Eres nuestra madre

CAPÍTULO 16

Capítulo 16

¡EL SIGUIENTE CAPÍTULO CONTIENE TEMAS DELICADOS COMO LO ES EL ABUSO SEXUAL, SI ERES UNA PERSONA SENSIBLE ANTE ESTO O CREES QUE PUEDE HACERTE DAÑO DE ALGUNA FORMA, TE PIDO NO LO LEAS!

Jelena

Hace 4 años

Me encontraba terminando mi penúltimo año de mi carrera, me había ido muy bien. Después de irme de la casa Morgan, me fui a mi país y despedí a mi mamá, le pedí perdón por no haberla salvado y no haber hecho lo suficiente, después de haberme despedido de ella regresé a Nueva York, mi carrera era a lo único que me podía aferrar en esos momentos, Mary había decidido viajar a Suiza donde se enamoró y se quedó a vivir allá, nos seguimos comunicando pero ya no como antes, de la familia Morgan no sé mucho y es mejor así, la único conexión que tenemos es su abogado debido a que Lucas se ofreció a pagarme lo que me queda de la carrera dado a que por mis faltas perdí la beca, ya lo veía venir, lo acepté porque no tenía otra, además, en el contrato que firmé decía claramente que si el ser la madre gestante de los Morgan me traía algún problema, ellos debían buscar la forma de solucionarlo, perdí la beca por eso así que debieron solucionarlo, en este caso, pagando mi carrera, tenía un trabajo de medio tiempo que me ayudaba a solventar los gastos. Esa era mi vida, estudiar y trabajar, nada emocionante, casi nada me hacía reír, no hacía amigas tan fácilmente así que no tenía con quien salir. Pero una noche me cansé de eso y decidí salir de fiesta a una discoteca yo sola, grave error.

Una vez que llegué a la discoteca pedí en la barra un coctel, ese era mi plan, tomar unos tragos y volver a casa. Mientras tomaba, una chica se sentó a mi lado, en lo que la oscuridad me permitía apreciar, tenía el cabello negro con unas mechas de color rojo, estaba sola al igual que yo.

—¿Has venido sola? —me pregunto—.

—Sí, ¿y tú?

—También, ¿cómo te llamas?

—Jelena, ¿y tú?

—Karen.

—Pues salud Karen —levanté mi vaso—.

—Salud —ella levantó el de ella y los chocamos uno con otro—.

—Ya que estás sola y yo sola, ¿quieres beber conmigo? —me preguntó—.

—Sí, por qué no.

Para este momento yo ya estaba algo ebria porque no recordaba la cantidad de shots que había tomado.

—¿Y por qué tomas? —me preguntó—.

—Para olvidar ¿ y tú por qué lo haces?

—Por diversión.

—¿Vienes seguido?

—Sí, no voy a mentir. Pero tú no al parecer.

—No —me reí—.

—Ya estás ebria.

—Solo un poco —le dije—.

—Bueno, salud por eso —y volvimos a hacer lo de hace unos minutos—.

Y así pasamos un rato.

—Debo ir al baño —le dije—.

—Anda, aquí te espero.

—Bien.

Así que fui especialmente a mojarme la cara porque me sentía muy mareada como nunca, me sentía como ¿drogada? Cuando regresé Karen ya no estaba y mi bolso tampoco, estaba ebria así que lo olvidé en mi asiento. Le pregunté al chico que servía los tragos si la había visto y me dijo que sí y que ella se había ido y llevaba una bolsa en su mano. Con eso, yo salí de la discoteca a buscarla pero no la vi así que me fui a mi casa y por suerte había dejado mis llaves en la chaqueta que cargaba y también un billete con el que alcancé a pagar lo que había tomado y sin más me fui a dormir enojada porque esa chica a la que pensé que le había agradado me robó.

Al pasar los días, fui a denunciar el robo, no tenía mucbo de valor pero si cargaba mi celular y en estos momentos no tenía el dinero suficiente como para comprar uno.

—Dígame su nombre completo —me pidió quien me estaba tomando los dato—.

—Jelena Mía Guerrero Leal.

—¿Perdón? Dijo, ¿Jelena Guerrero?

—Así es, ¿qué sucede?

—Mire, esto es algo interno y no tengo permitido dar detalles pero siento que es importante que lo sepa. Hace unos días, encontraron a una jovencita detrás de una discoteca que sufrió abuso sexual por parte de unos hombres, la habían golpeado demasiado el rostro así que, en vez de tomarle las huellas dactilares solo se dispusieron a reconocerla mediante su cédula de identidad y la que cargaba decía que se llamaba Jelena Guerrero, ahora que lo recuerdo, tenía su rostro en el informe que se realizó. Se dice que el dueño de la discoteca dio mucho dinero para que la policía no notifique de esto a la prensa, por eso se ha ocultado muy bien.

Yo me había quedado fría.

—¿Sabe en qué hospital la tienen? ¿Está muy herida?

—Dijeron que estaba en Urgencias en el Hospital Central.

Sin más me dirigí hacia allá, no entendía muy bien lo que pasaba, mi cabeza palpitaba.

Cuando llegué al hospital fui hacia una de las chicas que atienden a quienes llegan.

—Disculpe.

—Sí, ¿en qué puedo ayudarla?

—¿En este hospital hay una paciente llamada Jelena Guerrero?

—Señorita, no le podemos dar información sobre los pacientes.

—Es que hay una gran confusión, yo soy Jelena Guerrero.

—¿Qué?

—Sí, la chica que abu…, que abusaron dijeron que se llama Jelena Guerrero pero no es así, su nombre es Karen.

—¿Está segura?

—Sí y necesito verla, saber cómo está. Por favor, ayúdeme.

—Bien, la llevaré con el doctor que está a cargo de la paciente.

—Gracias.

Y sin más me dirigió hacia el doctor que al verme quedó sorprendido.

—¿Cómo puede ser?

—Doctor, esta señorita dice ser Jelena Guerrero y que la chica ingresada no lo es.

—Dios, ¿cómo pudo pasar esto?

—Ella, que se llama Karen, tenía mi bolso, en donde estaba mi cédula, cuando sucedió eso.

—Entiendo, al parecer, es todo una confusión. Lo siento señorita, no sabíamos.

—Eso a mí no me importa, lo que quiero saber es cómo está ella.




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