No pude ser suficiente para ti y lo siento.

Desconozco a este Alexander. ¿Cómo demonio se le ocurre matar a alguien inocente? Sé que Cleo no me agradaba, pero no es algo para acabar con su vida. Sin embargo, una parte de mí no se sorprende luego de lo que hizo cuando descubrió lo que yo era.
Ayrton tiró de mi mano para estrecharme entre sus brazos y no me quise apartar. Mi cuerpo se relajó y Darius nos miró con el ceño fruncido, no obstante, no dijo nada por unos largos minutos.
¿De qué más es capaz Alex? Tiene que tener otro motivo aparte de mí, nadie es tan loco para hacer eso. Me concentré en los latidos de Ayrton, en su cálido cuerpo que se siente tan bien junto al mío.
Este también es un problema, ¿por qué tengo dos almas gemelas? ¿Es eso posible? Puede que con Alex solo haya desarrollado el tan conocido síndrome de Estocolmo y Ayrton sea mi tua cantante. De todos modos, no es algo con lo que quiera lidiar ahora, hay cosas mucho más importantes.
Carraspeo y muy lentamente me alejo de Ayrton. Él me frunce el ceño en desacuerdo y aunque una parte de mí también lo esta, no es el momento.
«¿Sabes qué tendrás que tener una conversación con él?»
«Lo sé.»
—Alexander está fuera de control, no puede matar a los miembros de su manada sin ninguna razón —comento, apartando mi cabello del rostro.
—Es cierto, tienes que detenerlo, antes que nosotros lo matemos —habla Darius mirando con intensidad a Ayrton.
—Me haré cargo de él y si es necesario poner a otro alfa, la manada blood moon lo tendrá.
—¿Qué pasará con Alex? —cuando termino de formular mi pregunta, los tres hombres de la sala me miran con el ceño fruncido.
—¿Por qué te importa lo que le pueda suceder? —inquiere Liam. Me encojo de hombros sin saber qué responderle.
—Si no se toma las cosas por las buenas, tendré que matarlo. Está siendo un peligro para todos.
Mi boca se abre con asombro, ¿cómo puede decir eso con tanta calma? Es su hermano.
«Un hermano que te lastimó y está lastimando a las personas de su alrededor, no merece nada bueno.»
«Sé que a hecho muchas cosas malas, también sé que no lo quiero nunca en mi vida, pero no lo quiero muerto.»
«Me es indiferente lo que le suceda, te dije que no es nuestra alma gemela, sin embargo, es como si quisiera aferrarte a ello.»
«No es cierto, yo...»
«Olvídalo, Kaela. No vale la pena gastar tu tiempo con él, cualquier cosa que le pase es porque se lo busco.»
—No puedes hablar en serio, es tu hermano.
—Soy el rey, es mi responsabilidad cuidar a mi gente, incluso de mi propio hermano —expresa con calma. La intensidad de su mirada puede llegar a ser intimidante, aunque no menos hipnótica.
—Tienes que cuidar en Kilian, él sabe que existe y podría utilizarlo para llegar a ti —menciona, Darius con los brazos cruzados.
—No dejaré que eso suceda —la furia recorre mi cuerpo de solo pensar en mi bebé herido, prefiero salir herida yo.
—No permitiré que tú y Kilian salgan lastimados, tienes mi palabra —jura Ayrton, y no sé por qué, pero le creo.
—No tienes que prometerle nada a mi hija, yo la cuidaré, a ella y a mi nieto —Oh, no. El tono de Darius no promete nada bueno. Liam deja escapar una risita burlona, odio cuando hace eso.
—Si quiero hacerle promesas y cuidarla, lo haré, Darius.
—Chicos… —ambos me ignoran.
—Mantente lejos de mi hija, no te gustará lo que puedo hacer contigo y nuestro trato de paz puede acabar —Darius se acerca unos pasos y Ayrton dibuja una media sonrisa en su rostro.
—No te olvides que yo también soy un rey, Darius. Kaela es mi alma gemela y como mi reina es mi deber protegerla.
«Me encanta.»
«Deja de suspirar como idiota.»
Me interpongo entre ambos antes de que se quieran matar.
—Quítate, Kaela —Sus ojos totalmente rojos me miran molestos antes de volver a concentrarse en Ayrton.
—No me des órdenes, Darius. Lo importante es resolver el problema que representa Alexander, nada más.
—Kaela —advierte en tono bajo y amenazante. Lo ignoro y tomo la mano de Ayrton sacándonos de ahí, antes de que pudiera suceder algo.
Trato de no pensar en el cosquilleo y ardor de mi garganta al tomar la mano de él.
—Kaela… —sigo guiándonos por los pasillos y cuando trato de soltar su mano, no lo permite —. Kaela, joder —Mi cuerpo se estrella con el suyo cuando jala mi brazo. Pongo mi mano en su pecho para evitar caerme.
Se encorva un poco para que su rostro quede a centímetros del mío. Se ve más impresionante teniéndolo tan cerca. Suspiro y me arrepiento de hacerlo cuando su aroma inunda mis fosas nasales y mis colmillos rozan mis labios.
—Tus ojos están rojos, tienes que alimentarte —Delinea mi labio inferior con su pulgar. Cierro los ojos repitiéndome una y otra vez que tengo que controlarme.
«Mío.»
«Contrólate.»
Abro los ojos con un jadeo al sentir como su mano aprieta mi cuello con la fuerza suficiente para no hacerme daño, pero si para hacerme perder la cabeza.
Su nariz roza la mía con suavidad, lo observo inhalar de forma profunda antes de dejar un casto beso en la comisura de mi boca y alejarse unos pasos.
Pon un breve momento me encuentro confundida, ¿por qué se alejó?
—Aliméntate, mi luna —inclina su cabeza hacia un lado para darme acceso a su cuello.
Creo que estoy en un trance, ya que me acerco sin dudarlo. Rodeo su cuello mientras lo aproximo a mí y él sitúa sus manos en mi cintura. Siento su latido cuando beso su garganta, mis colmillos rozan la zona donde lo besé.
—Kaela —advierte con voz ronca, mientras voy bajando mis besos a su pecho.
«Quiero sentirlo.»
Abro su camisa y me deleito con su torso desnudo, si fue tallado por los dioses. Paso mis uñas por su abdomen, parando en la v que se forma en la parte baja. Se estremece y maldice en voz baja.