LIAM
Entendía a Danna a cada instante, sabia por el dolor que estaba pasando, no quería verla sufrir, ella es el amor de mi vida y la madre de mi pequeño. Su sufrimiento es también el mío, por todos los medios posibles voy a atrapar a Yennifer y ésta horrible pesadilla va a terminar. Había cierto grado de frustración e impotencia en mí por no poder ponerle punto final a esta situación.
Después que mi Nena me dijo que saliera de la habitación me dirigí a saber del estado de Pedro. Por suerte estaba más repuesto y pronto le darían el alta. Luego me dirigí a casa, necesitaba abrazar a mi bebé, saber que estaba bien al igual que mi madre, les puse seguridad las veinticuatro horas.
Estaba ansioso, daba vueltas en la casa sin rumbo. Debía idear la forma de cómo debía reunirme con mi fuerte dolor de cabeza y hacer que la atrapen para que mi familia esté segura. Me siento ser un cobarde por no haber podido solucionar este problema sin la necesidad de que otros salieran heridos.
Eran ya pasado las seis de la tarde, recibí un mensaje de Danna pidiéndome que la pasara a recoger al día siguiente porque ya le darían el alta.
Necesitaba hablar con el comandante porque sabía que el día del entierro Yennifer podía aparecer y no se de lo que ella es capaz de hacer para conseguir vengarse de mí.
El día estaba gris, desde muy temprano comenzó a llover, fui a buscar a Danna a la clínica; se veía mucho mejor, tenía más color en su cara y aunque tenías muletas y un yeso en la pierna, aun así, se veía hermosa. Luego de tramitar su salida nos dirigimos hacia la casa, el ambiente estaba helado y por más que intente sacarle conversación, ella estaba muda e indiferente conmigo; parecíamos dos extraños.
Miraba por el espejo retrovisor a mi suegra, tenía la mirada perdida y al igual que su hija no decía una palabra.
Llegamos a la casa, la ayudé a subir a la cama a regaña dientes porque no quería que la tocara, cada vez que me sorprendía mirándola me ponía cara de perro, de todas maneras, no le hacía caso porque sabía por el dolor que ella estaba pasando.
Me dirigí a la cocina a buscar un vaso con agua, sentía que no podía tragar; miré al área del comedor donde estaba mi suegra sentada, me dirigí a su lado con pasos pausados para no incomodarla.
─ ¿Me puedo sentar? ─dije parado a su lado esperando su aprobación. Ella asintió con una tímida sonrisa ─. Me gustaría poder platicar con usted.
─Antes de que me digas algo, quiero decirte que te aprecio mucho y sé que no es tu culpa lo sucedido, no te culpo por la muerte de mi esposo ─respondió dejándome sorprendido y a la vez aliviado, porque pensaba que ella sentía rencor hacia mí.
─Lamento mucho todo…. Sé que mis palabras no van a devolverle la vida a Joseph, tampoco aliviaran su sufrimiento y el de Danna, pero le agradezco sus palabras.
─No somos dueños del destino y tampoco podemos controlarlo ─Me dijo dándome pequeñas palmadas en el hombro.
Al día siguiente nos preparábamos para ir a la funeraria a darle el último adiós a mi suegro. Buscamos a una niñera para que se quedara en casa con nuestro pequeño a parte de la seguridad porque estoy seguro que algo malo va a suceder.
Le pedí a Thomas que estuviera muy alerta y que no descuidara la seguridad de su casa.
La tarde paso sin novedad, vinieron varios conocidos y clientes de mi empresa, también había varios policías en la entrada de la funeraria, pensábamos que Yennifer podía aparecer en cualquier momento.
El comandante William luego que lo contacte me contó que habían encontrado el lugar donde ella se estaba escondiendo, pero cuando llegaron ya se había ido. Estábamos varios pasos por detrás de ella, el tiempo pasaba y aun no teníamos resultados favorables.
Me acerqué a Danna porque la veía tan triste y desconsolada llorando, su madre estaba a su lado al igual que Alina y mi madre, vi a lo lejos a Thomas hablando por el celular. Dentro de mi sentía que lo que nos estaba sucediendo podía ser la causa para que mi relación con Danna termine; siento que ella no podrá perdonarme y eso me está matando.
Es difícil mirar en la situación donde estoy por ser sincero con mis sentimientos porque siempre fui sincero con Yennifer, ella sabía que nuestra relación no iba para ningún lado y aun así quería estar conmigo. Siempre que hablábamos de un futuro juntos yo le hacía saber lo que pensaba, porque no quería casarme con ninguna mujer, dentro de mi albergaba el dolor de no poder estar con el amor de mi vida.
Sin importarme un carajo lo que Danna me pudiera decir la tome entre mis brazos, fue un abrazo para consolarla y a la vez consolarme a mí mismo porque la necesitaba entre mis brazos; mi corazón quería salir de mi cuerpo porque su dueña estaba cerca. Ella sin poner objeción se deshizo en mis brazos.