DANNA
Después que me enteré que estaba embarazada trataba de alimentarme bien y comer a las horas correctas, pero como me ofrecí a ayudar en la organización de la ceremonia y en la cena pre-nupcial éstas demandaban mucho de mi tiempo y me sentía agotada.
Cuando subía a mi habitación me metía en la bañera con agua muy tibia, sentía mi cuerpo relajarse. Liam me insistió para que me fuera con él a su departamento, le inventé varias excusas porque si me quedaba con él iba a querer que tuviéramos relaciones sexuales y no podía por mi estado, tenía pensado contarle todo después de la ceremonia y que sea lo que Dios quiera… sin miedos y con la frente en alto.
Con ayuda de Margaret y los trabajadores de su empresa de catering que tenía a su cargo la ceremonia, organizamos el jardín. Estaba mágico el lugar.
Había muchas mesas llenas de sillas de jardín color dorado, manteles color zapote y de centros de mesas lirios cala blancos. Pusimos muchas luces tenues por todo el jardín y varias palmas que le daban un toque elegante, pero a la vez natural.
Después de un día muy agotador me dolían muchos los pies, me quité las sandalias para sentir el frio del piso mientras caminaba a la terraza donde se encontraba mi prima Alina. Se veía muy agotada y ojerosa, la boda la tenía mal porque quería que fuera muy especial y que todo le quedara perfecto.
Thomas me comentó que deseaba que ya todo acabara porque si no cogería un avión y huiría, Alina estaba muy intensa y por todo gritaba.
−¿Cómo estás? –le pregunté sentándome a su lado. –En estos días no habíamos tenido tiempo de sentarnos a platicar−. La miré con una cálida sonrisa y le tomé las manos−. Necesito que hablemos, después que vine del hospital no fui sincera contigo y pienso que no estoy manejando el tema como la adulta que soy.
−Danna, no me asustes ¿te sucede algo grave? –me preguntó asombrada y al mismo tiempo asustada.
−No. No te asustes que no tengo nada grave sino más bien algo muy bueno−. Mi respuesta la hizo dudar, lo vi en su expresión, estaba confundida y eso me dio mucha risa.
−Te puedes callar y dejar de burlarte de mí, ha ha que mala eres. Ahora dime ¿cuál es la noticia? Me tienes en ascuas.
−Liam y yo estamos juntos de nuevo. Nos vamos a dar otra oportunidad y espero que esta vez sea para siempre
−Hasta que al fin están actuando como adultos y dejan de hacerse daño–. dijo colocando las manos como jarra.
−Hay algo mas –Crucé mis brazos y me quedé mirándola fijamente para ver su expresión mientras le decía la otra noticia –Estoy embarazada y no solo eso, tengo amenaza de aborto. ¿Recuerdas el ataque que me dio en el parque hace varios días? –Alina asintió con la cabeza con cara de sorprendida y a la vez con tristeza. –Fue a causa del bebé y mis dolores de cabeza que ahora se han agudizado.
−Prima, me siento muy feliz por ti, pero a la vez me da miedo que pierdas a tu bebé. ¿Liam sabe del bebé? Y mis tíos ¿saben que volviste con él?
−Aun no le cuento. Cuando salgamos de tu fiesta pienso contarle todo, aunque me da mucho miedo su reacción. Y con relación a mis padres, en verdad no sé cómo van a reaccionar, pero deben entender que Liam es el hombre que yo amo y además ya soy bastante grande para saber las cosas que me convienen y las que no.
−¿Porqué? Si sabes que él te ama incondicionalmente, se muere por estar a tu lado. Eso todos lo sabemos. Danna, tienes que descansar. Que Margaret termine con los toques finales. –Nos dimos un fuerte abrazo y subí a descansar.
−Alina por favor no le comentes nada a Thomas, deja que Liam se lo cuente. Ah arréglate por favor porque te ves horrible –dije mientras subía a pasos lentos las escaleras.
−Descuida, me haré la sorprendida cuando se mencione el tema. –respondió con complicidad y haciéndome señas de que estaba muerta por su aspecto.
Cuando subí a mi habitación me recosté de inmediato porque en verdad me sentía mal y me estaba doliendo el vientre, busqué mis pastillas y decidí meterme a la tina con agua muy caliente porque de no mejorarme me iba a ir corriendo al hospital.
Luego de pasar tres horas descansando me sentía mucho mejor, volví a tomarme las pastillas que me tocaban y tomé una ducha para cambiar mi semblante.
Mientras salía del baño escuché que alguien tocaba la puerta.
−Adelante
−Danna te traje algo de comer, la señora me envío. No quiere que usted pase hambre, me dijo que estas muy delgada–. Como siempre señora Carmen, usted tan amable. Muchas gracias –Me tendió una bandeja con un zumo de naranja y un plato de frutas.
Una hora después comenzaron a llegar los invitados, me vestí de prisa con un vestido no muy ostentoso, pero elegante vestido color verde olivo que me llegaba hasta los pies y unas zapatillas taco medio color dorado. Mi cabello lo llené de muchas ondas que me caían donde termina la espalda.
Después que llegue al jardín me encontré con la feliz pareja que estaban relucientes e impecables. Mi prima vestía un muy elegante y fino Oscar de la Renta negro con blanco a mitad de rodilla y unos muy finos zapatos de puntas negro. Llevaba una pulsera de piedras azules que hacían juego con sus aretes y un anillo.