Eres mía [#1]

Cap.13

"A veces, para siempre es sólo un segundo."


 

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—Dame un shot de tequila —Pido cuando llego a la barra.

No puedo creer que Chad intentará besarme, pensaba que sólo me veía como una amiga.

¿Acaso eres estúpida? Se nota que nunca te vio como una amiga.

Ignoro mi conciencia y me concentro en el barman. Me entrega mi shot junto a una rodaja de limón y sal. Cojo solamente la bebida y me la tomo de un trago.

—¡Joder! —Me estremezco, esto quema.

Antes de que pueda hacer otra cosa, siento unos brazos rodearme; por un momento me tenso, pero me relajo cuando escucho la voz de Alex.

—Aquí estás —Sitúa su cabeza en mi hombro —. Eres una irresponsable ¿sabías? —Sigue hablándome. Su voz sale calmada, ronca y seductora —Los vampiros te buscan, tú por otra parte vienes a una fiesta donde te pueden hacer daño…

—Para eso pusiste a tus guardias ¿no?

—Y como si fuera poco, otro hombre estuvo a punto de besarte —Continúa ignorando lo que dije.

Me gira haciéndome quedar a él. Un pequeño nadie sale de mi boca, sus ojos se encuentra dorados e impregnado de furia. Todo el ruido de nuestro alrededor desaparece, nadie mas existe, sólo él y yo.

—Lo mataré por atreverse a tocar a mi luna —me mira fijamente —. No es la primera vez que lo hace, y no habrá una tercera —habla de manera fría y calmada; todo lo contrario a los que sus ojos dicen.

—A-alex…

—Matt. Soy yo quien tiene el control —pongo la mano en su pecho tratando de alejarme, sin embargo, es una misión imposible.

—No puedes hacer eso, Matt —Sonríe de lado y se que lo haría. Me aprieta más contra su cuerpo, su aroma me embriaga y deseo perderme en el.

—Claro que puedo, soy el alfa —dice con arrogancia. En un parpadeo estoy sobre sus hombros como un saco de patatas.

—¡Bájame en este jodido instante, Matt! —Hace caso omiso a mi petición y se abre paso entre la gente. Algunos nos miran y otros siguen en lo suyo —. Estúpido perro —farfullo enojada —Tengo que buscar a Emma, no la puedo dejar aquí —menciono cuando me deja en el asiento del copiloto de su auto.

—James la llevará a la manada —Es lo único que dice cuando entra al carro.

No digo nada cuando se pone en marcha. Lo miro de reojo, definitivamente se ve atractivo estando furioso y aunque no lo admita en voz alta, lo extrañé. Sin embargo, no extrañé su lado posesivo irracional y teniendo en cuenta de que ahora Matt tiene el control, es todavía peor.

Es como un hombre de las cavernas con su: «tú ser mía».
Miro por la ventana, me dio cuenta de que no estamos yendo en dirección a mi casa.

—¿A dónde me llevas? —inquiero con el ceño fruncido —. Por aquí no es mi casa —me mira un momento y vuelve su atención a la carretera, ignorándome.

Unas de las cosas que más odio es ser ignorada, eso es tan irritante.

—Esto es un puto secuestro, quiero ir a mi hogar —Está vez ni siquiera me mira.

¡Arg! Es un hijo de su gran vida. Me desabrocho el cinturón de seguridad y él pone su atención en mí.

—¿Qué haces? Ponte el cinturón —Ordena en tono seco.

Lo ignoro y abro la puerta de coche. Cuando ve lo que estoy haciendo detiene el auto de un brusco movimiento, lo que causa que casi salga expulsada del automóvil.

—¡¿Qué demonio tienes en la cabeza?! —grita furioso —¡Estas loca! Pudo sucederle algo, ¡maldición! —golpea el volante y sus ojos dorados me observan entre molesto y preocupado.

En realidad no iba a saltar, no estoy tan loca.

¡Oh! ¿Es en serio?, Déjame dudarlo.

—Te pregunte a dónde iríamos y que deseaba ir a mi casa, pero ¿qué dijiste? Exacto, nada. —hablo calmadamente —. Sin embargo, por tu culpa pude salir lastimada cuando detuviste como loco el auto —Si las miradas matarán, ahora mismo estuviera a diez metros bajo tierra.

—Abrocha el maldito cinturón y cierra la puerta —dice entre dientes, sus manos aprietan tan fuerte el volante que sus nudillos están blancos.

Pero al diablo, él no me dirá que hacer.

Eres demasiado terca.

—Te hice una jodida pregunta y no has respondido. Si piensas que por ser tu mate voy hacer lo que tu digas, te recomiendo que compres un poco más de paciencia o busque a alguien que sea tu sumisa, porque haré lo que se me de la gana, Matt/Alex. —Me fulmina con la mirada, su respiración es agitada, sé que se contiene, pero no le tengo miedo.

—Iremos a la jodida manada, ¿feliz? —asiento con una sonrisa —. Ahora cierra la puerta y abrocha tu cinturón —hago lo que dice y el pone el carro en marcha nuevamente.

El resto del camino es en un tenso silencio, todavía se nota molesto.

Miro al frente cuando detiene el auto luego de unos minutos. Lo que observo me deja un poco sorprendida. Un enorme portón de alza delante de nosotros. Es imponente, lo que más llama la atención es el escudo. Sin dos lobos entrelazados, uno es blanco y el otro negro. Cada lobo tiene una letra entre sus dientes, el negro tiene una B bañada en diamantes y el blanco tiene una M con diamantes negros. Hay varios guardias rodeando esta área. Aunque es de noche, este lugar de ve maravilloso.

—¿Cómo es que los humanos del pueblo no se han dado cuenta de esta manada? —pregunto una vez que abren el enorme portón, dejando ver a la manada.

—Está protegido con magia —Es lo único que responde.

Se parques en lo que supongo y es el garaje de su casa, aunque mas bien es una misión.

Agarra mi mano llevándome a su habitación, todo en absoluto silencio. Cuando llegamos, cierra la puerta de un portazo. Estoy segura de que su había alguien durmiendo, se acaba de levantar.

—¿Todavía estás enojado? —Es una pregunta estúpida, se nota molesto.

Comienza a quitarse la camisa en silencio, mi mirada recae en su perfecto abdomen; la tentación de pasar mi lengua por sus abdominales es muy grande.

Madre de todos los pecadores, concéntrate Kaela.




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