Eres mía

Capítulo 40

Mariana: seguramente tienes razón. Sabes que me gustaría verte feliz, ya que también mereces serlo y la vida te está dando la oportunidad para que seas feliz igual que yo.

Victoria: en verdad no sé qué pensar en el amor que dice sentir por mí. Solamente que se me hace demasiado extraño que el me ame.

Mariana: te recuerdo que nosotros no decidimos de quien enamorarnos. Porque el amor se da por si solo sin esperarlo y no pierdes nada con conocerlo.

Ellas siguen hablando y Dante estaba conversando en su despacho con su jefe de seguridad. Dante sabía que tenía que darle tiempo a su esposa para hablar con Victoria.

Dante: lo más importante para la familia de mi esposa son los bienes materiales. Ellos irán perdiendo su fortuna de poco a poco y cuando se den cuenta de eso ya no tendrán nada, ellos se arrepentirán toda su vida de haber menospreciado a mi mujer.

Bruno: eso se está haciendo de poco a poco como usted quiere. Pero las personas que aparecieron en esa lista están advertidas de que tienen que respetar a la señora.

Dante: quiero que nadie más se vuelva a burlar de ella. Serás el encargado de que eso no pase, ya que a mi mujer toda la sociedad la tiene que respetar y el anuncio de nuestra boda quedo demasiado bien y también quiero otro que diga que nos casaremos por la iglesia muy pronto.

Bruno: entonces debe de elegir otra fotografía de ustedes dos juntos para poder mandarla. Además, si quiere puedo hacer llamar al fotógrafo para que puedan tomarse más de ellas.

Dante: no será necesario que lo llames. Porque yo mismo la tomare y siento que mi esposa está más bonita cada día que pasa y me imagino que la veo así por amor.

Bruno: eso pasa cuando una persona se enamora. Nada más que antes lo que era importante para usted ya no lo será y estoy seguro de que no ha dejado de pensar en ella desde que la conoció.

Dante: todo lo que he vivido con mi mujer lo tengo guardado en mi memoria. El trabajo dejo de importarme y sé que está feliz cuando me sonríe, pero nunca pensé que el amor fuera de esta manera.

Bruno: seguramente la señora debe de estar buscándolo y debe de estar a su lado. Ahora si me despido de usted para que siga pasando este día con su esposa.

Él se despide de su jefe para después salir del despacho, solo que Bruno se encuentra con ella y le dice que el señor Silverman se encontraba adentro de su despacho. Mariana le da las gracias y a los pocos minutos entra.

Dante: precisamente también te iba a ir a buscar. Eso quiere decir que tú tampoco puedes estar separada de mí, pienso que tan siquiera merezco un beso.

Mariana: no puedo creer que otra vez empieces con los besos y en la noche dejare que me beses. Porque no puedo dejar que lo hagas a cada hora.

Dante: hacer eso no tiene nada de malo. Además, me case contigo para que me lo siguieras permitiéndolo, así que no deberías de limitarme con eso, ya que para mí un beso si es necesario y te recuerdo que he hecho todo lo que me has pedido, aunque lo haría de nuevo sin que me lo pidieras y sobre todo soy un hombre enamorado que ama a su esposa y si quieres te puedo seguir diciendo cuanto te amo en mi despacho.




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