— Bueno, me ha parecido excelente la traducción del libro — Se levanta de la silla — Te haremos una transferencia a tu cuenta Haruto. Esperamos nuevamente trabajar con usted.
— Muchas gracias señor Lee, igual espero traducir libros para usted — Hago una reverencia.
— Si no es mucha molestia, nosotros nos retiramos — Se van.
Era hora de regresar a casa y lo único que quería era verte. De seguro te sentías sola.
— ¡Haruto! — Dice Soomin quien apareció a mi lado. Tenía un semblante serio — Necesito que te vayas de aquí — Me agarra mis hombros.
— ¿Qué pasó?, ¿Estás bien? — La observo un poco preocupado.
Nunca te había visto así, verte seria de esa manera era algo nuevo para mí.
— Hay dos tipos muy sospechosos en el patio de la casa, nunca los había visto. Al parecer se enteraron de que alguien vive aquí después de mucho tiempo y... — Te quedas callada por unos segundos — Haruto por favor, vete a dormir a otro lado.
No sabía que decir, yo solo quería regresar rápido y estar contigo...
— Soomin, no quiero dejarte ¿Qué tal si... — Me interrumpe.
— Si te quedas, voy a desaparecer... Y hablo en serio.
¿Desaparecer?, ¿De qué hablas?
— ¡No lo hagas! — Exclamé por su respuesta — ...Me iré, pero mañana regresaré. Solo será por hoy.
— Gracias Haruto — Dijiste aliviada.
Sin más que decir, me estaba dirigiendo a la casa de mis padres. Sé que se iban a preguntar por mi visita repentina, por lo tanto, que debía pensar en algo.
— ¿Hijo? — Mi papá me observa un poco confundido — Pasa, no te quedes ahí parado. Cuéntame, ¿A qué se debe esta visita?
Lo sabía.
— Ahh bueno, hoy quería verlos y también dormir aquí, solo por esta noche — Sonreí levemente.
— Hermano, ¿Viste un fantasma en la casa? Sé que nos dijiste que no había uno pero, me acuerdo que me comentaste que ellos se escondían, así que... ¿Apareció uno?
— No, para nada. Solo quise visitar a mi familia — Trato de sonreír — Eso es todo.
— Bueno hijo, entonces quédate. Tu habitación siempre va a estar para ti.
— Gracias mamá, los quiero mucho. Si no les importa, iré a mi habitación un rato.
— No te preocupes hijo, ve a descansar.
...
— ¿Por qué están esos tipos aquí? — Los sigo — ¿Qué estarán buscando?
— Entonces, ¿El chico no está? — Mira a su compañero esperando una respuesta.
— ¿Por qué están buscando a Haruto? — Me quedo pensando en lo que dije.
— Así es, no está en casa. Tendremos que buscarlo o venir en otra ocasión.
— Tenemos que hablar con él.
— Haruto... — Pronuncio su nombre con preocupación.