Eres nuestra madre

CAPÍTULO 9

CAPÍTULO 9

7 años atrás

Jelena

Fui aceptada por Morgan para ser la madre gestante, no voy a mentir, esto es muy aterrador pero todo sea por ayudar a mi madre.

En estos momentos estoy trasladando mis cosas a la mansión Morgan para después comenzar con el proceso correspondiente. Voy llevando mis cosas cuando una chica sale de una habitación y me choca.

—¿Quién eres tú? —me pregunta—.

Rubia de gran temperamento, yo sabía exactamente de quien se trataba.

—Soy Jelena Guerrero —le digo, sin embargo, no parece estar enterada por qué estoy aquí —. La madre gestante.

—Oh claro, Lucas me habló sobre ti. No sabía que eras tan —Me mira de pies a cabeza— joven. ¿Cuántos años tienes?

—19.

—¡Vaya qué joven!—me dice con una sonrisa falsa—.

—Si.—le respondo con el mismo tipo de sonrisa—.

—Pero bueno, siéntete como en tu casa aunque claro sin abusar.

—No te preocupes.

Me da otra sonrisa que he comenzado a odiar, sin duda, ella y yo no nos llevaremos bien.

 

Actualidad

Jelena

Mi sangre comenzó a hervir, mi corazón a bombear más fuerte, definir lo que sentía ahora en una sola palabra sería imposible pero algunas cosas sí sé, la primera es que no tengo ni una pizca de vergüenza y no pienso bajar la cabeza, la segunda es la ira, esta crece y crece más y más desde mis adentros y sé lo que eso significa: caos.

Por un momento pensé en salir y simplemente dejar que hablen, al cabo ¿a mi qué me importa las opiniones de los demás? Pero entonces recordé sus rostros, sus pequeños rostros, me los imaginé llenos de vergüenza porque iban a hacer señalados por las barbaridades que habrá dicho su madre, si es que se la puede llamar así y es que el no pensar el daño que les podría llegar a hacer con sus palabras me llena aun más de ira.

—Señorita Guerrero, de verdad no tenía idea de todo esto, no es necesario que de la charla, disculpe este momento de incomodidad que la he hecho pasar —me dice Elizabeth toda apenada—.

Intento respirar profundo para calmar un poco mi ira y no contestarle de forma grosera.

—No te preocupes, supongo que así debían suceder las cosas y sí voy a dar la charla.

No la dejo decir nada más y me subo a la tarima mientras veo como los alumnos toman asiento con sus rostros juzgándome, murmurando y señalándome. Pero nada de eso me importa porque ahora les voy a demostrar que yo soy Jelena Guerrero.

—Bien, me contactaron para darles una charla sobre las precauciones de las relaciones sexuales.

—¿También la contrataron para dar tips de cómo meterse en una relación? —dice uno de ellos mientras otros ríen—.

—Vaya, que creativo. Bien, todos aquí sabemos que la charla de las precauciones puede esperar pero esto supongo que no. Así que vamos, me encantaría escuchar las cosas que le creyeron a la señora Harrison.

—Ella dijo que usted se había metido en su relación con el señor Morgan —dijo alguien—.

—Y que usted había quedado embarazada, y al ella no poder tener hijos, Morgan estaba muy contento de su embarazo, pero para no dañar su reputación hicieron pasar a sus hijos como si fueran los hijos de Chloe Harrison.

—Pero ella contó que ya no podía más porque Morgan solo la usaba para aparentar así que se cansó y se fue ya que sus hijos tampoco le tenían aprecio a ella por viles mentiras dichas por usted a ellos.

Maldita víbora…

—Vaya que increíble historia, me pregunto si habrá escrito primero un guion. Y por sus espléndidas caras veo que le han creído. Ahora, ¿alguien está dispuesto a escuchar mi versión la de la mala, la mujerzuela rompe hogares?

—¿Nadie? Wow y yo que creía que esta generación iba a salvarnos, pero parecieran solo creer la primera opinión que escuchan, wow.

—Yo estoy dispuesta a escuchar su versión.

—Y yo.

—Gracias. Bien, para no alargar la historia, mi madre estaba enferma, para ser específica tenía un problema en los pulmones por lo que debía comenzar a realizarse un tratamiento, yo me encontraba en Nueva York estudiando mi carrera, no sabía cómo iba a conseguir ese dinero para el tratamiento, no había nadie más que nos pudiera ayudar hasta que me informaron sobre una familia que necesitaba una madre gestante, solo tenía 19 años —suspiré—solo tenía 19, y pues básicamente eso. Nunca me metí en ninguna relación de tipo ser la otra, era alguien que necesitaba dinero y tuve que conseguirlo de esta forma. No me interesa lo que hablen de mí, pero si me interesa el hecho de que los Morgan estudian aquí y pueden creerme cuando les digo que nunca dejaré que alguien les haga daño. Es tan fácil juzgar, es tan fácil señalar y decir, si esa chica es una zorra, aprendan a que siempre van a existir más de una versión, y obvio que está en su derecho de elegir a quien creerle pero primero, asegúrense de haber escuchado todas las versiones antes de arrojar la piedra y criticar a alguien.




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