Eres mía [#1]

Cap.40

—¡Kilian, no corras! ¡Ven aquí! —Se ríe, pero no me hace caso. Dobla en una esquina del palacio y yo lo sigo. Veo como choca con el gran cuerpo de Ayrton y cae al suelo. Él lo levanta para sostenerlo —. Te dije que no corrieras, vas a darte un golpe y puedes romper algo, no estamos en nuestra casa —Lo regañé cuando llegué a su lado.

—Papi dijo que este también es nuestro castillo —arqueé una ceja en dirección de Ayrton.

Nos encontrábamos en su manada, era la primera vez que acepté venir a este lugar desde que me lo pidió hace meses, sin embargo, no había aceptado porque eso significaba un paso más para nuestra relación, además de una enorme responsabilidad.

Hoy estaba aquí, ya que mañana era mi cumpleaños y él quería hacer una cena con nuestras familias porque hoy en la madrugada me llevaría a algún lugar que no me quiso revelar. Se siente raro celebrarlo después de no hacerlo por mucho tiempo; específicamente desde la "muerte" de Kilian. Mi cumpleaños era dos semanas y un día después del suyo.

—Tienes razón, pero tienes que escuchar a tu madre. No quieres verla enfadada, ¿cierto? —negó, haciendo un mohín.

—Lo siento, mami.

—Está bien, bebé —Me puse de puntilla para besar su mejilla.

—Me siento celoso. ¿Qué hay de mi beso? —se quejó, haciéndose el ofendido. Sonreí y volví a ponerme de puntillas para ahora besar la comisura de sus labios.

—¿Ya están feliz?

—Sí —dijeron al unísono.

Kilian se removió en los brazos de Ayrton para que este lo bajara, así que lo hizo mientras sostenía su mano; con la otra agarró la mía.

—Ya todos se encuentran en el comedor —informó, cuando comenzamos a bajar la escalera.

El castillo de Ayrton era incluso más lujoso y espacioso que el de Darius. Grandes candelabros de diamantes negro, los objetos de decoración eran hechos de oro, al igual que los marcos de las pinturas y retractos de su familia. El negro, blanco y dorado predominaban en todos los espacios del lugar. La entrada del palacio parecía sacada de un cuento de hadas, el jardín delantero estaba lleno de preciosas flores de todos los colores y el pequeño estanque tenía algunas creaturas que no reconocí.

El pueblo se hallaba a unos diez minutos, pero no había tenido tiempo de verlo, sin embargo, si era tan bonito como este lugar, quizá no querré irme.

Al entrar al comedor todos guardaron silencio y se pararon de sus asientos. Ayrton nos dirige a la cabecera de la mesa, donde hay dos sillas. Sacó una para que yo me siente y él tomó asiento en la otra, con Kilian en su regazo. Mi hijo parecía feliz de estar junto a él.

—Pueden sentarse —dijo una vez que nos acomodamos. Su madre estaba en la silla de su derecha y a su lado el esposo. A izquierda se encontraba Alayna y le seguía mi hermano.

—Kaela, te presento a mis padres; Allison y Matteo. Padres, ella es mi luna y nuestro hijo Kilian.

—Un gusto al fin conocerlos —Formé una sonrisa. La madre de él me miró con el ceño fruncido y se dirigió a su hijo.

—¿Nuestro hijo? —inquirió —. Querrás decir su hijo —expresó, con desdén.

Su tono no me gustó para nada.

—Sí, nuestro hijo.

—No puedes estar hablando en serio. No puedes tener una luna que tenga un hijo de otro hombre y aparte es una vampira. ¡Los rumores sobre ella no son buenos! —gritó, sobresaltando a Kilian.

Apreté la mano, el color de mis ojos cambiaron.

—Madre —habló con tono autoritario —. Controla como hablas de mi mujer e hijo. No voy a tolerar tu falta de respeto hacia ellos.

—¿Vas a criar a un bastardo? ¿La nueva reina será un monstruo? ¡Es insólito que un vampiro sea gobernante de lobos!

—¡Allison! ¿Cómo puedes decir eso? Tú tuviste a Ayrton con otro hombre y aun así lo críe como mío y lo amo como mi hijo —Ella mira a su marido con ira.

—No es lo mismo. Ese niño es...

—Tenga cuidado con lo que vas a decir —la interrumpí —. No le gustarán mis acciones si se atreve a insultar a mi hijo una vez más.

—¿Me estás amenazando? ¡Tienes al frente una alfa de alfas, hija de la luna! —gruñó, furiosa.

—Y frente a ti me tienes a mí. Kaela Hassler, hija del rey vampiro y descendiente de una Boutlyn. Le aseguro que no me deseas como enemiga, porque me encargo de acabar con ellos hasta no dejar nada y no es una amenaza, es un hecho —le advertí. Y sí, ahora uso el apellido que me corresponde.

El deseo de sangre rujé dentro de mí, mis instintos más oscuros piden matarla, pero tengo que controlarme. Es la madre de Ayrton, no puedo hacer eso.

Mátala, Kaela. Hazlo ahora.

—Kaela —El toque de Ayrton me sacó de mi trance, giré la cabeza para mirarlo y él me observaba preocupado.

Me di cuenta de que era porque una gran oscuridad rodeaba la mesa. Con un movimiento de mi mano la hice desaparecer.

Matteo se paró y agarró a su esposa.

—Siento el comportamiento de mi mujer —Allison parecía dispuesta a decir algo, sin embargo, al ver la mirada de él se detuvo —. Hijo, llevaré a tu madre a nuestra casa —asintió —. Bienvenida a la familia, disfruten la cena —se despidió y salió del comedor.

—Lo siento, no quise que ustedes pasaran un mal momento —negué, él no tenía la culpa.

—No me gusta tu mami, hizo molestar a mi mami —arrugó la nariz.

—Mi madre no lo volverá hacer, pequeño —Ayrton acarició la cabeza de Kilian y este se acurrucó en su pecho antes afirmar.

Mi corazón se calentó al ver la imagen de ellos dos, son tan lindos.

—Qué encanto de suegra te tocó, hermanita —expresó con sarcasmo, Liam. Rodé los ojos y Alayna golpeó en forma de broma su brazo.

Ayrton ordenó traer la comida y la cena transcurrió sin ningún percance. Los primeros minutos estuvimos en un incómodo silencio, sin embargo, Liam empezó a decir algunas bromas y el ambiente se aligeró. Mi hijo se mantuvo todo el tiempo con Ayrton y se dejó alimentar por él. Lo cual es raro, ya que le gusta comer solo.

[...]
 




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