Eres mía [#1]

Cap.31

La vida se resume en soltar, no podemos aferrarnos a aquello que nos hace daño.


 


 

—¿Lo dices en serio? —murmura con incredulidad —. Ella es la pareja de tu hermano, no puedes sentir nada por ella —expresa asqueada. Cierro los ojos tratando de relajarme. Briana solo está dolida —. Alex estaría vivo de no ser por Kaela, ¡soy tu hermana! ¡Él era tu hermano!

—¿Ahora soy su hermano? No vida que eso les importará todos estos años —inquiere con desdén —. Lo que tenga o no con Kaela no son tus problemas, no puedes desquitarte con ella, también es una víctima en todo lo que está sucediendo. Perdió a su hijo y a Alexander.

—¡Es su culpa! —grita sin importarle lo que dijo Ayrton.

—¡Briana! —La voz de Liam llama su atención. Sus ojos no expresan nada más que tristeza —. Basta o tendrás que irte.

Briana abre su boca con incredulidad y lo mira dolida.

—Soy tu alma gemela —dice como si eso explicara todo.

—Lo sé, pero ella es mi hermana. Todos nosotros estamos sufriendo, perdimos a alguien importante, nos sentimos destrozados al igual que lo estás tú. Ambas son fundamentales en mi vida, no quiero un enfrentamiento, no ahora, por favor —habla aferrándose a mi bebé.

Abre la boca con intención de decir algo, sin embargo, termina asintiendo y va para donde se encuentra el cuerpo de Alex.

Darius no se ha movido desde que llegué, ni siquiera un poco. Creo que está procesando todo. Algunos guardias nos miran con una mezcla de respeto y nerviosismo.

Me acerco a Liam y él sigue observando a Kilian como si esperara que despertara. Aparto el cabello de mi rostro, muerdo mi labio con fuerza, yo igual espero que despierte.

—Solo está durmiendo, Kaela. Él no está muerto, n-no lo puede estar.

—No quiero que lo esté, pero no podemos hacer nada, Liam —me lamento. Si pudiera intercambiar mi vida por la de él, lo haría sin dudarlo.

—Y-yo me encargaré de su cuerpo, ve a descansar.

—No puedo, soy su madre y…

—Han pasado tres días, te hayas débil y necesitas alimentarte, mañana te puedes encargar de todo lo que quieras.

¿Tres días?

—Ve, Kaela. Mañana hablaremos con Abigail —es lo primero que dice Darius desde que llegué. Se da la vuelta y desaparece.

Ayrton toma mi mano entre la suya y me anima a seguirlo, me rehuso mirando a Liam con Kilian, sin embargo, él me anima a que me vaya.

Asiento en silencio y sigo a Ayrton dejando atrás los gritos de Briana y a mi hijo.

Me guía por los largos pasillos del castillo, dirigiéndose a mi habitación, supongo. Mi cuerpo al parecer alcanzó su límite, si no hubiese sido por su agarre, hubiera caído directo al suelo. Mis alas desaparecen y con ella la fuerza que sentía.

Me rodea la cintura con sus brazos, pasa una de su mano por debajo de mi rodilla y me alza. No digo nada, apoyo mi cabeza en su pecho. Los latidos de su corazón me entretienen, su aroma es como si fuera un afrodisíaco y su sangre una droga.

Empuja la puerta de mi habitación con los pies y la cierra del mismo modo. Soy dejada en mi cama con delicadeza y él desaparece al baño.

Miro el techo como si fuera lo más interesante de mi vida, me siento tan

vacía que duele. ¿He sido tan mala en mis otras vidas para sufrir tanto? La muerte siempre me persigue, llevándose lo que quiero. Mi mejor amiga, Kilian y Alex. ¿Quién será el próximo?
 


 

Ayrton sale del baño, me carga estilo nupcial y me lleva a la bañera. Se encarga de quitarme la ropa ensangrentada hasta dejarme desnuda.
 


 

Quizás es mucha confianza, pero es lo que menos me importa ahora. Solo quiero dejar de pensar y cerrar mis ojos para no abrirlos nunca más.
 


 

Me ayuda a entrar al agua que preparó con algunas esencias y mi jabón de baño, coge la esponja y comienza a lavar mi cuerpo con extremada delicadeza. Seguro cree que en cualquier momento me romperé.
 


 

—¿Alguna vez te has sentido solo a pesar de estar rodeado de personas? —cuestiono, girando la cabeza para mirarlo.
 


 

Nuestros ojos se encuentran, la intensidad de los suyos me transmiten tranquilidad y al mismo tiempo un huracán de emociones. Me altera y me tranquiliza.
 


 

La culpa me embarga, Alex murió y yo pensando en lo que me hace sentir Ayrton. Aparto mi mirada de él sintiéndome molesta conmigo misma.
 


 


—Muchas veces, pero llega un punto en el que te acostumbras a sentirte así —toma mi barbilla y me hace mirarlo —. Tú no te encuentras sola, nos tienes a todos nosotros que con solo una palabra tuya estaríamos dispuestos a poner el mundo a tus pies de ser necesario.
 


 

—No necesito el mundo, únicamente quiero a Kilian —musito sin dejar de verlo.
 


 

—Y te lo daré, dije que lo haría y eso haré. Sé que no confías en mí, soy un extraño en tu vida, sin embargo, estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para complacerte —lo dice con firmeza y sin dudarlo un segundo.
 


 

—La odio tanto —hace una mueca de confusión, se ve tierno —. A mi madre, si ella no lo hubiera jodido en el pasado, nada de esto hubiera pasado. Kilian y Alex estuvieran vivos. Alex era inocente, Lyon se hizo pasar por él y murió de forma injusta. Si pudiera revivirla, la mataría. Juro que lo haría.
 


 

Se inclina y besa mi frente, cierro los ojos, queriendo aferrarme a él, pero no lo hago.
 


 

—El odio solo nos destruye de manera lenta, aunque dolorosa. Te lo digo por experiencia.
 


 

—Justo ahora lo que me mantiene cuerda es aferrarme a ello.
 


 

—La vida se resume en soltar, no podemos aferrarnos a aquello que nos hace daño, pequeña luna. Ella ya está muerta, sería lastimarte por alguien que ya no vale la pena.
 


 

No respondo y él tampoco dice nada más. Lava mi cabello con paciencia, cuando termina me envuelve con una toalla, vuelve a cargarme y dejarme en la orilla de mi cama.
 




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