2.3

Después de ese día hablé con Daniel, pero lo único que me decía era que se había quedado dormido. Sin embargo, yo necesitaba saber urgente si es verdad lo que la tipa me había dicho porque ya se estaba metiendo en mi cabeza y no dejaba de dar vueltas.

Cada vez que él me decía que iba de salida yo pensaba que se iba a ir con Larissa, así es. La tipa ya tiene nombre. Y pienso que es ella, porque ellos dos han tenido una pequeña historia. Sin embargo, jamás creí que él sería capaz de volver con ella porque me lo había prometido. Pero, cuando me llamó Rocío todo dio un gran cambio.

- ¿Jenn? – Eso fue lo que dijo cuando me llamó unos minutos después de verlos.

-Hey, ¿qué pasa?

-Yo, bueno. ¿Te acuerdas de la tipa con la que según tú, Daniel se estaba viendo?

-Sí, pero por el momento nada es confirmado.

-Bueno, llamo para confirmarte que sí es verdad. – Y después de eso, mi corazón se rompió.

- ¿Qué?

-Sí, acabo de verlos hace unos minutos caminando. Pero, no sé si ella era la chica.

-Descríbela.

-Alta, morena, pelo negro. Algo rellena, no sé.

-¿Rellena? No lo creo, la última foto que vi en su Facebook estaba delgada.

-Quizás era otra ¿no?

-Sí, quizás iban como amigos. No ha hecho nada malo.

-No lo sé, la tipa se veía muy arreglada para solo estar caminando.

-No te preocupes, yo sé que él no me será infiel. No te preocupes. – Sin embargo, yo ya estaba más que preocupada.

***

-Ese imbécil debe saber de lo que se está perdiendo.

-Edna no creo que debas decirle así.

-Deja de llamarme Edna, tú sabes que Daniel no es un santo y serás una estúpida si crees en él. – Hizo un resoplido. – Si de por sí ya eres un poco estúpida, ahora enamorada y ciega te volverás más.

-No es eso, él y yo tenemos una promesa y hasta la fecha la hemos cumplido.

- ¿Qué promesa?

-Si a él llega a gustarle alguien más, me lo dirá.

Y se empezó a reír. Con un poco de problemas pudo decir: - ¡Eres una estúpida! No, eres más que estúpida por creer en esa niñería.

-¿Disculpa?

-Te aseguro que si vas con Rocío a esa fiesta a la cual él va a ir. Te lo toparás besando o quizás cogiendo con Larissa.

-No iré. Confío en él, entiéndeme.

-Y tú entiende, que él no es de fiar. Al menos ya no.

-Ve a tu casa, ¿quieres?

-Con gusto, ¿querrás que le diga a Rocío que lo vigile?

-No, porque no lo hará.

-Entonces atente a las consecuencias por si acaso.