COMO PROMETI ACA LES DEJO OTRO CAPITULO MUY INTERESANTE. GRACIAS CHICAS BELLAS POR SEGUIR CONMIGO......
DANNA
Cuando lo vi mi mundo se vino abajo, he sufrido incesantes noches llorando de dolor por las heridas y también por él.
No le importo que yo estuviera mal. Se suponía que siempre íbamos a estar juntos.
El muy cínico pidiéndome explicaciones de porque lo deje en el aeropuerto ¿Qué hizo él? Nunca quiso saber de mi hasta ahora que me volvió a ver. Solo por eso.
Recuerdo la última noche que estuvimos juntos después de la muerte de su padre, tenía los ojos rojos de llorar en silencio. Lo abrace fuertemente para que sintiera mi apoyo, que yo estaba ahí para él.
−Amor, espero que si llegamos a pelearnos siempre tengamos la valentía de escucharnos y siempre estar para el otro sin importar nada. –me dijo mientras sostenía mi cabeza en su regazo.
Pero no me va a importar nada porque él no cumplió su promesa y me dejó sola a mi suerte. Espero que nuestros caminos no se vuelvan a cruzar y olvidaré que lo volví a ver después de cinco años.
Llegué a casa, me fui directo a la habitación para quitarme en el vestido y luego tomarme una larga ducha. Me toque los labios recordando sus besos, recordarlo duele mucho, eres mi pasado Liam y no quiero que seas mi presente.
A la mañana siguiente todo seguía igual, no quería levantarme de la cama, me sentía sin ánimos y con unas ganas enormes de llorar. Estaba sintiendo de nuevo ese vacío que tanto me costó superar.
Escuché mi teléfono celular sonar, miré la pantalla y era mi prima Alina. Le contesté sin ningún ánimo, no quería hablar con nadie.
−Hola, ¿qué haces llamando tan temprano? Si eres amante a dormir – le dije con voz desanimada y cabreada.
−Muy chistosa la linda, te llamo porque tú señorita quedaste de llamarme y no lo hiciste. Quiero que vengas a casa el próximo fin de semana, necesito hablar contigo y no puede ser por teléfono. –me soltó sin anestesia.
−Sabes que no me gusta viajar a Seattle –dije soltando todo el aire contenido, las pocas veces que los visité fue la ida por la vuelta, porque no quería encontrarlo, Thomas y Liam seguían siendo los mejores amigos y a parte también socios, nuestra amistad no había cambiado, pero trato de no involucrarme mucho con ellos y no ponerlos a elegir.
−Por favor Danna, no seas mala prima y trae tu trasero aquí o tendré que enviar a Thomas a buscarte – decía entre risas
−Si no hay más remedio estaré el viernes por la noche, prepárate a comprar mucha cerveza porque también tengo que contarte algo. –Con un suspiro profundo colgué la llamada.
Estoy de un lado a otro, he andado mi departamento no sé cuántas veces ¿Qué será tan importante que me va a decir mi prima? ¿será que tiene problemas con Thomas? No creo porque si fuera el caso no propondría enviarlo a él a Chicago a buscarme. Tampoco creo que Liam sea el motivo, ella sabe que ese tema está prohibido entre nosotras, fue una de mis condiciones para hablarles.
Después de esa maldita noche donde perdí a Liam duré un año que no hablaba con Alina y menos con Thomas.
Estuve un año que no sabía de ellos y mi único apoyo fueron mis padres.
Después que termine mis consultas el viernes temprano porque me tomaría el fin de semana completo para viajar a Seattle, le pedí a Ivanka que me llevara al aeropuerto, me sentía un poco ansiosa e intrigada y no les voy a negar que más que nada era curiosidad por saber qué es eso tan importante que Alina me iba a contar.
Después de casi cuatro horas de vuelo siento todo mi cuerpo adolorido, lo bueno es que Thomas pasaría por mí y no tendría que conseguir coche.
Luego de esperar media hora veo a ese guapo y alto caballero con uno short blanco y un polo azul cielo venir a donde yo estaba sentada.
Sigue siendo muy elegante mi amigo y siempre con ese aire de hombre intelectual.
−¿Cómo estas mi querida amiga? –preguntó mientras me daba un abrazo de oso.
−Luego que me devuelva el aire a los pulmones te respondo – reímos a carcajada –Estoy cansada y hambrienta.
−Vamos que tu prima te hizo una suculenta cena.
Llegamos a la gran casa de la joven y feliz pareja, la última vez que vine a Seattle vivían en un apartamento, pero después que nació mi sobrino decidieron comprarse esta mega casa.
Para ser sincera mi prima tuvo mucha suerte de encontrar en su camino a Thomas, él la ama locamente y son muy felices. A lo mejor si yo hubiese llegado esa noche Liam y yo estuviéramos juntos y felices.
Después de un cálido y efusivo recibimiento de parte de Alina, nos dirigimos a cenar. Había preparado pasta a la carbonara, pan horneado con salsa de ajo, vino, coliflor en salsa Alfredo y de postre pay de manzana.
Estuvimos los tres muy a gusto riendo de los cuentos de Thomas y luego Alina recordaba todas esas anécdotas vergonzosas de cuando éramos adolescentes e íbamos a Puerto Rico y le hacíamos muchas bromas a nuestro tío Luis.
Mientras nos tomábamos una cerecita que por cierto estaba riquísima y súper fría que caía de maravilla por el calor sofocante que hacia porque estábamos en pleno verano, sonó el timbre, la señora Carmen que asistía a mi prima con los quehaceres de la casa abrió, nosotros seguíamos riendo hasta que escuche su voz.