Eres mía

Capítulo 35

Dante: desde que te conocí únicamente he tenido ojos para ti. Sabes que eso es verdad, aunque eres la única mujer que logro llamar mi atención.

Mariana: quiero escuchar siempre que soy la única mujer en tu vida. Porque no soportaría no serlo, ya que tu amor debe ser solo para mí.

Dante: mi esposa es igual de celosa que yo. Mi corazón siempre te pertenecerá a ti, pero el día en que alguien quiera interferir en nuestro amor lo hare un lado y sobre todo nadie me va a quitar lo que es mío.

Mariana: jamás dejaría que le hicieras daño a nadie. Debes de cambiar ese pensamiento que tienes y como es tarde necesitamos entrar.

Dante: seguramente te sientes cansada al decirme esto. Nada más que en nuestra recámara esta tu sorpresa y para evitar que te sigas cansando te llevare entre mis brazos.

Él carga a su esposa entre sus brazos y ella no podía evitar sonrojarse. Ellos entran a su casa de esta manera y el sube las escaleras para dirigirse a su recámara y cuando llegan la baja de entre sus brazos.

Mariana: seguramente el regalo que está en la mesa es mi sorpresa. Solamente que no tengo la menor idea de lo que pueda ser y lo sabre hasta que lo tengan en mis manos.

Dante: entonces te lo daré y cuando lo haga quiero que me des un beso en la mejilla. Pero eso sería lo más justo por el momento, aunque sabes que siempre voy a preferir besarte los labios.

Mariana: todavía no se me ha olvidado lo que me hiciste en mi cuello. Además, dije que te haría lo mismo que tú me hiciste, ya que con eso aprenderás que no debes de hacerlo.

Dante: entonces quiero que me hagas lo mismo. Sabes que también es una manera de demostrarles a todos que soy tuyo, así que debes hacerlo en este preciso momento.

Mariana: antes de hacerlo quiero que primero me des mi regalo. Necesito decirte que tu recámara está muy bonita y no puedo creer que tengas una fotografía mía en este lugar, si apenas nos acabamos de conocer.

Dante: te recuerdo que para mí no hay nada imposible. Solamente que habrá muchas de ellas en nuestra casa a partir de ahora y te lo digo para que no te sorprendas.

Mariana: eso es algo que no puedo evitar y en esa fotografía estaba más joven. Prefiero no preguntarte más, ya que estoy segura de que me mandaste a investigar al tenerla contigo.

Dante: es que quería saber todo de mi esposa. Pero no iba a esperar a que me la dijeras, así que en todas tus fotografías te veías demasiado hermosa y por eso las quise conservar conmigo.

Mariana: ahora si debes de darme mi regalo. Porque necesitamos dormir y como me hubiera gustado que el día de mañana hubieras empezado nuestro viaje de bodas, ahora solo debemos de esperar para hacerlo.

Él mira a su esposa y cuando deja de hacerlo se acerca a la mesa donde estaba su regalo, Dante regresa a su lado y en el momento en que lo hace se lo da, ella destapa su regalo y era precisamente una caja musical con su canción favorita. Mariana no dejaba de sorprenderse y ella le da un beso en la mejilla a su esposo para después besar su cuello y de esa manera le deja las marcas que Dante le había hecho, ella separa de el para dejar la caja musical en la mesa y su pijama estaba en la cama. Mariana se va a cambiar al baño y a los pocos minutos regresa y ve a su esposo acostado en la cama, ella se termina acostando a su lado y después de unos cuantos minutos ellos se quedan profundamente dormidos.




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