La música es para mí un refugio en el que esconderme si algo no me sale como espero, o si simplemente he tenido un mal día. Relajarme en ese roble parece incluso una tradición. Recuerdo la vez que cuando los acordes no salían como quería, y mi madre me decía: «la música es buena música cuando se escucha con el corazón, no con la mente».
Estuve años reflexionando sobre esa misma frase.
Pero lo entendí cuando conocí a esa persona y los acordes y letras fluían tanto que no me hacía falta pensar.
Editado: 24.09.2025