Breve historia de Nimus y la Esfera de Finerhant
¡Hola a todos! Bienvenidos a otro artículo para la revista virtual «Ciencia y Mitología», donde hablaré de un objeto muy extraño y casi mítico: la Esfera de Finerhant, y cuál es su relación en la historia de nuestro mundo. ¡Entonces vamos a comenzar!
En la actualidad estamos situados en el año 1525 después de la creación del Monder Todor(1), sobre la Cuarta Edad de esta Era, conocida también como la Edad Separatista. Las naciones de nuestro planeta, al que llamamos Nimus(2), priorizan la paz luego de una Gran Guerra que las enfrentó hace trescientos años. Un terrible enfrentamiento que despertó los más sanguinarios instintos de aquellos quienes la padecieron. Ahora los países, aislados entre ellos, siguen su curso enterrando el pasado, olvidándolo poco a poco en las tinieblas del tiempo. Devolviendo el verde a los bosques, las aguas cristalinas a los ríos, y las tranquilas noches a su gente. Sin embargo, uno de los mitos de la antigüedad vuelve al presente para recordarle a todo Nimus su oscuro pasado y la terrible historia marcada con sangre y fuego, tanto en la Era actual como en la anterior.
Hace mucho tiempo atrás, centenares de años antes del comienzo de la Era del Monder Todor, las diferentes especies que vivían en lo que hoy se conoce como el Habmel Coren(3) escribieron cuentos y relatos describiendo la existencia de divinidades que ellos llamaban como los Cinco Seres Celestiales. Estos Seres Celestiales merodeaban por el cielo del mundo y de vez en cuando bajaban a los reinos antiguos para ayudar a las especies a desarrollar sus sociedades y civilizaciones que iban surgiendo. Muchos años se siguió la sabiduría y enseñanza de aquellos Seres Celestiales, hasta que un día desaparecieron alejándose del Habmel Coren por las tierras del sur, y más allá del horizonte detrás del mar estos Seres Celestiales se perdieron para siempre y jamás se los volvió a ver. Luego de su partida las diferentes sociedades empezaron a enfrentarse por distintos motivos: monárquicos, recursos o territoriales.
Luego de que los Seres Celestiales desaparecieran, los relatos y dibujos antiguos hacen referencia a otras dos divinidades que aparecieron luego: dos bestias sagradas igual de poderosas que aquellos Seres Celestiales que habitaban el cielo del mundo. Pero a diferencia de estos últimos, las dos poderosas bestias nunca cesaban de pelear una contra la otra. La batalla eterna entre ellas en medio de los cielos destruía toda gloria de civilización y desparramaba muerte y sangre sin importar lo que haya en su paso. Llegado un día estas dos bestias divinas comenzaron a alejarse del continente mientras su lucha continuaba, dejando atrás la tierra muerta y los reinos en ruinas, hecho antiguo y mítico que se conoce como «El Castigo Divino». Su eterna batalla los alejó hacia el sur, más allá de las tierras frías y del océano del Habmel Coren, y jamás regresaron. Fue en esa misma dirección donde por última vez se vieron a los Cinco Seres Celestiales, y por muchos años se pensó que estos habían acabado con aquellas dos bestias en algún lugar del cielo del sur. Sin embargo, en el año 1150 id. MT(4), más de dos mil años después de estos acontecimientos míticos, durante la Tercera Edad, llamada La Edad Expansionista, se descubrieron las ruinas de una civilización antigua sobre la tierra helada del polo sur, dirección por donde antaño se habían alejado los Cinco Seres Celestiales y poderosos, seguidos luego por las dos bestias divinas.
La Tercera Edad llegaba a su fin por esta época con la fundación de Lorue Crepof, la «Ciudad de Hielo» en el polo norte del planeta, que cuya fundación había impulsado el mismo explorador que descubrió aquellas ruinas en el polo opuesto.
Las ruinas de aquella civilización del polo sur eran tan esplendorosas y antiguas que era difícil imaginar qué especie pudo soportar este ambiente tan hostil, y el verdadero descubrimiento llegó al encontrar los antiguos templos. El Shurek Kurumani, el «Templo Sagrado», el más importante de todos, albergaba la historia de la civilización de Ghaladar(I), y este templo fue el hogar de aquellos Cinco Seres Celestiales que los ghalardeanos llamaron como «Goledreans»(5). Los Goledreans, como en muchas otras partes, ayudaron a los ghalardeanos a levantar una gloriosa civilización en medio de aquel ambiente hostil. Construyeron sus edificios con el mismo hielo que arrancaban perfectamente de los glaciares; les enseñaron sistemas sociales y políticos; se alimentaban sobre todo de animales marinos, y también usaban la grasa y la piel de los mismos; y no se menciona mucho al fuego, pero al parecer se utilizaba a bajas profundidades.
Por lo que sabemos Ghaladar fue una gran civilización durante mucho tiempo, un imperio próspero, una luz fría resplandeciente en el sur, una joya helada. Pero un día llegaron dos enormes bestias, una blanca y otra negra, luchando entre ellas por el cielo, y los ghalardeanos trataron de defender su ciudad y a su gente. Todos los habitantes de Ghaladar sucumbieron bajo la violenta batalla que se libró contra estas dos bestias a las cuales llamaron con el nombre de «Haunded» y «Ludion», debido a que los Goledreans las nombraron de esa forma al reconocerlas. Este último dato y el posterior son extraídos del libro El Último Ghalardeano, que fue escrito por un ghalardeano testigo de la gran batalla.