¿eres tú?

2.5

Recuerdo que estaba acostada en mi cama y ya eran las 12:30 p. m. Yo no había almorzado, no tenía ganas de levantarme y actuar como una persona normal porque lo único que sentía es que estaba cayendo y cayendo y cada vez se hacía más fuerte.

No había tenido señales de él desde la última vez que le marque en la madrugada, ni un mensaje ni un saludo... Nada. Quizás a estas horas él ya sabe de lo que yo ya sabía y todo mundo podría haber sabido. Yo no caigo en cuenta el porqué fui tan estúpida y no quise ver la realidad. Todo esto pudo evitarse, pero cuando en realidad amas a alguien quieres creer en esa persona hasta el final... Y este, creo yo, es el final y no uno muy digno para dar el comienzo a otra etapa en nuestra relación.

A eso de las 5:00 de la tarde, él por fin vino a mi casa para invitarme al centro. En ese momento lo único que creía es que él me iba a explicar todo e iba a cumplir sus promesas. Pero, cuando dijo:

-Creo que tenemos que hablar. – Sin mirarme a los ojos, entendí todo. Esto ya había llegado a su fin.

***

No todo es color de rosa, en ningún momento se dignó a decirme que esto tenía que terminar, que eso que sucedió era realidad. No decía nada... Así que hice lo más digno y correcto por hacer.

-Sé que la besaste. – Tú solo te sorprendiste.

-¿Quién te dijo?

-No sé si sabes, pero una de esas personas es mi amiga. Al menos una verdadera y supo decirme que tú te habías besado con Larissa...

-Amor, yo

-No puedes ser tan cínico. ¿Llamarme amor después de lo que hiciste?

-Jennifer, entiende yo estaba

-¿Borracho? ¿Drogado?

-Solo un poco tomado, entiende.

-¿Te gusta?

-¿Larissa?

-Sí, ella. ¿Te gusta? ¿La quieres? ¿La amas? Por favor, necesito saber. – Lágrimas ahora no.

-Ella es una buena chica, y no te puedo mentir. – Dijo mirándome a los ojos. – Hace un buen tiempo que me atrae.

-¿Qué?

-Así como lo escuchas, no voy a mentirte. Querías la verdad, pues ahí la tienes.

-Prometiste tanto y no te acuerdas. – Tengo que sacarlo todo ahora. – Prometiste que si alguien te llamaba la atención, que si alguien más te gustaba me lo ibas a decir. ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué no me hiciste ver la realidad? Es demasiado triste todo esto que estoy pasando. – Estaba empezando a alterarme. – Y quiero matarte por hacer esto, pero, no puedo hacerlo porque aún te amo y todo esto es demasiado raro. Te odio... Pero no voy a negar que te sigo amando. Y para que sepas - Vamos Jennifer, dile quién es esa tipa - la tipa esa que tanto quieres, según tú, es una zorra.

- ¿Pero a ti qué rayos te pasa Jennifer? ¿Por qué dices eso?

-Porque se ha besado con casi todo Orizaba, se besó con mi primo, con Iván, incluso trato de quitarle el novio a Itzel y ahí vas tú, como un idiota, detrás de ella.

-Eres una envidiosa, eso es lo que te pasa. ¿Tanto te duele que haya encontrado a alguien que me da lo que tú nunca me vas a dar?

Y después de eso lo único que se escuchó fue el golpe de la cachetada que le di y nuestra respiración tan agitada por todo lo que habíamos sacado dentro de nosotros.

-Déjame ir. - Dijo viéndome a los ojos y al mismo tiempo viendo alrededor del estacionamiento, para ver si alguien estaba poniéndonos atención.

Mientras que yo solo pensaba que no podía dejarlo ir. Tenía que hacer algo y rápido.

- ¡No te vayas! – Recuerdo que le dije cuando estaba a punto de dirigir su camino al coche. – Si te subes, -Venga, hay que decirlo - si te subes esto habrá terminado y no habrá vuelta atrás. Por favor, -le dije casi rogándole- arreglemos esto yo sé que podemos, no es la primera vez... Por favor. – Dije esto último como un susurro que dudo mucho lo haya escuchado.

Y, sin embargo, dijo lo que más me dolió: -Esto termino hace mucho tiempo.

Siguió su camino, abrió a puerta del coche y se fue, sin mirar atrás. Sin importarle que yo estaba llorando desconsolada en el estacionamiento de nuestro lugar especial. Sin importarle nuestros 3 años de relación, y yo solo pensaba en la tipa que quizá estaba esperándolo en otro lugar de esta ciudad.

-Si realmente me amabas, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué? – Me decía a mi misma. – ¿En dónde quedo nuestro siempre?



#41220 en Novela romántica
#27073 en Otros
#2176 en No ficción

En el texto hay: historia de amor, amor, amor adolescente

Editado: 06.04.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.