Eres Perfecto

Cap 6 ~ El Escenario Invisible

LA SOMBRA EN LA TERAPIA

El cisne de origami yacía en el asfalto del estacionamiento, una mota blanca de burla. Liam no lo había dejado caer. Lo había arrojado con la fuerza de la desesperación. El suave aroma a té de hierbas de la Dra. Reed, que apenas unos minutos antes le había parecido un bálsamo, ahora era el hedor de una traición. El acosador no solo sabía dónde estaba; estaba *dentro*. No solo en su vida digital, sino en los espacios físicos más privados y vulnerables.

La mente de Liam era un torbellino. ¿La Dra. Reed era cómplice? ¿O era una víctima, como él, su oficina un punto de contacto más para el acosador? La segunda opción era más aterradora. Significaba que no había santuario, ni ayuda, que cada persona que intentara tenderle una mano podría ser una puerta abierta para su tormento.

Corrió de vuelta al edificio, irrumpiendo en la sala de espera de la Dra. Reed, su respiración agitada. La secretaria lo miró con sorpresa.

Necesito verla. Ahora mismo– exigió Liam, su voz tensa.

La secretaria frunció el ceño. –Lo siento, Sr. Novak. La Dra. Reed tiene otra cita. Su hora terminó–

Liam la ignoró, avanzando hacia la puerta del consultorio. La secretaria se interpuso. –Sr. Novak, por favor, cálmese. No puede entrar–

En ese momento, la puerta del consultorio se abrió y la Dra. Reed salió, acompañando a una mujer mayor con una sonrisa amable. La Dra. Reed notó la tensión en Liam, su rostro demacrado, sus ojos salvajes.

Liam, ¿estás bien?– , preguntó, su voz suave pero con un matiz de preocupación profesional.

–¿Estás con él?– , espetó Liam, sin rodeos, su mirada clavada en ella. –¡Estabas con él! ¡Sabes lo que está pasando!–

La sonrisa de la Dra. Reed se desvaneció. –No entiendo de qué hablas, Liam. Creo que necesitas calmarte. No estoy 'con nadie'. Mi único propósito es ayudarte–

¡El cisne!– , gritó Liam, señalando vagamente hacia la ventana, hacia el estacionamiento. –¡Tu perfume! ¡Estaba en mi coche!–

La Dra. Reed intercambió una mirada con su secretaria, una mirada que Liam conocía demasiado bien: la de la compasión por un paciente que se estaba desequilibrando. –Liam, por favor. Lo mejor es que te vayas a casa y descanses. Podemos retomar esto en nuestra próxima sesión–

La mirada de la Dra. Reed, antes de calidez, ahora le parecía un pozo de cálculo. Liam vio la futilidad de su ataque. Había quemado un puente. Se dio la vuelta y salió corriendo, dejando atrás el aroma de la traición y la sensación de ser el único actor en una obra que solo él podía ver.



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En el texto hay: misterio, suspenso, psicología oscura

Editado: 13.09.2025

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