamos.
Emma suelta desde el pasillo y en unos segundos aparece junto con la manada.
— Oush, si quieren nos podemos ir para que pasen su debido tiempo juntos.
Diana se cruza de brazos y deja su mochila en mi cama.
— No, ¿Qué dices Di? deja que se vayan ellos, nosotros ganamos por más, además Anna está preparando lasaña y ni loco me la pierdo.
Adrien entra a la habitación pasando a rozar mi hombro provocando que tambalee. Lo quedo mirando con una ceja alzada.
— ¿Qué? no es mi culpa que tu madre cocine rico, la mía ni siquiera está en casa, solo como sopas instantáneas.
— Es por eso que te la pasas enfermo.
— Ay querida Emma, eres tan afortunada de tener una criada que te cocine lo que quieras.
Emma lo mira confundida.
#9093 en Novela romántica
#1248 en Joven Adulto
amor, amor juvenil novela romantica, tristeza amor juventud soledad depresin
Editado: 26.04.2024