DANNA
Después de llevar a Liam a su casa y devolverle su celular me fui directo a casa, fue un día muy intenso y me sentía agotada. Encendí el celular y tenía varia llamadas perdidas de mi madre; seguro estaba preocupada por mi pequeña desaparición.
Todo estaba muy tranquilo cuando entre a casa, parte de mi familia estaban reunidos en la sala, salude a todos y me fui a mi habitación antes que comenzara la inquisidora de mi madre con preguntas, me puse el pijama y a dormir….
Cuando abrí mis ojos eran las once de la mañana y me sentía muy descansada y con mucha energía, revisé mi celular y había varias llamadas perdidas de Liam.
Me fui directo a tomarme una ducha corriendo para llamar a Liam, ya quería verlo, abrazarlo y besarlo… pensar en él me hacía estremecer todo mi cuerpo de una forma mágica y muy excitante, él tiene una magia ¡oh Dios! Mi Dios griego esta tan bueno y tan sexy.
Soy muy afortunada de tenerlo conmigo.
Estaba poniéndome la ropa cuando llego Alina abordándome con muchas preguntas. ¿Dónde estaba ayer? ¿Por qué me había desaparecido? y muchas más…. pero sabía que la curiosidad la estaba matando, cogí mis cosas y salí de la casa sin decir nada a nadie.
Llame a Liam para saber dónde estaba e ir a su encuentro, me dijo que fuera a la casa porque quería decirme algo muy importante.
─Hola amor, ¿Cómo estás? ─le pregunté a Liam con voz cálida.
─Hola Nena, ¿puedes venir a casa de Dylan ahora?
─Sí, ¿sucede algo? porque vi varias llamadas perdidas tuyas en mi celular.
─No amor, solo ven.
Conduje hasta la casa de Dylan y no les negare que me quede preocupada por el tono de su voz.
Cuando llegue a la casa entré y estaba en la sala Felipe y Thomas los cuales me indicaron que subiera a la habitación de Liam que estaba esperándome.
─Hola bebe ─le dije dándole un tierno beso en la boca.
─Hola princesa ─susurró mientras me indicaba que me sentara en la cama porque teníamos que hablar. Por un momento me sentí helada y pensando un sin número de cosas y todas eran malas.
─Nena, esta mañana hable con mi madre, mi padre está en terapia intensiva grave, anoche le dio un infarto. En dos horas vuelo a Seattle─. Sabía que nada bueno sucedía desde que hablé con él por teléfono porque su voz era de preocupación y parece que acerté en mi presentimiento.
─Amor lo siento mucho, sé que es muy difícil por lo que ahora estas pasando, pero ya verás que tu padre pronto estará bien.
─No sé cuánto tiempo estaré por allá, no creo que volveré al país, sino que me iré a Republica Dominicana cuando mi padre mejore. Nos mantendremos hablando por teléfono, Thomas y Felipe se van a casa, los demás se quedarán por dos días más. ¿Cuándo ustedes se van?
─No sé con exactitud, pero si te vas yo también me iré a casa─. Me tomó entre sus brazos haciéndome sentir segura y amada. Me sentía mal por verlo triste y a la vez preocupado, y no es para menos, cuando se tiene un familiar muy cercado con problemas de salud nos deja devastados y llenos de incertidumbre.
Lo acompañé junto con Thomas al aeropuerto, no se había ido y ya sentía un vacío en el estómago enorme. Es tan difícil decir adiós o hasta luego.
─Amor mírame ─Me dijo tomando mi barbilla ─Tu eres la mujer que yo he buscado para toda la vida, tú me haces sentir completo y feliz… tu eres mía Nena… ya verás que los días pasaran rápido y mi padre mejorara y pronto estaremos de nuevo juntos.
─Te quiero en mi vida para siempre y estaré esperándote con ansias, cuando llegues escríbeme. Vuelve a mí─. Le dije con los ojos llenos de lágrimas, era difícil despedirme de él.
Thomas se despidió, lo vimos alejarse y con él se iba mi corazón.
─Estarán juntos pronto ─Me dijo Thomas para animarme.
─Espero…
Agradecí a Thomas que me llevara a la casa, me fui a mi habitación llena de tristeza y melancolía porque algo dentro de mí me decía que iba a pasar mucho tiempo para volver a ver a Liam.
─Hola mi niña ─decía mi madre mientras entraba a la habitación con una taza de té en las manos.
─Hola mami ─La salude dándole un fuerte abrazo y parece que fue en automático como comenzó a salir lágrimas de mis ojos, estaba llorando desconsolada.
─ ¿Qué te sucede mi niña? ─Me preguntó observándome y prestando mucha atención a mis palabras.
─Mami me siento muy mal con la perdida de abuela y ahora Liam.
─ ¿Qué le paso a Liam? ─Indagó un poco angustiada.
─Él se tuvo que ir a Seattle, su padre sufrió un infarto y está en terapia intensiva.
─Cariño, veras que él se va a mejorar y volverás a ver a Liam pronto─. Me respondió dándome un cálido beso en la frente. Luego de entregarme la taza de té se marchó dejándome sola con mis pensamientos y angustias, queriendo que las situaciones de la vida fueran más fáciles, ayer estábamos Liam y yo queriéndonos y disfrutando de un maravilloso día y hoy estoy aquí en mi habitación llena de tristeza porque él no está a mi lado.