Eres mía [#1]

Cap.6

Porque también somos lo que hemos perdido.

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¡Agh! ¿Esto no podría ser peor?

Oh, claro que sí. Pienso mirando mi tobillo vendado.

Se preguntarán ¿Qué paso?

En realidad, no.

No te estaba preguntando a ti, insoportable.

Bueno... ha pasado una semana y unos cuantos días desde que estoy secuestrada. Luego de que Alex me diera unos cuantos azotes vino James; el novio de Emma y se lo llevo porque tenían asuntos que atender.

Flashback

Estúpido, idiota, gilipolla. Pero mas idiota soy yo. No puedo creer que permití dejarme azotar y que me gustara; definitivamente sufro de algún problema mental.

Tengo que escapar de qui y de este pueblo lo antes posible, porque me volveré loca. Me levanto de la cama y me encamino hacia la puerta, giro la perilla tratando de abrirla, pero como suponía, está cerrada con llave.

Miro todo el espacio de mi entorno para encontrar otra alternativa y poder escapar. Esta habitación es sumamente grande y todo es negro y blanco, parece sacado de una revista. Lo impresionante es estos grandes ventanales donde puedes ver todo el exterior. Me dirijo hacia un balcón donde la vista es fascinante, pero que será mi salida de escape. Lo único malo de esto es la altura. Dicen que el que no arriesga no gana, veré si eso es cierto.

Paso un pie por la barandilla del balcón y luego el otro, respiro profundo porque esto es una misión suicida. Abajo no hay nadie ni por lo alrededores, solo el extenso bosque; vuelvo a respirar una ultima vez y sin pensarlo dos veces me tiro. El dolor se extiende por mi tobillo derecho, suelto una maldición antes de levantarme.

Camino unos pasos sin llegar a apoyar mucho mi pie derecho, miro a todo lado procurando que nadie me vea. Camino sin detenerme y sin importar mi dolor, mi único objetivo es irme de aquí. Casi lo logro, y digo casi porque si no fuera por esos estúpidos guardias que me vieron sin yo darme cuenta hubiera salido de aquí.

Lo cómico de todo esto fue que eran un grupo de grandes hombres cayéndole atrás a una pequeña e indefensa chica. No se como diablos le avisaron a Alexander, pero ya estaba unido a ese grupo de hombres que me estaba persiguiendo por todo el bosque como si fuera una delincuente.

Fin del flashback

Y así señores fue como termine con el pie vendado y un molesto Alex persiguiéndome. Ese día creo que hasta lo escuche maldecir en mandarín y estaba tan rojo que pensaba que en cualquier momento iba a estallar.

Emma, Briana y Daila vinieron a ver como me encontraba y también a hablarme de algunas cosas de los hombres lobos y su diosa luna. Me dijeron lo que significa una mate en su mundo; que viene siendo su alma gemela y yo era la de Alexander. A las parejas de los alfas se le llamaba luna y por lo que él me decía así y toda su manada debían decirme luna por respeto. Porque en su mundo eran una líder junto a Alex, que yo era la persona que traería paz y armonía.

¿Tú traer paz y armonía? Ja, primero el diablo se vuelve bueno.

Ruedo los ojos internamente, esta conciencia no puede ser más insoportable.

Ellas ya tenían a su mate, excepto Briana. El de Emma era James, beta de la manada y segundo al mando, el de Daila era Noah un alfa de otra manada por lo cual ella también era una luna. Me contaron muchísimas cosas sobre este mundo sobrenatural. Todo lo que yo creía que solo eran pura fantasías y leyendas, existían.

Alex estos días ha estado furioso, porque al parecer Daila se fue a vivir con su mate, y como es un posesivo compulsivo no la quería dejar ir.

Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando aparece Alex con una bandeja de comida, que se ve deliciosa. Se acerca a pasos firme a la cama donde estoy, sentándose cerca mío.

—¿Se encuentra mejor tu tobillo? —inquiere con tono preocupado. A decir verdad, sino fuera un lobo y no me hubiera secuestrado saldría con él. Es tierno, atento y endemoniadamente sexy.

—Ya está mejor. —asiente. Comienza a darme el almuerzo como lo a hecho toda la semana. No peleo con el por darme la comida, ya lo intenté y no salí ganado. Abro la boca cuando acerca la cuchara con un rico puré de patatas y una ensalada de pollo.

Me da la comida en silencio como siempre lo hacemos hasta terminar todo. Deja la bandeja en la mesa de noche y me mira fijamente con sus penetrantes ojos grises que, aunque me cuesta admitir acelera cada latido de mi corazón.

—¿Cuándo podre irme de este lugar? —cuando hice aquella pregunta su cuerpo se puso tenso y sus ojos cambiaron brevemente a dorado.

—No puedes irte, tu lugar siempre será a mi lado.

—Deja de decir eso. Tengo una vida, estudio y mi nov

—¡Por la diosa! —me interrumpe molesto —Ya no digas que tienes un estúpido novio, porque no es cierto —iba a decir algo, pero sigue hablando —. Emma me lo confirmo. Por tus estudios puedes hacerlo continuarlo cuando pueda confiar en ti y este seguro de que no escaparas de mi lado.

—Tú eres un estúpido pulgoso. Y no quieres entender que no quiero estar aquí —sus ojos reflejan dolor, haciéndome sentir mal al instante.




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