DANNA
Con temor a que nuestro deseo fuera más allá, aun a mi pesar detuve el apasionado beso que amenazaba a que fuéramos a la cama y Liam me hiciera el amor como solo él lo sabía hacer.
─¿Qué pasa Nena? ¿ya no quieres que te bese? ─Mientras me hacia esas preguntas vi temor en sus ojos. Si él supiera que no podemos estar junto porque tengo que guardar reposo si quería conservar a su bebe en mi vientre.
─No es eso, es solo que estoy muy cansada y me quiero recostar un poco ─ cuide mis palabras para que no fueran mal interpretadas por él, las cosas no estaban bien entre nosotros y estamos en terreno inestable por el momento.
─Quiero que descanses. ¿puedo volver más tarde? Necesito que terminemos nuestra conversación ─dijo agarrándome las manos con mucho cuidado como si fuera una niña pequeña. Me llevó a la cama y dándome un tierno beso en la frente se despidió dejándome con deseos de más.
Después de tener un día muy intenso, luego de recibir esa gran noticia estaba ahí pensando en el mágico beso que acababa de darme el amor de mi vida y llevando su hijo en mi vientre no estaba segura si era buena idea confesarle la verdad de lo que me estaba pasando o si debía callar y aguardar otro momento más oportuno.
Mi vida ha sido con tantas altas y bajas, de dificultades y de nadar contra la corriente que la verdad es que no sé qué quiero en mi vida; no sé si en verdad estoy dispuesta a luchar por Liam o mejor coger mis cosas e irme a mi burbuja y criar a mi hijo sola.
Con ese pensamiento me quede dormida por más de tres horas hasta que escuche tocar la puerta, aun adormecida dije que podía pasar a quien tocaba y para mi sorpresa era Liam con una bandeja llena de comida.
─¡Comida! Estoy muerta de hambre. Gracias ─Frotándome los ojos para despertar mientras me acomodaba en la cama para degustar mi plato de lo que fuera que había porque en verdad estaba muy hambrienta.
─Me da gusto que te pongas feliz por traerte comida a la cama ─Su comentario me dejo a media mordida de mi pan con jamón y queso que estaba delicioso.
─Te lo agradezco porque en verdad estaba muy cansada y hambrienta. Gracias por pensar en mí─. Trate de decirle esas palabras de forma natural, que no sintiera que lo estaba acercando a mi o peor aún que las cosas iban para bien.
─Nena. Podemos terminar la conversación que teníamos, por favor. Te juro que me estoy volviendo loco.
Le confirme que podíamos hablar con la cabeza, pero les juro que tenía mucho miedo de lo que pudiera salir de mi boca y arruinar la posibilidad de criar a mi hijo con su padre.
─Sé que las cosas entre nosotros siguen estando mal y siempre que me acerco a ti las empeoro, pero ya no sé qué hacer para estabilizar mi vida que ahora mismo es un maldito desastre.
Yo fui a buscarte a tu consultorio como el estúpido enamorado que siempre he sido de ti… y para mi desgracia te vi, estabas tan bella, recuerdo que vestías un short azul cielo y una franela blanca; estabas tan relajada, feliz besando y abrazando a un idiota. No pude contener mis celos y me fui. Esa es la razón del porque no te tomé las llamadas y tampoco respondí a los mensajes de texto.
Mi vida desde ese día ha estado sumergida en la tristeza, el alcohol y mi mayor compañía… el dolor. Cuando te vi tan feliz supuse que me habías olvidado y estabas comenzando de nuevo─. Con cada palabra que Liam me decía hacia un enorme hueco en mi corazón. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y su cara llena de tristeza.
─Todas esas veces que te llame fueron para decirte que sabía que habías ido. Me sentí muy feliz de enterarme que me fuiste a buscar, pero volviste abrir un abismo entre los dos. ¿hasta cuándo vamos a estar sufriendo? ─ puse la bandeja a un lado de la cama, mi apetito había desaparecido. Sentía un hueco en la boca del estómago.
─Quiero que me perdones… no quiero más malos entendidos entre nosotros ─ Se acercó a mi lentamente sin quitar la vista de mí. Estaba muy ansiosa ─ Necesitamos comenzar de nuevo y escribir una nueva historia llena de felicidad porque nos la merecemos.
Por favor Nena, dime que me amas tanto como yo te amo a ti y damos una oportunidad─. Esas palabras llenaron de regocijo mi corazón y sin decirle una palabra lo besé.
─Yo también te amo mi amor ─Volvimos a juntar nuestros labios con hambre y necesidad.
Después de muchos besos apasionados y caricias que podían encender un bosque en verano quería aclararle a Liam mi relación con Sebastián. ¡Ah! Para los que están haciendo malos pensamientos, en ese momento no pasó nada… recuerden que debo cuidar a mi bebe.
─Liam, quiero decirte que el fin de semana que me viste besándome con un joven, él se llama Sebastián y somos amigos. Fuimos a su casa de verano a tratar de pasar tiempo junto para confirmar si podíamos ser algo más, pero no pude corresponderle como él se lo merecía. Tu siempre serás el único hombre que voy amar.
─Entonces, ¿sufrí en vano? ─Lo miré y su respuesta fue unas carcajadas.
─En las relaciones no todo es color de rosa, así que príncipe verde a veces hay que sufrir un poco para apreciar a lo que en verdad amas.
─¡Oh vaya! Pero no de esa manera princesa. Esta vez no te voy a dejar escapar. Tu eres mía y yo soy tuyo eternamente.