Eres nuestra madre

CAPÍTULO 6

Capítulo 6

Lucas

Las palabras de Jelena dolieron pero eran ciertas. Sin embargo, la razón por la que no llevé a mis hijos a la escuela era más que simple trabajo.

«El rumor de que Jelena Guerrero es la madre de sus hijos está comenzando a rondar por las empresas más reconocidas del país», eso fue lo único que me dijo mi abogado, decidí salir lo más rápido posible para intentar resolver este problema.

«No quiero ser parte de ningún escándalo, seré la madre gestante pero no quiero más que las personas necesarias lo sepan», esas fueron las palabras que Jelena me dijo alguna vez, no le gusta los escándalos al igual que a mí y si esto llega a hacerse viral sin duda traerá fuertes consecuencias, tanto para ella, como para mí y mis hijos.

De camino a la empresa, mi abogado me explicó que su equipo ya se estaba ocupando para que este secreto no sepa en todo el mundo, sé que no es nada malo, pero no quiere que mis hijos ni ella estén en la boca de todos.

«Ellos también la necesitan»

Salí a resolver un problema por ella pero de todos modos me siento culpable, mi abogado dijo que dejara todo en sus manos y que no me preocupara ya que el que ella sea la madre de mis hijos sigue siendo un rumor y no hay nada confirmado por lo que nadie puede afirmar nada, eso de algún modo me tranquiliza. Al final no fui a la empresa y decidí ir a la escuela para así poder aunque sea despedirme de mis hijos aunque dudo que alcance.

Después de llegar, bajo un poco la ventanilla y veo el auto estacionado con Pedro adentro pero dudo que ellos sigan en el auto. Mis sospechan se confirman cuando veo a Adrián cruzar hacia su curso y segundos después le sigue Adriana, me dan muchas ganas de salir tras ellos y darles un abrazo pero ya han entrado.

—¿Viste a la chica que estaba con los Morgan? —dice una señora a otra, ambas están cerca de mi auto pero no logran verme dado a que la ventana no está del todo abierta—.

—Si la vi, ¿será la niñera?

«¿Niñera?, la vida les da hijos a las personas, pero les pagan a otros para que los cuiden, cuidar niños, para mí, es un mala inversión, ganas dinero, pierdes tu juventud, tu paciencia y tu dignidad», es lo que me imagino que Jelena les diría.

—A lo mejor lo es, aunque esa chica tiene un aire de creerse superior, por ser joven y bonita se cree la gran cosa.

—Ni es tan bonita.

Comentarios de personas dolidas y envidiosas, como me gustaría que Jelena esté aquí, a pesar de ser una chica que parece que nunca le afectan las opiniones de los demás, nunca se queda callada. No se limita en sus palabras, y si algo me queda claro es que si intentas atacarla con tus palabras, ella no solo te devolverá el golpe, te destrozará, te cavará tu tumba y te enterrará vivo, no exagero, a esa chica hay que tenerle miedo especialmente cuando se enoja.

—A lo mejor consiguió ese puesto para estar cerca de Lucas Morgan.

—Es lo más probable y es que se la ve que es una resbalosa.

Soy un hombre de mucha paciencia pero estas señoras la han acabado muy rápido.

—No sé qué es peor, el que hablen mal de una persona o el que lo hagan cuando esta no está aquí —les digo terminando de bajar la ventana y viéndolas a los ojos aunque estas no puedan verme a mí debido a que cargo puesto unos lentes de sol. Veo sus rostros y estas me miran sorprendidas—.

—Señor Morgan, no quisimos decir eso, nosotros solo estaba…—No la dejo terminar, solo me bajo del auto y arreglo mi traje—.

—No me explique nada, solo que esto les quede de lección para que dejen de hablar de una persona, especialmente si no la conocen. —No digo nada más y voy hacia la entrada de la escuela—.

Al ingresar diviso la silueta de Jelena, esta está en cuclillas conversando con tres niños… no, no están conversando, por la cara que se cargan esos niños, pareciera que Jelena les hubiese dicho el día en que van a morir. Lo último que veo es como esos niños se alejan hacia su salón y un poco más y vuelan de lo rápido que van. Veo cómo Jelena se pone de pie y se da la vuelta y veo en su rostro una sonrisa.

Estoy seguro de que un demonio se escapó del infierno hace 26 años y ese fue nada menos que Jelena Guerrero.

Al verme borra su sonrisa y yo me acerco.

—Honestamente, dudo que lo que les haya dicho a esos niños sea una motivación para que sigan estudiando.

—¿Le han dicho que es inoportuno?

—No.

—Pues felicidades, yo se lo voy a decir por primera vez. Es inoportuno—Se me queda viendo —Vino, tarde, pero lo hizo.

—Sí, mis hijos son más importantes que el trabajo.

—Eso es cierto, trabajo tiene mucho, hijos solo dos, hasta donde tengo entendido.

—Ahora quién es la inoportuna —le digo y me sonríe mientras alza una ceja, algo que me encanta que haga—.

—¿Por qué no va a verlos?

—Ya entraron a al salón.

—Y eso que. —Es lo único que me dice para después dirigirse hacia el salón de mis hijos, el cual queda en la planta baja—.

Jelena toca la puerta.

El día en que Jelena nació, la vergüenza se fue de viaje.

—Buenos días —le dice a la profesora con una sonrisa, y sé que usa esa sonrisa cuando quiere algo, con la mirada busco a mis hijos y los encuentro, los ojitos de mis hijos se iluminan al verme—.

—Buenos días, ¿se les ofrece algo?

—Sí, el señor Morgan desea hablar con sus hijos un momento.

—Me temo que no es posible.

—¿En serio? —le pregunta Jelena a la profesora con una mirada que hace que la pobre señora de unos 30 años se ponga nerviosa—.

—A-así es, las clases están por comenzar.

—Están por hacerlo, mas no lo han hecho, por lo tanto, está en todo su derecho. Además, —Se acerca a la profesora— Los pobres niños no pudieron despedirse de su padre en la mañana, no le gustaría ser la persona que les de esa oportunidad de despedirse o será la persona que diga que no a esa oportunidad.




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