Epílogo
Jelena
Me encontraba saliendo del aeropuerto de Nueva York, extrañaba bastante la gran manzana, a lo mejor era porque había pasado mucho tiempo aquí pero esta vez venía para decirle un hasta luego.
Estaba respirando el aire contaminado que tanto había extrañado cuando mi acción se vio interrumpida por una voz.
—Nunca me gustó Nueva York, porque no hay lugar para broncear estos bonitos músculos —E hizo fuerza para que se le marquen los bíceps a pesar de cagar un saco por el frío—.
—Si tenemos playas, genio.
—Ya lo sé, solo quería decir algo para presumir mis bonitos músculos.
—Sigo preguntándome por qué dejé que vinieras conmigo.
—Porque soy una increíble compañía angelito.
—Pensé haberte dicho alguna vez que yo no era un ángel.
—Ya lo sé —tomó mi mano y besó el dorso de esta—, pero para mí eres el ángel que ilumina mis sueños.
Zafé mi mano de su agarre.
—Pues compórtate al menos que quieras que me convierta en el demonio que aterroriza tus pesadillas —y sin más comencé a caminar hasta detener a un taxi—.
—Esa no es forma de hablarle a tu jefe.
—Pues compórtese como tal señor Patterson —y sin más me subí al taxi pensé por un momento en decirle al señor taxista que acelere pero me dio pena dejar a Pablo así que lo esperé—.
—Pensé que me ibas a dejar —me dijo cuando se subió al taxi—.
—Créeme lo pensé.
Había pasado dos semanas desde que Chloé me contó toda la verdad, también se las dijo a Adrián y Adriana, a lo que ellos la perdonaron, claro que no ha sido fácil recuperar su confianza nuevamente pero lo están intentando y eso me alegra mucho. Sobre Chloé y su relación con Lucas pues no sé muy bien si están junto o no pero espero que elijan la mejor decisión para los dos.
***
Al taxista le pedí que nos dejara en casa de Evangelina quien ya nos estaba esperando, cuando la vi le di una gran abrazo, ella había sido como una madre para mí y me sentía mal por no haberle contado toda la verdad de lo que pasó cuando nos conocimos así que se lo conté y le pedí disculpas y ella me abrazó y me dijo que no importaba que no le hubiese contado, lo más importante era que estuviera bien.
—Me alegra que ya estés mejor —me dijo Evangelina—.
—Sí yo igual, yo enserio estaba avergonzada de lo que pasó.
—Eso no importa Jelena, importa que seas feliz y honestamente te ves mejor que cuando vivías aquí.
—¿En serio?
—Sí, parece que ese chico que se comunicó conmigo y te acompañó es muy lindo, ¿por qué no me lo habías presentado?
—¿A qué te refieres?
—Ay Jelena no te hagas, ¿acaso no es tú pareja?
—¡Qué! ¡No!
—¿En serio? Pensé que lo eran, hacen una bonita pareja.
—Te equivocas.
—Así, y ¿por qué te pusiste nerviosa?
—No lo estoy.
—Si claro.
Se burló de mi y yo me reí con ella, la extrañaba mucho.
***
Al salir de la casa nos encontramos con Pablo que quiso esperar ahí para darnos más privacidad.
—Y bien, ¿cómo estuvo?
—Estuvo bien.
—No te olvides de visitarme de nuevo —me dijo Angelina—.
—No te preocupes.
—Y tú tampoco muchachito —le dijo a Pablo—.
—Claro señora.
—Bien, y cuida de Jelena.
—No tiene que pedírmelo, eso lo sé muy bien.
—En serio, ¿Quién cuida a quién aquí? —le pregunté—.
—Nos cuidamos mutuamente. —me dijo—.
—Si, si, lo que digas. —le dije para después despedirme de Evangelina y salir de ahí—.
—Espera. —me dijo Pablo quien también se despidió de Evangelina—.
—¿Qué pasa?
—Me gustaría ir a ese café —Me señaló una cafetería que estaba en la calle de al frente—.
—¿Por qué? ¿Qué tiene de especial?
—Sirven café —me dijo—.
—¿En serio? Wow, yo pensé que ya no existían cafeterías que lo hicieran —le dije sarcásticamente—.
—Vamos, por favor.
Volteé los ojos.
—Está bien.
—Yupi, pero anda tú siguiendo, yo debo hacer una llamada.
—Ok, pero no demores.
—Sí.
Entré a la cafetería y me senté en una mesa que era para dos personas, a un lado el vidrio era transparente así que podía ver a Pablo, el cual me estaba mirando con un sonrisa de boca cerrada y lo miré con confusión, a su vez sentí como alguien se sentó al frente mío.