Eres mía [#1]

Cap.24

Todo es una mentira, él juega con tu mente y la de todos.

Capítulo dedicado a: LaTeta_DerechaDe_Sue

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—¡Son unos inútiles! ¡¿Cómo demonios se escapó estando al cuidado de ustedes?! —Lo único que hacen es bajar la cabeza sin pronunciar una maldita palabra.

Por la diosa, esa mujer me sacará canas verdes.

—Se fugó por la ventana, Alfa. No creímos que fuera a suceder —Me miran con sorpresa cuando empiezo a reírme, ella lo hizo de nuevo. ¿Cómo no me acordé de que le encanta escapar por la ventana? Siempre encuentra la solución para salirse con la suya.

—Ahora lo que me interesa es que la encuentren. Iker, reúne un grupo de hombres y salgan a buscarla —ordeno con seriedad —. Quien le toque un solo pelo, muere.

Irónico que lo diga.

Los despido con un asentimiento de cabeza y quedo solo en mi oficina. Odio que las cosas se salgan de control, ella debe estar conmigo, soy su mate.

«Una mate que maltrataste, desconfiaste y mataste a un amigo delante de ella, no espere otra cosa más que su odio hacia ti.»

«No comiences, Matt. No estoy para tus regaños.»

«El afectado no solo eres tú, también estoy yo, porque para mi mala suerte soy una parte esencial de ti.»

«Matt...»

«Ni siquiera tiene un lazo con nosotros como cualquier pareja de mates, tus malas decisiones con respecto a ella lo ha jodido todo. Duramos años para encontrarla y ahora que la tenemos, se nos escapa de la mano.»

«Volverá con nosotros, no puede dejarnos.»

«Tu estupidez no tiene límites.»

Apoyo mi cara entre mis manos, no puedo perderla, no a ella. Sé que la he lastimado, pude sentir el dolor que le provocaba cada una de mis palabras y heridas que le ocasionaba, tengo que buscar su perdón. Aunque todo está en contra de ella, ahora que lo pienso con calma, no debí actuar así. Sin embargo, ese deseo de lastimarla y acabar con ella cada día es más grande, debo tener paciencia y no echar todo a perder.

La carta, esa maldita carta sabe mucho sobre este asunto. ¿Quién se encuentra detrás de todo? ¿A dónde habrá ido Kaela?

La puerta es abierta y por ella entra James con el ceño fruncido.

—¿Qué quieres ahora? —Se sienta en una de las sillas que esta delante de mi escritorio y por un buen rato aguarda silencio.

—No puedo comprenderte —Lo miro con desconcierto —. Hemos estado juntos toda la vida y nunca has actuado así. Jamás dañarías a alguien por culpa de otros, con Kaela lo hiciste siendo ella tu mate. ¡Joder, Alex! —gruñe frustrado —. Mis padres también fueron asesinados por Darius aquella noche y sé que Kaela no es responsable de eso como para lastimarla.

—Solucionaré mis problemas, he cometido un error, pero no soy perfecto.

—¡Nadie te pide que seas perfecto! ¿Se te han olvidado los valores que te enseñaron tus padres? Los habitantes de la manada están temerosos de ti, algo que en todos los años que tienes como alfa nunca había pasado.

—Cambié, las personas lo hacen siempre —me encojo de hombros, la única que me importa es mi Luna.

—Tus cambios van de mal en peor, algo que nos afecta a todos. Si los enemigos ven una debilidad, querrán atacar y perderemos vidas de personas inocentes.

Un silencio incómodo se forma, siendo sincero no me importa lo que haya dicho. Lo importante es encontrar a mi luna y mantener a mis hermanas lejos de mis asuntos.

—Yo sabré que hacer en cualquier caso, son mis gentes.

—¡Gentes que llevaras a la muerte! —replica parándose y golpeando el escritorio.

—¡Soy el alfa! —gruño agarrándolo de la camiseta —. A pesar de que seas mi beta, aquí el alfa soy yo. ¡Yo tengo la última palabra para todo! Tú tienes que ser leal a mí y servirme —Lo suelto de golpe, retrocede unos pasos y niega antes de cerrar la puerta de un portazo.

Tiro todo lo que hay encima de la mesa con furia, me muevo por todo el espacio destrozando cualquier cosa que vea, esta situación es una mierda. Tocan la puerta y juro que mataré a alguien si vienen a cuestionarme. Grito un adelante y entra Iker con semblante serio y mirando el desastre que hay.

—¿Dónde esta ella? —cuestiono con impaciencia.

—No la encontramos, pero hay un rastro de su aroma que lleva al este de la manada, donde inicia el sendero de las rosas muertas.

¡Joder! Eso significa que quizá ya se encuentra con Darius. No puede estar con él, ese no es el plan. Aunque…

—Reúne a los mejores hombres, al amanecer iremos al Clan de Darius —ordeno paseándome de un lado a otro.

—Sí, alfa —dice antes de salir.

Creo que todo saldrá mejor de lo que esperaba.

[...]
 


Sí, en definitiva la loba con la que Liam tiene encuentros es Briana. Creo que a Darius no le agradó para nada esta noticia, sin embargo, parece que a Liam no le importa lo que piense él.

El resto de la tarde estuve con Kilian, es un niño muy inteligente, adorable, le encanta hablar hasta por los codos y es un tanto… peculiar.

«Querrás decir que es un pequeño sádico.»

Estuvimos paseando por los jardines del palacio, siempre con unos vampiros detrás de nosotros. Kilian me llevó a la parte trasera donde había algunos animales correteando, se acercó a un pequeño conejo blanco, tomó su cabeza entre sus manos y le dobló el cuello. Mi boca se abrió con incredulidad al ver que lo hizo sin ningún tipo de remordimiento y me lo entregó. Dijo que era un regalo para que tomara la sangre, que no lo hacía con un humano porque el abuelo no se lo permite hasta que sea más grande.

A la parte retorcida de mí le llena de orgullo, pero la otra solo quiere mandar a la mierda a Darius por enseñarles esas cosas.

«Nuestro bebé es mitad vampiro, está en su naturaleza.»

Liam se unió a nosotros cuando fui a dormir a Kilian, porque sí, los vampiros duermen. Aunque no tanto tiempo como los humanos, ni es tan necesario. Es igual que la comida, solo la comen por placer.




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