Eres mía [#1]

Cap.34

"Antes y después de que la luz llegue, la oscuridad ya está ahí, siempre estuvo ahí y siempre estará ahí..." —Symphony.

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Varias semanas después...

La pierna de Liam impactó con mi costilla, mandándome a rodar a unos pasos de él.

Joder, eso duele.

Abigail aprovechó para atacarme con una bola de energía. Levanté mi brazo, creando un escudo de masa de oscuridad condensada, que retiene su ataque. Por el rabillo del ojo, veo como Liam se acerca, con intención de volver a golpear mi cuerpo.

Dejo que se aproxime a mí, para aprovechar la ventaja de encontrarme en el suelo, y cuando sus piernas están cercas, la agarro y ruedo mi cuerpo al lado contrario y el suyo cae desprevenido.

Me levanto y puedo sentir a la bruja detrás de mí, así que impulso mi codo hacia atrás, golpeando su abdomen. Se agarra de mi antebrazo para usarlo en mi contra, pero no se lo permito y con mi mano libre la sujeto del cuello y la lanzo por los aires. Aterriza sobre sus manos, sin embargo, no dura mucho antes de que ella y Liam ataquen de nuevo.

No lo pienso antes de hacer un movimiento rápido con mis manos y rodearlos con una esencia oscura, que no les permite ver nada.

—Bien, ya puedes quitarnos esta cosa. Has mejorado —grita Liam.

Sonreí y hago otro movimiento para desaparecer la oscuridad.

En estas semanas, ellos se han encargado de mi entrenamiento y en algunas ocasiones Darius. Golpearon mi trasero muchas veces, en especial Liam que podía leer mi mente para anticipar mis movimientos.

Abigail fue una gran ayuda, me enseñó a bloquear mi mente y controlar la oscuridad. Es llamada Umbraquinesis y puedo hacer muchas cosas con ella, desde regenerar partes del cuerpo hasta crear cualquier objeto con dicha oscuridad.

Solo tenía que pensar en lo que quería y era generado, puedo usar la propia oscuridad que vive en mí o utilizar la de las personas que me rodean.

Mis alas fueron más fáciles de manejar, ya que al ser vampiro puedo volar sin ellas y aun así puedo tenerla cada vez que la necesite.

En unos de los entrenamientos para descubrir todos mis poderes, maté a un guardia con un rayo oscuro. Este rayo apagó cada átomo de su cuerpo, volviéndolo inservible y generando un pequeño agujero negro en su lugar. Es algo demasiado poderoso y no he podido controlarlo del todo.

Algo que me frustra es no poder abrir portales porque no soy completamente una boutlyn, aunque no todo demonio puede, solamente los más poderosos.

—Cada día lo haces mejor, estoy orgulloso de ti —expresa, Liam dándome un corto abrazo.

La niña que siempre deseó un hermano y una familia, está chillando de alegría. Nos hemos unido mucho desde la muerte de mi bebé. Siempre me cuenta anécdotas de Kilian y sus labios se curvan cada vez que lo menciona.

Extraño a mi niño.

—Tus poderes y tú son fuertes, si vamos a la guerra con los cazadores, los destruirás a todos.

Los malditos cazadores ahora están detrás de mi trasero y todo por culpa de Blake. Los alertó de mi existencia y poder. Los cazadores no son como yo pensaba, no buscan eliminarnos por miedo a que nos hagamos dueños de todo, lo hacen para robar nuestros ADN y hacer experimentos. Hacerse más fuertes y gobernar el mundo.

Demasiados ambiciosos son esos inútiles.

Han atacado a algunas pequeñas manadas y clanes. Secuestrando a esas gentes.

Darius ha tenido reuniones con algunos líderes de diferentes especies, porque sus ataques aumentan cada segundo que pasan, poniendo en riesgo la vida de todos. Los ancianos, como se llaman a los viejos vampiros, se encuentran buscando los laboratorios de los cazadores, sin embargo, no han tenido éxito.

Los cazadores son una grave amenaza para toda criatura sobrenatural y no porque ellos sean más poderosos que nosotros, sino porque buscan modificarse a ellos mismos y crear criaturas que ellos puedan controlar.

El rey Zigor hasta ahora no ha sido un problema, aun así, Darius lo mantiene vigilado.

—Acabaremos con ellos, no somos ratas de laboratorio para que experimenten con nosotros —mascullo, sintiéndome molesta al imaginar todas las atrocidades que hacen con aquellos que secuestran.

—Haremos que paguen con sus vidas, suplicaran que lo matemos.

Asiento dándole la razón.

—Ve a coordinar las últimas tropas que faltan, hoy tiene que estar todo preparado. Yo me reuniré con Darius.

Las cosas con mi padre mejoraron un poco luego de una reunión que tuvimos.

[...]
 


Semanas antes…

Los problemas parecen que nunca acabará, siempre hay algo que jode mi vida. No tengo ningún remordimiento en que Darius matará a Blake, mi abuelo. Ni siquiera lo conocía y se encargó de acabar con la vida de Alexander y arruinar la mía.

Él nunca tendrá la oportunidad de conocer a su verdadera alma gemela.

Una parte de mí siente culpa porque su hermano sea mi tua cantante.

Los cazadores, mientras estuve en la manada de Alex, no escuché hablar de ellos, pero parece que han sido un problema durante muchos años. Y si Blake tiene razón, pronto estarán detrás de mi cabeza

El guardia hace una reverencia y abre la puerta de la sala de las coronas. Darius solicitó mi presencia.

La sala de coronas es impresionante, hay varias vitrinas esparcidas por todo el lugar que dentro de ellas se encuentran coronas sumamente hermosas. Es como ir a un museo, pero más elegante y lujoso.

Darius me da la espalda, está observando una gran pintura que hay en el centro de la habitación. En ella se observa a una mujer, vestida con un vestido de época antigua. El cabello castaño cae delicadamente por sus hombros y sus ojos negros son tan penetrantes e inquietantes que asustan.

Me estremezco, son los mismos ojos que veía en mis pesadillas.

—Ella es tu madre, Eider Allard Leblanc —dice, concentrado en el rostro de la que es mi madre.




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