DANNA
Las luces de los rayos del sol me despertaron, intente moverme, pero todo mi cuerpo me dolía. Miré a todos lados para ubicarme, estaba aturdida y un poco perdida; me puse la mano en la cabeza porque también me dolía. Era un mal de dolor.
Cerré mis ojos tratando de recordar que me había pasado para estar tirada en una cama de hospital con un yeso en un pie. ¡Dios mío mi cabeza está perdida, no puedo pensar con claridad!
─Gracias a Dios mi niña que ya despertaste ─Vi a mi madre que caminaba en mi dirección, tenía una mano vendada y algunos moretones en la Cara, pero lo que más me llamo la atención fue ver sus ojos, estaban hinchados de ¿llorar?
─Mami ¿Qué te pasó? ¿Por qué estoy en un hospital? ─Ella se quedó mirándome con Cara de tristeza y al mismo tiempo de dolor, se acercó a mí y me abrazó sin decir una palabra. Después de unos minutos desahogándose por fin se calmó, buscó una silla que estaba a un lado de la cama y se sentó mirándome, como si midiera mi estado de ánimo.
─Mami, me puedes decir por favor ¿Qué está pasando? Tengo el corazón en un hilo y mi memoria no me ayuda mucho, a parte tengo la cabeza explotando.
─Hija, ¿no recuerdas lo que nos sucedió ayer cuando íbamos camino a tu casa?
─He intentado recordar, pero ha sido inútil; el dolor de cabeza está acabando conmigo. Necesito por favor que me ayudes a recordar, ¿Dónde está papá? ¿por qué has estado llorando?
─Tengo que confesarte algo terrible que ha sucedido ─la miré mientras hablaba y tenía La Mirada perdida, llena de mucho dolor ─Tuvimos un accidente cuando íbamos de camino a tu casa, los frenos no respondieron y caímos por un barranco ─volvió a llorar ─Lo peor de ese terrible accidente fue que Joseph no sobrevivió.
Para mí escuchar a mi madre contarme lo sucedido fue lo peor que pude haber escuchado. Mi querido padre, que viajó de tan lejos para compartir con mi familia, no pudo conocer a su nieto, tomarlo entre sus brazos y jugar con él.
Comencé a llorar como una loca, gritando con desesperación. Lauren al verme como estaba fue en busca de una enfermera para que me suministrara un calmante, sentía que mi mundo estaba de cabeza y me estaba jugando una mala broma… no volveré a ver a mi padre.
Minutos después llegó la enfermera y me suministro el tranquilizante que me ayudó a quedarme dormida.
No sé cuánto tiempo estuve dormida, cuando desperté ya era de noche y todo estaba en un silencio sepulcral. Volví al momento cuando mi madre me dijo la triste noticia, aun no lo podía creer. Con un poco de esfuerzo intente sentarme en la cama, ya estaba cansada de estar acostada. Mire a todos lados confirmando que estaba sola. Volví a llorar pensando en los momentos felices que pasé con mi padre. Ahora está con la abuela Dalinda mirándome desde el cielo.
Me pregunto ¿Dónde estará Liam? ¿y mi bebé? Coloqué mis manos en mi cabeza en señal de frustración y al mismo tiempo de dolor, estaba pasando por un momento muy doloroso y sin poder levantarme de esta estúpida cama. Después de más de media hora creo veo la puerta abrirse, para mi sorpresa era Liam.
─Amor, hasta que al fin vienes ─Se veía abatido, desalineado. Me regaló una media sonrisa mientras se acercaba a la cama.
─Gracias a Dios estas bien. No sabes por el infierno que he pasado ─Me abrazó con fuerzas y comenzó a llorar, yo lo seguí.
Estuvimos abrazados por un largo rato, me sentía segura en sus brazos. La muerte de mi padre me hizo un enorme hueco en el corazón, en cierta manera me siento culpable porque insistí tanto para que vinieran a pasarse una temporada con nosotros sabiendo que teníamos la amenaza de Yennifer en nuestras vidas.
─Amor, necesito que me perdones; Te pido mil veces que te apiades de mí, me siento responsable del accidente─. Lo miré sorprendida por lo que acababa de decir, mis ojos ardían de tanto llorar, estaban empañados y pesados; no sabía que decirle a Liam. Las palabras en ese momento sobraban, solo quería que él siguiera abrazándome y tratar de llegar a un punto de equilibrio de la verdad con la realidad y poder decir que solo estaba pasando un triste sueño llamado pesadilla o que me caí y estaba alucinando.
En ese triste momento solo podía pensar con claridad de saber cómo estaba mi bebé.
─Liam, ¿Cómo está mi bebé? ─Agarré su mano fuerte ─Hacia mucho tiempo que yo estaba fuera de casa sin verlo.
─Tranquila, amor. Él esta con Mary ─Sentí un fuerte alivio, tenía miedo que esa loca tratara de hacerle daño.
─Liam, ¿por qué piensas que el accidente que tuvimos es tu culpa?
─Porque confirmamos que al vehículo le cortaron los frenos y creemos que fue Yennifer que lo hizo─. Cerré mis ojos sin decir una palabra, así estuve por unos minutos, tomé una bocanada de aire para poder volver a pensar con claridad.
─ ¡Esa maldita loca piensa acabar con nosotros! ─grité ─No le ha bastado hacernos la vida imposible que ahora terminó con la vida de un hombre inocente, que solo quería conocer y compartir con su único nieto. Cerré mis manos en forma de puños y comencé a golpear la cama, me sentía impotente por no poder pararme de la cama y ser yo quien atrapara a la desquiciada esa.
Miré a Liam y le grité varias veces que le buscara una solución a esa situación que estábamos pasando. Necesitaba pensar en lo que yo podía hacer para atraparla. Él intento hablarme, pero no se lo permití; le pedí que se fuera, necesitaba pensar y aclarar mi mente.