Eres mía

Capítulo 48

Padre: estamos aquí para unir en santo matrimonio a esta pareja que se casaran por amor. Dante Silverman Lawless aceptas a Mariana Harrison Smith como tu esposa para amarla y respetarla, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe.

Dante: si, acepto. Porque la primera vez que la vi conocí el verdadero amor y mi esposa sabe perfectamente como es el sentimiento que tengo por ella.

Padre: Mariana Harrison Smith aceptas a Dante Silverman Lawless como tu esposo para amarlo y respetarlo, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe.

Mariana: si, acepto. Porque el amor que siento por mi esposo es único y verdadero, estoy segura también que durara toda la vida igual que nuestro matrimonio.

Padre: los declaro marido y mujer y esta ceremonia se ha terminado. Deben de recordar que para que funcione su matrimonio el amor siempre será lo más importante.

Él se acerca a su esposa para besarla al escuchar las últimas palabras del padre. El empieza a besarla y se aleja de ella cuando termina de hacerlo y sus familiares y amigos se acercan a ellos para felicitarlos. Ellos después de unos cuantos minutos los dejan solos y de esa manera empiezan a caminar rumbo a la salida de la iglesia hasta que llegan a donde estaba la limosina.

Dante: sabes que me gusta verte feliz y siempre consigo el propósito de hacerlo. Nada más que te besaría de nuevo, pero será mejor que nos vayamos.

Mariana: me pregunto porque tienes demasiado prisa de que nos vayamos. Porque tú no eres así, seguramente tendrás tus razones o acaso eso tiene que ver con la sorpresa que me tienes preparada.

Dante: la sorpresa que te tengo está en la recepción y por eso debemos de irnos. Además, ya te la quiero dar y estoy seguro de que te gustara mucho.

Mariana: entonces necesitamos subirnos a la limosina para poder irnos. Este día ha sido especial y si no te hubieras fijado me hubiera convertido en religiosa.

Dante: jamás hubiera permitido que eso pasara. Porque tú eres mía y debes de olvidarte de todo eso, ya que debes de concentrarte en ser mi mujer.

Mariana: soy tu mujer desde el día que me dijiste que sería tuya. Ahora si debemos de irnos y sobre todo quiero ver la hermosa sorpresa que tienes para mí.

El ayuda a su esposa a subir, pero él se había dado cuenta de que algo extraño pasaba y eso era que había visto a su suegro afuera de la iglesia. Solamente que no dejaría que nadie arruinara la felicidad que sentía su esposa. Dante se sube a la limosina y el chofer la enciende para poder dirigirse rumbo a la recepción.

Dante: quisiera que el tiempo se detuviera en este momento para recordar siempre lo hermosa que te ves con tu vestido de novia, solo que tú me gustas más.

Mariana: te habías tardado en decirme como me veía. Además, sé que te gusto como mujer y antes de que lleguemos a la recepción quisiera que me dieras un abrazo.

Dante: te pienso dar un abrazo y un beso. Solamente que no era necesario que me lo pidieras, ya que eso era lo que tenía pensado hacer.




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